Perú. CIDH preo­cu­pa­da por mal uso de figu­ra de vacan­cia presidencial

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 10 de diciem­bre de 2021

Recuer­dan que esta figu­ra debe ser enten­di­da en el mar­co de la pro­tec­ción de la ins­ti­tu­cio­na­li­dad demo­crá­ti­ca, dejan­do a com­pren­sión que su uso debe­ría ser limi­ta­do.}

La Comi­sión Inter­ame­ri­ca­na de Dere­chos Huma­nos (CIDH) expre­só su preo­cu­pa­ción por el uso reite­ra­do en el Con­gre­so del Perú de la figu­ra de vacan­cia pre­si­den­cial por inca­pa­ci­dad moral permanente.

Seña­lan que la fal­ta de defi­ni­ción obje­ti­va de dicha figu­ra “per­mi­te un alto gra­do de dis­cre­cio­na­li­dad que pue­de soca­var la sepa­ra­ción e inde­pen­den­cia de los pode­res públi­cos y la gober­na­bi­li­dad del país”.

Por ello, recuer­dan que esta figu­ra debe ser enten­di­da en el mar­co de la pro­tec­ción de la ins­ti­tu­cio­na­li­dad demo­crá­ti­ca, dejan­do a com­pren­sión que su uso debe­ría ser limitado.

En los últi­mos cin­co 5 años, la figu­ra de vacan­cia pre­si­den­cial por inca­pa­ci­dad moral per­ma­nen­te, cita­da en el artícu­lo 113 de la Cons­ti­tu­ción, ha sido uti­li­za­da por el Con­gre­so en 4 oportunidades.

Una en diciem­bre de 2017, otra en mar­zo de 2018 y otras dos en setiem­bre y noviem­bre de 2020, gene­ran­do en esta últi­ma oca­sión pro­tes­tas socia­les don­de murie­ron dos jóvenes.

El lla­ma­do de aten­ción de la CIDH se pro­du­ce a días de que fue­ra des­es­ti­ma­da otra soli­ci­tud de vacan­cia que usó la mis­ma figu­ra para inten­tar vacar al actual pre­si­den­te Pedro Castillo.

Dicha soli­ci­tud había sido pre­sen­ta­da por la con­gre­sis­ta Patri­cia Chi­ri­nos el 10 de noviem­bre, pero no pro­ce­dió al no alcan­zar los votos sufi­cien­tes el últi­mo 7 de diciembre.

La CIDH cerró su comu­ni­ca­do recor­dan­do que la sepa­ra­ción de pode­res y el acce­so al poder con suje­ción al Esta­do de Dere­cho “son ele­men­tos esen­cia­les de la demo­cra­cia representativa”.

Y que los meca­nis­mos de Con­trol Cons­ti­tu­cio­nal en el Perú, deben fun­cio­nar en for­ma inde­pen­dien­te y opor­tu­na, “de mane­ra que se limi­te cual­quier tipo de dis­cre­cio­na­li­dad incon­sis­ten­te con la democracia”.

FUENTE: Ser­vin­di

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