Por Alina Perera Robbio, Resumen Latinoamericano, 19 de noviembre de 2021.
Histórico y conmovedor fue el encuentro que se produjo este jueves, desde el Palacio de la Revolución,entre la dirección del país y un grupo de trabajadores de la Salud que en estos tiempos han batallado contra la COVID-19
«Hemos vivido tiempos complejos, duros; pero también han sido tiempos de crecimiento», dijo este jueves desde el Palacio de la Revolución, en un histórico encuentro con una representación de nuestros médicos y paramédicos que pusieron el pecho a la COVID-19, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
No resultó fortuito que hacia el final de un intercambio estremecedor, donde se habló de la vida luchando a brazo partido ante la muerte, donde más de una voz recordó las enseñanzas dejadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro —quien desde su amor por la ciencia y por el ser humano ideó tanto para Cuba y el mundo — , el Jefe de Estado hablara de «la capacidad de resistencia de nuestro pueblo» y de la dignidad con que ese pueblo es capaz de superar las adversidades.
Fueron muy sentidas y llenas de significado esas palabras; porque ahora quienes estamos de pie sobre la Isla amada pensando, como decía el dignatario, en cada familia que ha perdido a un ser querido, pensando mientras nos corre una lágrima por quienes se fueron por culpa de la COVID-19, encontramos tiempo y fuerzas para agradecer y reconocer la sabiduría, la entrega y el coraje de nuestros soldados de la Salud, sin quienes —como alguien dijo en la reunión— la suerte nuestra ante la epidemia hubiera sido caótica y abrumadoramente frágil.
«Nosotros somos quienes tenemos que agradecer a ustedes por el aporte», expresó el mandatario a médicos, enfermeros, técnicos de laboratorios y de otros universos de la Salud, internacionalistas, directivos del importante sector, en una jornada que también estuvo presidida por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz; por el miembro del Secretariado y jefe del departamento de Educación, Deportes y Ciencia del Comité Central del Partido, Jorge Luis Broche Lorenzo; así como por el titular de Salud Pública, José Angel Portal Miranda.
A modo de metáfora de cómo en la resistencia cubana se dan múltiples confluencias —como la de saber de Medicina y sentir a fondo que hay cosas sagradas e intocables como la Patria — , estaba presente en el encuentro el oncólogo, doctor Carlos Leonardo Vázquez González (agente Fernando), a quien el Presidente Díaz-Canel saludó afectuosamente y a quien extendió la gratitud a nombre de un pueblo que enfrenta una guerra no convencional cuya perversidad e intento desestabilizador más recientes han sido desenmascarados por hombres como Carlos.
Se sucedieron entonces las voces de quienes se fueron a la primera línea de fuego contra la epidemia. El primero en hablar fue el doctor Jorge Jiménez, cuya vida profesional ha estado entrañablemente unida, en la capital, al hospital clínico quirúrgico docente Salvador Allende (La Convadonga): agradeció desde su «humildad como trabajador de la Salud» al Estado y al Gobierno cubanos por poner como objetivo fundamental, en cada gestión de estos tiempos, la «salud de nuestro pueblo». La fortaleza de esta batalla, dijo, estuvo en haber convocado a todas las fuerzas del país.
Historia que merece un libro —como tantas otras que merecen ser escritas— contó el coronel Julio Andrés Pérez, director general del hospital militar central Dr. Luis Díaz Soto (institución conocida como el Naval y que fue pionera en el enfrentamiento a la COVID-19). El médico habló de los primeros meses de 2020, de la honrosa misión que se le dio al centro de dar la cara a una enfermedad desconocida. Afirmó cómo, en la medida en que se acrecentaba el número de enfermos, también se acrecentaba la experiencia del personal de la Salud. Y agradeció a la dirección del país, en nombre de los servicios médicos de las Fuerzas Armadas, «que nos hayan permitido ser protagonistas».
El Presidente Díaz-Canel recordó que fueron precisamente los hospitales militares los primeros referentes que el país tuvo en su lucha frente al nuevo coronavirus. Y recordó el crucial desempeño de las Fuerzas Armadas cuando, en medio de un pico pandémico, Cuba necesitó distribuir su oxígeno medicinal con la precisión de una operación militar.
