Cuba. Un año más de resistencia frente al bloqueo de

Cuba. Un año más de resis­ten­cia fren­te al blo­queo de Esta­dos Unidos

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 30 de noviem­bre de 2021. 

Tras casi un año en el poder, el pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se, Joe Biden, no demues­tra inten­ción algu­na de cum­plir su pro­me­sa elec­to­ral de reini­ciar el des­hie­lo con Cuba; en cam­bio su polí­ti­ca con­tra la isla se fortalece.

De acuer­do con el minis­tro cubano de Rela­cio­nes Exte­rio­res, Bruno Rodrí­guez, el blo­queo eco­nó­mi­co, comer­cial y finan­cie­ro de Esta­dos Uni­dos cons­ti­tu­yó el mayor obs­tácu­lo para el enfren­ta­mien­to a la Covid-19 en el país, que tuvo en 2021 su eta­pa más compleja.

Duran­te la pan­de­mia, la mayor de las Anti­llas afron­tó el cer­co nor­te­ame­ri­cano, recru­de­ci­do ya con 243 medi­das dic­ta­das por la admi­nis­tra­ción del expre­si­den­te Donald Trump (2017-enero de 2021), las cua­les se man­tie­nen intac­tas y engro­san bajo el gobierno del actual mandatario.

Estas inclu­yen el man­te­ni­mien­to de la isla en la uni­la­te­ral lis­ta ela­bo­ra­da por Washing­ton de paí­ses que, en su cri­te­rio, no con­tri­bu­yen sufi­cien­te­men­te a la lucha con­tra el terro­ris­mo internacional.

Como resul­ta­do de esas san­cio­nes, el sis­te­ma de salud cubano se vio pri­va­do de la adqui­si­ción de tec­no­lo­gías, medi­ca­men­tos y mate­rial sani­ta­rio ade­cua­do como guan­tes, mas­ca­ri­llas y ven­ti­la­do­res pul­mo­na­res, para el enfren­ta­mien­to a la emer­gen­cia sani­ta­ria en los cen­tros hospitalarios.

Las medi­das del blo­queo obli­gan a Cuba a bus­car inter­me­dia­rios para acce­der a deter­mi­na­dos pro­duc­tos, pagar más por con­cep­to de segu­ro y fle­te, y al incre­men­to de las comi­sio­nes que apli­can las enti­da­des ban­ca­rio-finan­cie­ras, lo cual ele­va sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te de los gas­tos que debe asu­mir la isla.

Según la pági­na del Ban­co Cen­tral de Cuba, solo en el 2020 se regis­tra­ron afec­ta­cio­nes al sis­te­ma ban­ca­rio de la isla cari­be­ña en 191 accio­nes aso­cia­das a 99 enti­da­des finan­cie­ras extran­je­ras; una situa­ción que se agra­vó duran­te el año que con­clu­ye con la per­se­cu­ción a las tran­sac­cio­nes de la isla.

De acuer­do con Rodrí­guez, el cer­co nor­te­ame­ri­cano tie­ne un cos­to dia­rio de entre 12 y 15 millo­nes de dóla­res para el pue­blo cubano, y afec­ta a todas las esfe­ras de la economía.

INCREMENTO DE LAS SANCIONES

La admi­nis­tra­ción de Biden incre­men­tó, de mane­ra opor­tu­nis­ta, las san­cio­nes con­tra empre­sas cuba­nas en medio de la cri­sis epi­de­mio­ló­gi­ca y eco­nó­mi­ca inter­na­cio­nal con el pro­pó­si­to de asfi­xiar a la eco­no­mía, crear males­tar en la pobla­ción y pro­vo­car un cam­bio de régimen.

“El plan impe­ria­lis­ta es ayu­dar a que la pan­de­mia pro­vo­que muer­tes y cifras incon­tro­la­bles de con­ta­gios”, denun­ció Car­los Fer­nán­dez de Cos­sío, direc­tor gene­ral de Esta­dos Uni­dos del Minis­te­rio de Rela­cio­nes Exteriores.

Como par­te de esa estra­te­gia, se impul­sa simul­tá­nea­men­te des­de la nación nor­te­ña una inten­sa cam­pa­ña mediá­ti­ca de des­cré­di­to, ati­za­da con el empleo de las redes socia­les, para incen­ti­var pro­tes­tas y crear una ima­gen de Cuba como esta­do falli­do que jus­ti­fi­que el sos­te­ni­mien­to y for­ta­le­ci­mien­to de esa política.

Recien­te­men­te, en com­pa­re­cen­cia ante el cuer­po diplo­má­ti­co acre­di­ta­do aquí, el can­ci­ller Bruno Rodrí­guez denun­ció los inten­tos per­sis­ten­tes de Washing­ton de sub­ver­tir el orden cons­ti­tu­cio­nal median­te la orga­ni­za­ción y finan­cia­mien­to de agen­tes exter­nos e inter­nos, lo cual cali­fi­có como un acto gra­ve y vio­la­to­rio del Dere­cho Internacional.

