Resumen Medio Oriente, 14 de 2021-.
Por Eugenio García Gascón
La construcción del muro en torno a la Franja de Gaza que Israel acaba de completar tiene consecuencias primordialmente defensivas pero también motivaciones estratégicas que tendrán una incidencia en el día a día de la vida en la Franja y en Israel. A medio y largo plazo requiere un replanteamiento de las prioridades militares por parte de Hamás.
El objetivo fundamental del muro es consolidar la ocupación militar de Cisjordania. Unas declaraciones de Donald Trump al periodista Barak Ravid divulgadas esta semana revelan que el expresidente estadounidense era bien consciente de que el exprimer ministro Benjamín Netanyahu no tenía la menor intención de negociar con los palestinos. Exactamente lo mismo puede decirse de su sucesor Naftalí Bennett.
En este contexto Israel está interesado en mantener la calma en Gaza, de manera que pueda concentrarse en la expansión colonial en Cisjordania. Para ello aplica una política de palo y zanahoria mientras Hamás, que gobierna la Franja desde 2007, se esfuerza por mantener una cierta presión que nunca será capaz de detener la expansión colonial israelí, a menos que haya una enérgica intervención occidental, algo que repugna instintivamente a EEUU y la UE.
Está previsto que el año que viene Israel inicie la construcción de otro muro a lo largo de la frontera norte con Líbano. Entre muros y vallas, Israel está completamente aislada de sus vecinos y la construcción de muros indica que Israel da por buenas esas fronteras, a diferencia de lo que ocurre con Cisjordania, incluida Jerusalén, donde las ambiciones anexionistas son muy explícitas.
Características del muro
El muro de hormigón bordea totalmente la Franja de Gaza con una longitud de 65 kilómetros. Se hunde hasta 20 metros en el suelo para obstruir los túneles que construyen las milicias de Hamás, y sobre el suelo se eleva seis metros. Israel dice que así protege a los civiles que viven cerca de la frontera, pero los túneles han sido usados para atacar a militares y no a civiles, como sucedió en la guerra de 2014.
Coste y tecnología
El coste del muro de Gaza se eleva a algo más de 1.000 millones de dólares. Para su construcción se han necesitado tres años y medio y se ha empleado a más de 1.200 obreros. Al efecto se construyeron seis plantas de hormigón que luego se desmantelaron. El rellenado del muro contiene más de tres millones de metros cúbicos de material. Paralelamente se han construido decenas de torres de vigilancia y se han instalado cientos de cámaras de video, así como sensores y aparatos de detección.
Apertura a obreros palestinos
Unos 7.000 obreros palestinos fueron autorizados recientemente a entrar en Israel desde Gaza y pronto llegará la autorización para otros 3.000. Es un número ridículo si se tiene en cuenta que en la Franja viven más de dos millones de personas, pero los elegidos, obreros cualificados en la construcción o la confección, son afortunados en la medida que cobrarán unos 4.000 shekels mensuales (más de 1.100 euros) frente a los 1.400 shekels que cobra dentro de Gaza un obrero especializado por trabajar hasta 14 horas diarias.
Consecuencias para Gaza
El movimiento de los obreros significa, por una parte, que entrará más dinero en la Franja, pero por otra significa que los pocos obreros especializados que hay en las pocas fábricas de Gaza, elegirán trabajar en Israel y las fábricas locales se quedarán sin empleados cualificados.
Consecuencias para Israel
Israel obtiene empleo cualificado a un precio muy por debajo de los salarios que hay dentro del país, con lo cual facilita que sus empresas sean más competitivas a nivel local e internacional. Además, muy posiblemente una fracción de los empleados que entren a diario en Israel serán forzados a colaborar con los servicios de inteligencia con el fin de debilitar a Hamás en el interior de la Franja.
Otras consecuencias
Los empleados palestinos se convierten en rehenes de la situación en Gaza. Con los permisos, Israel obliga a Hamás a no iniciar hostilidades puesto que si esto ocurriera los empleados perderían el empleo. Por su parte, Hamás alivia la situación de miles de familias que ahora tendrán un salario relativamente muy elevado, aunque asegura que no se siente atada por ese compromiso.
Estrategia de Israel
Según algunos observadores, la construcción del muro indica que Israel está matizando su doctrina de ataque. La misma existencia del muro significaría que se inclina por una situación defensiva y de disuasión más que de ataque. Esto indica que Israel no tiene intención de reocupar la Franja y que quiere concentrarse en la expansión de sus colonos en Cisjordania.
Estrategia de Hamás
No está claro si el muro subterráneo interrumpe todos los túneles ya existentes ni si evitará completamente que las milicias de Hamás construyan a partir de ahora otros túneles más profundos que el muro. En caso de que no pueda ser, los grupos de la resistencia sin duda buscarán otras estrategias novedosas para seguir presionando a Israel.
Fuente: Palestinalibre.org