No transcurrió mucho tiempo y los jóvenes, como inolvidables protagonistas, afloraron en los testimonios del encuentro: ellos, que hicieron guardia donde hizo falta, que limpiaron cualquier espacio, que siendo estudiantes de Medicina o de cualquier otra especialidad acompañaron a familias enteras, y hasta vieron fallecer a seres humanos. «La juventud es fuerte; con la juventud sí se puede contar», dijo con razón la doctora Yagén Pomares Pérez, directora del hospital general universitario Dr. Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos.
En estos meses de pandemia, nuestros médicos iban de una provincia a otra, para ayudar; la unidad de todas las fuerzas del país prevaleció por encima de cualquier interés sectorial; la ciencia se empoderó en todas las decisiones; expertos que habían visto el rostro a la COVID-19 en varios escenarios del mundo y de la Isla llegaron con sus conocimientos a donde más falta hizo; los soldados, los uniformados, se nos iban a la guerra… la guerra de cargar camillas con pacientes hacinados en un cuerpo de guardia, o el combate de transportar el oxígeno salvador.
La Revolución Cubana cuenta con una juventud extraordinaria. En eso hizo pensar Yordis Lázaro Mederos, de 28 años, de la provincia de Mayabeque y diplomado en Servicios intensivos, quien compartió su testimonio de lucha contra la COVID-19 y al frente de un municipio desde el sector de la Salud Pública. El joven médico vio cómo sus colegas iban enfermando porque eran alcanzados por la epidemia, vio cómo sus días y sus noches se juntaban, y cómo en una jornada eran atendidas centenares de personas. Sufrió la carencia de medicamentos, las dificultades con el fluido eléctrico. «Nos pusimos el traje de valientes», afirmó; y él hablaba de otro, no se contaba cuando dijo a los presentes que «el logro de la Revolución es inaudito».
Serían interminables e incalculables en valor humano las historias a contar, resaltó el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, quien a nombre de sus colegas agradeció a la dirección del país por la oportunidad del intercambio, y afirmó que Cuba puede seguir contando con la tropa de batas blancas para seguir venciendo.
El Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, destacó la modestia y la profundidad de cada intervención; e hizo una observación desde quien admira: «Los verdaderos protagonistas agradeciendo… cuando nosotros somos los que debemos agradecer». Lo dijo porque ellos no solo salvaron vidas aisladas; ellos salvaron un país.
La presencia de Fidel en cada pensamiento expresado; la inmensa presión que han soportado las instituciones del país durante la epidemia; las lecciones que se derivan de esta etapa en pos de mejorar los servicios de Salud —donde concluyen factores objetivos y subjetivos — ; el reconocimiento a nombre de la dirección del país y el compromiso de seguir perfeccionando el trabajo. Fueron estas ideas desarrolladas por el Jefe de Gobierno en un intercambio marcado por las emociones.
Por su parte, el Primer Secretario del Comité Central del Partido habló de mantener a los grupos de trabajo que la dirección del país ha creado para enfrentar la pandemia, los cuales podrán asumir nuevos desafíos relacionados con la salud del pueblo. Nuevos retos, subrayó Díaz-Canel, sobrevendrán con la nueva normalidad, y habrá que estar muy atentos.
El mandatario aprovechó el intercambio para reflexionar sobre enseñanzas derivadas de esta etapa reciente: las que tienen que ver con perfeccionar la atención primaria de salud; con ser racionales en el uso de recursos como el oxígeno medicinal; con utilizar las ventajas de la informatización en el sector de la Salud; con proteger más a nuestros profesionales; con potenciar el trabajo comunitario; con seguir empoderando a la ciencia; con no perder la capacidad de decirnos de frente cuáles son las cosas que andan mal.
«Una vez más —extendió el dignatario a los presentes— la felicitación a nuestro ejército de batas blancas por lo que han logrado y sé que van a hacer en los nuevos desafíos que tienen por delante».
Fuente: TeleSUR