Fermin MUNARRIZ
Cambios de hábitos en el consumo de información, nuevas posibili- dades que ofrecen los avances tecnológicos, desplome de ingresos por publicidad y de ventas en el kiosko, costes elevadísimos del papel y de los complicados sistemas de distribución frente al sencillo acceso a Internet, protagonismo creciente de los lectores como agentes activos de la comunicación… Podría parecer que todos los elementos se han conjurado para derrocar definitivamente al antiguo régimen de la comunicación. Y hay quien, incluso, le pone plazo. El magnate de la comunicación Rupert Murdoch vaticina que «en unos veinte años, no tendremos ya papel, ni tinta ni rotativas» («Fox Business», 9‑VI-2009). Para Juan Luis Cebrián, consejero delegado del grupo Prisa, todo dependerá de si se hacen las cosas precisas. «Existirán [los periódicos en papel] si luchamos para que existan», opina («El País», 20-I-2009).
Todos coinciden en que los medios impresos requieren un cambio estratégico que les permita adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas necesidades de los lectores-consumidores de información, entretenimiento y comunicación comunitaria. El progreso tecnológico de los últimos diez años ha sido vertiginoso. Internet ha dado a los medios escritos inmediatez, rapidez, capacidad de almacenamiento y universalidad, además de soportes integrados: imagen, sonido, interactividad (Web 2.0, blogs…), redes sociales (Facebook, Tuenti, MySpace…) y nuevos formatos de publicación (Twitter…). A esto se suma la irrupción de dispositivos móviles para recibir o enviar información como el teléfono portátil, el iPod, la agenda PDA, los lectores electrónicos… que apuntan posibilidades insospechadas. Asistimos, como en los documentales televisivos de naturaleza, al comienzo de una gran migración hacia nuevos soportes.
Integración de la redacción
El papel es sólo el medio, no el contenido, y los productores de información tienen todavía la oportunidad de sobrevivir. La supervivencia requiere cambios tecnológicos, pero también organizativos dentro de las propias empresas periodísticas. Uno de los más importantes es, precisamente, la integración de las redacciones de las ediciones impresa y digital. No existe ya periódico impreso, por pequeño que sea, que no cuente con una versión digital en la que, al menos, vuelque parte de su producción escrita para el papel y sume nuevos contenidos adaptados o propios de este soporte (vídeos, recursos interactivos, archivos, documentación, descargas, enlaces externos, RSS…). La puesta en marcha de estas segundas versiones ha llevado a buena parte de los medios, en particular a los más grandes, a crear empresas paralelas dedicadas en exclusiva a producir y gestionar las ediciones online, dotándolas de dirección periodística y gerencia económica propias y diferenciadas de la edición impresa.
Desde su aparición, el incremento insaciable de la prensa digital frente a la impresa ha generado debates encendidos sobre el «robo» y trasvase de lectores del papel hacia el ordenador. ¿Canibalismo o sinergia?, se preguntan los expertos. Per Lyngby, director ejecutivo del rotativo danés «Nordjyske», lo resolvió de manera diáfana en el Congreso Mundial de Periódicos celebrado en Gotemburgo en 2008: «¿Por qué devoraríamos nuestro periódico en vez de adaptarlo y esperar? Personalmente prefiero tener un caníbal en la familia que un enemigo». Empresarios y profesionales son conscientes de que el reto pasa por desarrollar las ediciones digitales, que, en el contexto de reducción de ventas y derrumbe de la publicidad, han logrado incrementar las audiencias, atraer otras modalidades de anunciantes y abrir nuevas vías de distribución. Sin desandar lo andado, pero con la vista puesta en nuevos modelos de producción, las empresas periodísticas aspiran a convertirse en proveedores de contenidos para múltiples soportes: papel, ordenador, móvil, mp3, televisión, libro electrónico… Este proceso de convergencia en una redacción multimedia y polivalente capaz de aprovechar las sinergias del grupo y de ofrecer contenidos informativos en diferentes soportes se ha denominado «integración de la redacción».
