Pales­ti­na. Resu­men de 2021: Gaza en Seif Al-Quds, la pri­me­ra y últi­ma línea de defensa

Resu­men Medio Orien­te, 21 de diciem­bre de 2021-.

ar un arma que haya cam­bia­do la natu­ra­le­za de la gue­rra entre la resis­ten­cia pales­ti­na en Gaza y la ocu­pa­ción, como los cohe­tes. La impor­tan­cia de estas armas ha que­da­do demos­tra­da por el hecho de que el ejér­ci­to de la ocu­pa­ción se cen­tró en des­truir la infra­es­truc­tu­ra rela­cio­na­da con la fabri­ca­ción de este tipo de arma­men­to duran­te la últi­ma bata­lla de Seif Al-Quds.

Una bre­ve his­to­ria de al-Qassam

Los gaza­tíes cuen­tan que las armas pesa­das en la segun­da Inti­fa­da eran tan esca­sas que los com­ba­tien­tes de la resis­ten­cia gaza­tí lla­ma­ban «el misil de mor­te­ro» al tubo de 120 MLM cuan­do lle­ga­ba a la ase­dia­da fran­ja de Gaza.

La his­to­ria del már­tir Nidal Farhat, uno de los fabri­can­tes de los pri­me­ros ejem­pla­res de cohe­tes Qas­sam, cuen­ta la tra­yec­to­ria de muchos hom­bres y líde­res de la resis­ten­cia. En 2003, Farhat fue mar­ti­ri­za­do en una ope­ra­ción de ase­si­na­to mien­tras desa­rro­lla­ba el avión no tri­pu­la­do Ababeel‑1 con un gru­po de sus compañeros.

El mártir palestino Nidal Farhat.

La bata­lla tec­no­ló­gi­ca con­tra la ocu­pa­ción lle­va ya algún tiem­po. Es difí­cil comen­tar el desa­rro­llo téc­ni­co y ope­ra­ti­vo que han alcan­za­do las fac­cio­nes de la resis­ten­cia en Gaza sin enu­me­rar el enor­me núme­ro de már­ti­res de líde­res y dise­ña­do­res. El nivel actual de desa­rro­llo pare­ce mila­gro­so dado el núme­ro de már­ti­res; estos hom­bres fue­ron siem­pre los pri­me­ros en ser obje­ti­vo de la ocu­pa­ción y sus agen­tes locales.

Los pri­me­ros cohe­tes Qas­sam eran meros tubos de metal lle­nos de com­bus­ti­ble para cohe­tes, com­pues­to de azú­car y fer­ti­li­zan­tes agrí­co­las. Para faci­li­tar el pro­ce­so de fabri­ca­ción, las ale­tas de esta­bi­li­za­ción se sol­da­ban direc­ta­men­te a la cola del cohe­te. Dichas ale­tas tie­nen por obje­to esta­bi­li­zar el cohe­te obli­gán­do­lo a girar tras su lan­za­mien­to para redu­cir la resis­ten­cia, esta­bi­li­zan­do así su tra­yec­to­ria, lo que aumen­ta su pre­ci­sión. La tec­no­lo­gía dis­po­ni­ble hacía casi impo­si­ble el pro­ce­so de fabri­ca­ción más complejo.

El peso de la oji­va explo­si­va del cohe­te no supe­ra­ba unos pocos kilo­gra­mos. Era una mez­cla de bolas de hie­rro anti­fric­ción, que pue­den encon­trar­se en cual­quier coji­ne­te de rue­da de los coches civi­les, y de los explo­si­vos fabri­ca­dos local­men­te con el méto­do ante­rior­men­te men­cio­na­do, o reuti­li­zan­do los pro­yec­ti­les lan­za­dos por aire y tie­rra que la ocu­pa­ción uti­li­za­ba en Gaza. El «reci­cla­je» de explo­si­vos y su envío de vuel­ta a la fuen­te-des­tino ha segui­do sien­do uno de los prin­ci­pa­les méto­dos por los que la resis­ten­cia ha obte­ni­do mate­ria­les explo­si­vos de alta cali­dad has­ta el día de hoy, según ha decla­ra­do en muchas ocasiones. 