Denun­ció, asi­mis­mo, la par­ti­ci­pa­ción en ese pro­pó­si­to de altos fun­cio­na­rios de la Casa Blan­ca, otras agen­cias nor­te­ame­ri­ca­nas y figu­ras guber­na­men­ta­les de ese país.

Este enfo­que se uti­li­za para recru­de­cer el cer­co con­tra la isla, a par­tir de cam­pa­ñas con una fuer­te maqui­na­ria comu­ni­ca­cio­nal en base a la men­ti­ra, aseveró.

NUEVAS AMENAZAS

Fren­te a la con­vo­ca­to­ria a la fra­ca­sa­da mar­cha con­tra­rre­vo­lu­cio­na­ria el 15 de noviem­bre últi­mo, la cual fue cali­fi­ca­da de ile­gal e ile­gí­ti­ma por las auto­ri­da­des de la isla, altos fun­cio­na­rios esta­dou­ni­den­ses ade­lan­ta­ron ame­na­zas de más san­cio­nes con­tra Cuba.

El pasa­do 8 de noviem­bre, tras 10 meses de gobierno de Biden, Jake Sulli­van, su ase­sor de Segu­ri­dad Nacio­nal, afir­mó en una entre­vis­ta con la cade­na CNN, que “las cir­cuns­tan­cias cam­bia­ron” en la estra­te­gia hacia la isla tras dis­tur­bios ocu­rri­dos en varias ciu­da­des de Cuba el 11 y 12 de julio último.

Pero mucho antes de esos hechos, Washing­ton había deja­do cla­ro que no cam­bia­ría sus­tan­cial­men­te la polí­ti­ca de Trump sobre ese tema.

En abril de este año el ase­sor del dig­na­ta­rio nor­te­ame­ri­cano para Lati­noa­mé­ri­ca, Juan Gon­zá­lez, afir­mó que en mate­ria de polí­ti­ca hacia Cuba, Biden “no es Barack Oba­ma” ‑quien ini­cia­ra un pro­ce­so de acer­ca­mien­to con la isla- y plan­teó que la revi­sión de esa estra­te­gia no era prio­ri­dad de la actual administración.

Cin­co meses des­pués, el pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se fir­mó la pró­rro­ga, por un año más, de la Ley de Comer­cio con el Enemi­go, uno de los esta­tu­tos de la Casa Blan­ca que sos­tie­ne el blo­queo con­tra Cuba.

El memo­ran­do fir­ma­do por el man­da­ta­rio de ese país nor­te­ño reza que “la con­ti­nua­ción del ejer­ci­cio de esas auto­ri­da­des con res­pec­to a Cuba duran­te un año es de inte­rés nacio­nal” de su país, y expo­ne como fecha para una nue­va revi­sión el 14 de sep­tiem­bre de 2022.

La reite­ra­da pro­lon­ga­ción del blo­queo des­co­no­ce el recha­zo de la mayo­ría abso­lu­ta de la comu­ni­dad mun­dial, expre­sa­da en junio pasa­do, en su vigé­si­mo­no­ve­na oca­sión, por la Asam­blea Gene­ral de Nacio­nes Unidas.

Esta vez, 184 paí­ses expre­sa­ron su res­pal­do a la reso­lu­ción Nece­si­dad de poner fin al blo­queo eco­nó­mi­co, comer­cial y finan­cie­ro de Esta­dos Uni­dos con­tra Cuba, pre­sen­ta­da por la isla, mien­tras dos vota­ron en con­tra (EEUU e Israel) y tres se abstuvieron.

Ante este esce­na­rio de recru­de­ci­mien­to de la hos­ti­li­dad de Washing­ton, cre­ció sin embar­go la soli­da­ri­dad inter­na­cio­nal con la isla, expre­sa­da en pro­nun­cia­mien­tos y accio­nes con­cre­tas de ayu­da de gobier­nos, par­la­men­ta­rios, orga­ni­za­cio­nes inter­na­cio­na­les, per­so­nas de bue­na volun­tad y cuba­nos resi­den­tes en el exterior.

Tone­la­das de insu­mos médi­cos, ali­men­tos y medi­ca­men­tos arri­ba­ron a Cuba para con­tri­buir a enfren­tar la com­ple­ja situa­ción epi­de­mio­ló­gi­ca y eco­nó­mi­ca deri­va­da la pan­de­mia y el cer­co estadounidense.

Pese a la per­sis­ten­cia de la polí­ti­ca de Washing­ton, esta nación anti­lla­na fina­li­za­rá 2021 con la tota­li­dad de su pobla­ción vacu­na­ble inmu­ni­za­da con­tra la Covid-19 con inyec­ta­bles pro­pios, inclui­da la com­pren­di­da en eda­des pediá­tri­cas (de 2 a 18 años), e inmer­sa en una bata­lla por la recu­pe­ra­ción eco­nó­mi­ca, con el regre­so gra­dual a la normalidad.

Fuen­te: Pren­sa Latina

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