Como en los viejos tiempos, cuando el Pentágono fabricó la imposición de las dictaduras en nuestro continente para derrocar gobiernos legítimos, democráticos y progresistas, hoy vuelve a sus andanzas.
Ayer y hoy ha encontrando como siempre una extrema derecha sedienta de poder y expresiones retrógradas dentro de las Fuerzas Armadas y policiales serviles a dichos designios. Para todos ellos, las luchas y logros de los pueblos que han construido en procesos democráticos y progresistas, gobiernos y dirigentes auténticos, no es más que un desafío y atrevimiento absurdo que debe conjurarse por la vía violenta, porque los humildes no pueden aspirar a tanto.
La reciente intentona de Golpe de Estado en la hermana República del Ecuador se concretó con el secuestro de su presidente por alrededor de doce horas, cuatro muertos, cerca de sesenta heridos, el cierre temporal de tres de los más importantes aeropuertos y la acción de cerrar los canales de comunicación.
De tal manera podemos concluir que son tres golpes de Estado (Venezuela, Bolivia y Ecuador) frustrados por la valiente y decidida acción del pueblo y sus fuerzas armadas y uno, (Honduras) donde un gorila sirvió de puente para que se impusiera un gobierno ilegitimo elegido en elecciones fraudulentas, amañadas y llevadas a cabo sobre la punta de las bayoneta, ssurgido de una acción de facto.
Dignos en estos actos, todos los gobiernos, encarnados en presidentes, que aun en sus más altos niveles, a riesgo de ser sacrificados, actuaron con lealtad a sus pueblos y éstos y sus Fuerzas Armadas, cumplieron su deber patriótico y libertario, descontando la deshonrosa actitud de los militares hondureños que masacraron, desaparecieron y encarcelaron a su pueblo, para darle el poder y gobierno al imperialismo y las oligarquías amantes del terrorismo.
Hoy no es ayer, porque como dice un fragmento de la Segunda Declaración de La Habana “… esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar y su paso de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar su única verdadera e irrenunciable independencia…”
Estos dolorosos y sangrientos intentos por derrocar a los auténticos gobernantes, son la más clara confirmación de que el imperio y sus seguidores en el continente y el mundo, siguen utilizando la violencia, el terror, el engaño, y la contra información, para llevar a cabo sus fines mezquinos, excluyentes y de dominación.
Al mismo tiempo lanzan amañadas campañas reivindicando el respeto a los derechos humanos, cantan odas a la democracia y el respeto a la libertad, al tiempo que condenan de manera hipócrita y cínica, los esfuerzos de los pueblos a rebelarse, para defenderse de la opresión, la imposición, la miseria y la violencia.
Alerta pueblos y gobiernos del Continente y el mundo en lucha por alcanzar o afianzar la democracia, la soberanía y el socialismo. El imperialismo no se resigna a perder lo que arbitrariamente considera suyo. Además dentro de las fuerzas leales a los procesos democráticos y progresistas, la bota gorila infiltrada a su interior y servil al Pentágono, juega unida a los oligarcas que lloran su derrota.
De cuatro Golpes de Estado, fabricados contra los pueblos y gobiernos de nuestra América, solo uno ha prosperado y es urgente asimilar las experiencias para que nunca más los jurados enemigos del pueblo logren sus objetivos criminales.
La unidad y vigilancia de los pueblos y gobiernos son el conjuro para los peligros que siguen acechando.