La libe­ra­ción de 2005 dio a la resis­ten­cia en Gaza el mar­gen que había soña­do para ope­rar libre­men­te y lan­zar su pro­ce­so de desa­rro­llo, prin­ci­pal­men­te con sus esfuer­zos loca­les. El desa­rro­llo fue a tra­vés de un pro­ce­so de error y prue­ba. Disua­dir al ejér­ci­to de ocu­pa­ción, arma­do has­ta los dien­tes con arma­men­to moderno, que masa­cra indis­cri­mi­na­da­men­te a la pobla­ción de Gaza no iba a ser una tarea fácil.

Cada uno o dos años salía un nue­vo mode­lo de cohe­te Qas­sam. En 2002, salió el misil Qassam‑2, con un alcan­ce máxi­mo de 12 km. En 2005, el cohe­te Qas­sam alcan­zó un alcan­ce de 15 – 17 km. En 2006, apa­re­ció el misil Quds‑3, desa­rro­lla­do a par­tir del misil Grad sovié­ti­co, que dio a la resis­ten­cia más capa­ci­dad de res­pues­ta a los ata­ques israe­líes con­tra Gaza. En 2009, el equi­li­brio de poder vol­vió a cam­biar, ya que la resis­ten­cia reve­ló que tenía cohe­tes que podían alcan­zar 40 km des­de las fron­te­ras de la Gaza ocu­pa­da. Estos cohe­tes eran fabri­ca­dos en fábri­ca, lo que sig­ni­fi­ca­ba que tenían tole­ran­cias de fabri­ca­ción mucho meno­res; por lo tan­to, tenían una mayor efi­cien­cia operativa. 

En 2012, duran­te la gue­rra de ese año con­tra Gaza, el equi­li­brio de poder cam­bió una vez más, ya que la resis­ten­cia apun­tó a «Tel Aviv» por pri­me­ra vez uti­li­zan­do cohe­tes Fajr‑5, misi­les M‑75 y J‑80 de fabri­ca­ción local. No sólo ha cam­bia­do el alcan­ce de sus cohe­tes, ya que aumen­ta­ron de tama­ño, sino que tam­bién aumen­tó el tama­ño de la cabe­za explo­si­va, des­de varios kilo­gra­mos en los pri­me­ros cohe­tes Qas­sam has­ta dece­nas de kilo­gra­mos en los Fajr y M‑75.

La tra­yec­to­ria de desa­rro­llo con­ti­nuó des­de 2014 has­ta la bata­lla de Seif Al-Quds, y gol­pear la pro­fun­di­dad estra­té­gi­ca de la ocu­pa­ción se hizo más fre­cuen­te. El núme­ro de cohe­tes de medio y lar­go alcan­ce siguió aumen­tan­do. Se des­cu­brió el tipo de misil A‑120, que lle­va el nom­bre del líder caí­do en la resis­ten­cia Raed Al-Attar, así como el misil A‑250, que es el de mayor alcan­ce has­ta aho­ra. Este últi­mo lle­va el nom­bre del inge­nie­ro caí­do y líder de la Resis­ten­cia Yah­ya Ayyash.

El mártir de la Resistencia Yahya Ayyash.

La «Cúpu­la de Hierro»

En un infor­me publi­ca­do por The Con­ver­sa­tion, el escri­tor esta­dou­ni­den­se espe­cia­li­za­do en asun­tos de segu­ri­dad, Michael J. Arms­trong, ha reve­la­do intere­san­tes deta­lles sobre la últi­ma gue­rra. Arms­trong afir­ma que la resis­ten­cia pales­ti­na con­si­guió lan­zar 137 misi­les en tan sólo 5 minu­tos, trans­mi­tien­do infor­ma­ción de los medios de comu­ni­ca­ción israe­líes. El escri­tor con­ti­núa dicien­do que, aun­que esta cifra sigue sien­do infe­rior a las capa­ci­da­des de las bate­rías de arti­lle­ría de los ejér­ci­tos regu­la­res, ha mejo­ra­do mucho en com­pa­ra­ción con el rit­mo de dis­pa­ro de las últi­mas guerras.

Este rit­mo per­mi­tió a la resis­ten­cia «inun­dar» las bate­rías de la Cúpu­la de Hie­rro, no sólo en tér­mi­nos de núme­ro sino tam­bién limi­tan­do la capa­ci­dad de sus rada­res para ana­li­zar y diri­gir los inter­cep­to­res a los obje­ti­vos. Según un infor­me de los medios de comu­ni­ca­ción israe­líes, en uno de los inci­den­tes, la cúpu­la de una bate­ría de la Cúpu­la de Hie­rro no logró alcan­zar los objetivos.