Los periodistas del futuro inmediato deberán trabajar con las nuevas herramientas de escritura, vídeo, audio e interacción con sus lectores para ofrecer la información en el formato y soporte que éstos deseen. La prensa inglesa es una de las pioneras en la apertura de este nuevo concepto de redacción. Así, es cada vez más frecuente encontrar en los periódicos de renombre la intervención de periodistas ‑incluidos algunos de los más prestigiosos «dinosaurios»- en tres formatos diferentes: una crónica escrita sobre la actualidad (impresa y digital), un blog personal en tono más confidencial y abierto a la interacción, y un comentario de opinión ante una cámara de vídeo (en la edición online).
Quizás sea demasiado pedir en tan poco tiempo. En opinión de Juan Varela, consultor de medios y editor del blog «Periodistas 21», «las redacciones pueden ser multimedia; los periodistas, no. Al menos no todos. Los reporteros y editores especializados seguirán existiendo, pero sólo se justifican por añadir calidad, valor informativo, información propia y diferenciada independientemente de su formato. La información de agenda común será cada vez más producida por equipos o reporteros multimedia» («El fin de la era de la prensa», «Periodistas 21», 29-VIII-2006).
La información es el producto
También en la prensa del futuro la información ‑con otros complementos como el ocio y los servicios, y con recursos técnicos más o menos vistosos u operativos- será el producto estrella de los medios de comunicación. Los diarios gratuitos se han presentado como la nueva prensa popular, pero todo el acceso a la información no podrá ser sin pagar. Los empresarios del sector anuncian nuevas fórmulas de cobro (suscripciones, micropagos…) para parcelas especializadas en soportes o áreas temáticas. La información de calidad, especializada y diferenciada, el análisis exclusivo o el acceso a archivos, hemerotecas o formatos específicos son ya el punto de partida para nuevos sistemas de financiación y una renovada identidad.
Todo ello sin olvidar que, incluso en las previsiones más agoreras, los periódicos impresos seguirán conviviendo, al menos durante algunos lustros, con ediciones online. Al margen de razones o hábitos generacionales, los expertos consultados auguran al papel un carácter más exclusivo; no tan masivo como en la actualidad, sino dirigido a sectores de público más exigentes y a elites culturales, políticas o económicas que desearán aprovechar las ventajas de una lectura más reposada y en profundidad.
Los soportes móviles se abren camino
La amenaza al papel impreso es directamente proporcional a la aparición de nuevos soportes digitales. El principal de ellos es el
«e‑newspaper» o periódico electrónico, un dispositivo digital móvil en una carcasa de plástico similar en tamaño y grosor a una revista, de unos 300 gramos de peso, capaz de almacenar más de mil libros (por eso es conocido también como «e‑book») o de disponer desde primera hora de la mañana de la edición digital del periódico del día.
El pasado 19 de octubre aterrizaba en Europa el «e‑book» Kindle de Amazon, pionero en un nuevo modelo de negocio ya ensayado en EEUU. Los principales periódicos del continente han suscrito acuerdos con la operadora para distribuir sus ediciones. El mecanismo es sencillo: una vez adquirido el aparato al precio de unos 180 euros, sólo resta hacer las suscripciones deseadas: librerías «online», medios de comunicación… y descargar los contenidos mediante wifi o cableado. La suscripción a la edición digital de un periódico europeo cuesta en torno a los 13 ó 15 euros al mes.
Al menos una decena de empresas tecnológicas pugnan por hacerse con el liderazgo en el inminente mercado de los reproductores electrónicos. Pero de entre ellos es el modelo Que, de la empresa inglesa Plastic Logic, el que mayores posibilidades de éxito apunta. Dispone de una pantalla táctil plana de plástico irrompible, con capacidad para almacenar formatos diferentes, una batería que dura días y acceso inalámbrico a las redes. El 7 de enero se dará a conocer su precio y disponibilidad.
La guerra está servida. F.M
Gara