El redac­tor pre­sen­tó la posi­bi­li­dad de que las pro­pias bate­rías de la Cúpu­la de Hie­rro estu­vie­ran bajo fue­go. Afir­ma que, efec­ti­va­men­te, una anda­na­da de misi­les de la resis­ten­cia lo inten­tó en una oca­sión, aun­que los cohe­tes no fue­ron lo sufi­cien­te­men­te pre­ci­sos como para cum­plir la misión. Por otro lado, Arms­trong habla de un estu­dio que reali­zó en 2018, en el que dijo que los ata­ques aéreos, duran­te ope­ra­cio­nes ante­rio­res, no logra­ron redu­cir la fre­cuen­cia y el núme­ro de misi­les dis­pa­ra­dos, afir­man­do que sólo el ata­que terres­tre lo hizo. 

Arms­trong dijo que el mis­mo esce­na­rio se repi­tió en la bata­lla de Seif Al-Quds. Las fuer­zas de ocu­pa­ción israe­líes no ini­cia­ron una ofen­si­va terres­tre en la últi­ma gue­rra, ya que pare­ce que sus gene­ra­les eran muy cons­cien­tes del alto cos­te que supon­dría esa opción. La eva­lua­ción de dichos cos­tes se ha vis­to afec­ta­da de mane­ra sig­ni­fi­ca­ti­va por las nume­ro­sas pér­di­das que las fuer­zas terres­tres de las fuer­zas sio­nis­tas sufrie­ron en su inten­to de inva­dir Gaza en 2014, en par­ti­cu­lar su Bri­ga­da Gola­ni de élite.

En otro estu­dio de 2014, Arms­trong pre­di­jo la debi­li­dad de la Cúpu­la de Hie­rro antes men­cio­na­da cuan­do el sis­te­ma se «inun­da» de obje­ti­vos y, en con­se­cuen­cia, se ve abru­ma­do. El estu­dio espe­cu­la­ba con que «los inter­cep­to­res de alto ren­di­mien­to pue­den pare­cer «frá­gi­les»: una vez supe­ra­da su capa­ci­dad, los daños sobre el terreno se dis­pa­ran.» En este sen­ti­do, se pue­de dis­cu­tir el «bene­fi­cio» real de sis­te­mas simi­la­res a la Cúpu­la de Hie­rro y el peli­gro de con­fiar dema­sia­do en ella. Las cir­cuns­tan­cias polí­ti­cas y geo­po­lí­ti­cas que rodean a «Israel» indi­can que se enfren­ta­rá a pro­ble­mas en una gue­rra a gran esca­la que impli­que un com­pro­mi­so en varios frentes. 

Una gue­rra de fuer­za de voluntad 

Si echa­mos un vis­ta­zo al pun­to de par­ti­da de la lucha pales­ti­na con­tra la ocu­pa­ción en el mar­co de la lucha ára­be más amplia, y al tipo de arma­men­to uti­li­za­do a lo lar­go de los años, encon­tra­re­mos algo de inte­rés. Es cier­to que en los años ochen­ta la resis­ten­cia pales­ti­na uti­li­za­ba cohe­tes para bom­bar­dear los asen­ta­mien­tos de ocu­pa­ción situa­dos en las tie­rras de las que los pales­ti­nos fue­ron des­alo­ja­dos por la fuer­za, pero aho­ra su uso se ha normalizado.

En este sen­ti­do, se logra­ron obje­ti­vos polí­ti­cos más amplios, como ocu­rrió en la recien­te bata­lla de Seif Al-Quds, en la que la resis­ten­cia pales­ti­na de Gaza se eri­gió en por­ta­voz exclu­si­vo del pue­blo pales­tino en 2021. Aca­lló todas las voces que pedían el com­pro­mi­so infruc­tuo­so y el reco­no­ci­mien­to de la ocu­pa­ción. La mis­ma ocu­pa­ción que recha­zó todos los lla­ma­mien­tos ante­rio­res para per­mi­tir que los pales­ti­nos lim­pia­dos étni­ca­men­te vol­vie­ran a su hogar y con­ti­nuó con sus polí­ti­cas y accio­nes expan­si­vas y agresivas.

La ocu­pa­ción israe­lí sabía que derro­tar a todos los pue­blos de la región recha­zan­do su natu­ra­le­za colo­nial y supre­ma­cis­ta de un solo gol­pe está fue­ra de sus posi­bi­li­da­des, por lo tan­to, siem­pre uti­li­zó una estra­te­gia de sepa­rar los fren­tes y neu­tra­li­zar­los de uno en uno. Esta estra­te­gia se refle­ja en la pro­pia comu­ni­dad pales­ti­na. Es decir, el hijo de Cis­jor­da­nia se sepa­ra a la fuer­za de la ocu­pa­da Al-Quds, los dos ante­rio­res se sepa­ran de los resi­den­tes de la Pales­ti­na ocu­pa­da en 1948, o de la ase­dia­da Gaza. 

En el caso de una gue­rra pro­lon­ga­da o de varios fren­tes, la lla­ma­da Cúpu­la de Hie­rro será inca­paz de inter­cep­tar el grue­so de los misi­les dis­pa­ra­dos con­tra las ins­ta­la­cio­nes de la ocu­pa­ción; las fuer­zas israe­líes lo saben muy bien. Por lo tan­to, ellas uti­li­zan la doc­tri­na del Shock and Awe que con­sis­te en hacer la gue­rra lo más vio­len­ta y cor­ta posi­ble. Ni el núme­ro de misi­les inter­cep­to­res es sufi­cien­te, ni el núme­ro de bata­llo­nes de la Cúpu­la de Hie­rro, a la luz de estos hechos, resur­ge el con­cep­to de con­flic­to de volun­ta­des. El papel psi­co­ló­gi­co de la Cúpu­la de Hie­rro tam­bién emer­ge más cla­ro que nun­ca; al dar a los colo­nos una segu­ri­dad tem­po­ral y vir­tual, y al con­so­li­dar la idea del «pode­ro­so Colo­ni­za­dor», cuyo bri­llan­te escu­do no será ara­ña­do por las fle­chas de los «nati­vos». 

  • Yah­ya Sin­war, jefe del movi­mien­to Hamas en Gaza.
Yahya Sinwar, jefe del movimiento Hamas en Gaza.

La dife­ren­cia en pér­di­das mate­ria­les, en el sen­ti­do numé­ri­co está­ti­co entre la resis­ten­cia y la ocu­pa­ción, fue defi­ni­ti­va­men­te a favor de la ocu­pa­ción, nin­gu­na per­so­na en su sano jui­cio se atre­ve­rá a dis­cu­tir este hecho, pero el con­flic­to se extien­de a más que núme­ros. Yah­ya Al-Sin­war, un alto diri­gen­te del movi­mien­to Hamas, pro­nun­ció un dis­cur­so tras la bata­lla de Seif Al-Quds; un vis­ta­zo a la cober­tu­ra mediá­ti­ca israe­lí de ese dis­cur­so pue­de decir mucho.

Varios locu­to­res de los cana­les de tele­vi­sión israe­líes se mos­tra­ron resen­ti­dos ante la auda­cia y el orgu­llo con que habló Al-Sin­war, «como si fue­ra el ven­ce­dor». Ni la resis­ten­cia ni su gen­te en Gaza están locos, como a muchos medios de comu­ni­ca­ción e inves­ti­ga­do­res occi­den­ta­les les gus­ta pre­sen­tar­los. Por el con­tra­rio, saben quién ocu­pa su tie­rra, ya que son cons­cien­tes de la fra­gi­li­dad inter­na de «Israel» en este sen­ti­do. Los res­pon­sa­bles israe­líes tam­bién se dan cuen­ta de esta fra­gi­li­dad, ya que actúan con el más míni­mo cam­bio en el equi­li­brio de poder como una ame­na­za existencial. 

El pue­blo de Gaza y su resis­ten­cia se dan cuen­ta de que el con­flic­to pue­de no resol­ver­se en 2022 o qui­zás en los pró­xi­mos años, pero como pue­blo de esta región, que lucha por su cau­sa y por el futu­ro de sus hijos, saben que el ven­ce­dor de esta gue­rra será el que ten­ga el alien­to más largo.

Fuen­te: Al Mayadeen

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