Hace medio siglo nació en Euskal Herria el movimiento para unificar, en una estrategia revolucionaria, la liberación nacional y la liberación social del veterano y rebelde pueblo vasco. Aquellos jóvenes obreros y estudiantes que iniciaron el proceso que protagonizaría el Pueblo Trabajador Vasco, rompían en contra del Estado –entonces dictadura del General Franco- y contra las clases dominantes y colaboracionistas, asumiendo de las corrientes revolucionarias de Vietnam, Cuba, Argelia…la vocación anticapitalista, antiimperialista y el nuevo internacionalismo fundamentado en la aportación liberadora, pero desde su propio espacio y con sus propias fuerzas. Recogiendo, así, la llama liberadora de una clase trabajadora y de un pueblo progresivamente abandonados por los viejos instrumentos políticos, desgastados por la represión y la enfermedad reformista, que ha concluido con una desnortada izquierda en Europa y que ya en los años setenta, al finalizar la dictadura, no supieron estar a la altura del momento histórico.
La lucha del Movimiento Vasco de Liberación Nacional, desde sus primeros momentos, su contribución a la de desaparición de la última dictadura fascista europea, y la lucha continua a través de sus numerosos frentes por todo el mundo, son conocidos por las organizaciones revolucionarias y movimientos de liberación de los cinco continentes. Las persecuciones por parte de las nuevas burocracias estatales herederas de Franco y sus aliados europeos , las cárceles, torturas, desapariciones y ejecuciones de patriotas revolucionarios vascos ya eran conocidas por todo el mundo. Los últimos fusilamientos, poco antes de la muerte del viejo dictador en 1975, habían sido los de dos militantes de ETA y tres militantes marxistas leninistas españoles que cayeron juntos en el paredón.
Durante medio siglo, el movimiento revolucionario vasco ha sabido combinar dialecticamente todas las formas de lucha con grandes aciertos muchas veces, con desaciertos algunas, pero con una continua capacidad crítica para rectificar y crear nuevas formas de resistencia frente a los dos Estados, español y francés que, conjuntamente, han utilizado todos los medios violentos de sus aparatos administrativos y jurídicos para aplastar un movimiento que, empero, ahí subsiste, pese a la enorme represión que coloca a este pequeño país en cabeza de prisioneros políticos del mundo, en relación con su población. Todo ello no ha conseguido disminuir el gran apoyo social demostrado en permanentes movilizaciones, o la implantación en el movimiento obrero con una mayoría sindical independentista, y en la lealtad electoral mantenida a lo largo de los últimos siete años, pese a la ilegalización, con un importante sector de población que sigue optando por un voto inutilizado. La utilización de todos los medios y la no mitificación de ninguno de ellos , tiene que ver con la persistencia, su probada ductilidad y el potencial de la resistencia vasca.
Tras de una larga experiencia de enfrentamientos armados , huelgas generales políticas y duras movilizaciones la mayoría sindical vasca ha conseguido la hegemonía en el movimiento obrero, lo que ha permitido obtener las conquistas sociales que ponen al pueblo de Euskal Herria a la cabeza de Europa en dinamismo social; el “Marco Vasco de Lucha de Clases” fundamenta las posibilidades de una nueva fase de lucha por una nueva “formación social independiente”, foco de liberación hacia el Estado Socialista Vasco.
Primero en Argel, y años más tarde (1998) en Lizarra-Garazi, por iniciativa de la mayoría social vasca y protagonizado por los agentes políticos, sociales, sindicales y con la tregua unilateral de ETA, se intentó superar el conflicto mediante la negociación, no obstante ello fracasaron por la actitud cicatera y de bloqueo del Estado español. A partir de este nuevo intento de resolución negociada la represión, fabricada por los aparatos del estado español y proyectada a través de los partidos de derecha y la sumisa socialdemócracia, ha dado lugar al actual estado de excepción permanente que sufre Euskal Herria. Y es así que desde 1998, para el estado español, para sus ideólogos y sus políticos lacayos, no ha existido otro problema que no fuera la violencia de ETA. Estrategia que pretende esconder bajo el paraguas del «antiterrorismo» un profundo problema de naturaleza colonial. Pero, pese a ocultar la realidad social vasca, no han logrado impedir las nuevas propuestas que llevan a Anoeta, apostando por un proceso de diálogo y negociación para llegar a la solución del conflicto. El punto de partida propuesto era el reconocimiento de Euskal Herria como sujeto político manifestado en el respeto a la capacidad de decisión del pueblo vasco.
Y así, tras constantes intentos de abrir vías de diálogo para resituar el contencioso vasco con los Estados, en un escenario sin violencia de ningún tipo, correspondido por ilegalizaciones, persecución policial, detenciones, torturas, prohibiciones sistemáticas…el Movimiento de Liberación ha decidido emprender el camino de construcción de un proceso político democrático inserto en un escenario que fuera posible sin violencia por ambas partes y exclusivamente por las vías políticas. El movimiento revolucionario vasco ha comprendido la debilidad de los estados español y francés en el campo ideológico, político y en el de los derechos humanos. De ahí su actual apuesta política.
La propuesta Zutik Euskal Herria, con que inicia este proceso la Izquierda Abetzale, proponiendo el cambio de escenario con la “única garantía” del apoyo popular, ha sido inmediatamente acompañada por la actuación solidaria de agentes internacionales ‑Premios Nobel de la Paz, alguno de ellos‑, partidos políticos de izquierda y demócratas europeos, en una dinámica progresiva. El Alto el fuego unilateral de ETA , que tanto ha dolido al debilitado PSOE, actual gestor del gobierno de Madrid , lo mismo que a sus compañeros de la rancia derecha española, ponen de manifiesto la buena dirección del proceso vasco, pues parece haber estallado la mayor carga explosiva en el centro de gravedad de la estrategia de un Estado fallido y quebrado, muy tocado por la grave crisis económica que destapa, a su vez, la sumisión del llamado Partido Socialista a las políticas antisociales del FMI y del Banco Central Europeo. Nunca como hoy la realidad se ha presentado tan tristemente pedagógica, enseñando la verdadera cara del Imperio, de los Estados, del Capital, de la miseria, y de la alienación del trabajo que secuestra la identidad de mujeres y hombres para hacerles caer progresivamente hacia un nuevo esclavismo, por la pendiente de la sumisión.
Y para la clase trabajadora no existe solución dentro del sistema Una vez más la actual crisis estructural nos ha enseñado el caos de un modelo que se reproduce robando la vida de la inmensa mayoría; que acumula, al margen de las necesidades, produciendo la mayor miseria que la humanidad haya conocido y que pese a las trampas monetaristas de los ejecutivos se derrumba haciendo caer sobre los trabajadores el peso del desastre. Hablamos de un modelo cuya correa de transmisión son los actuales Estados, algunos de los cualeas, como España, Grecia y Portugal, administrados, paradójicamente, por denominados partidos progresistas.
Los vascos como otros pueblos sin Estado, hemos comprendido la necesidad de iniciar un proceso para construir una nueva Formación Social, diferenciada y alternativa, en el único espacio posible en estos momentos. Además, desde hace medio siglo el Movimiento Socialista Vasco de Liberación Nacional viene planteando que “ahora y aquí la lucha de liberación nacional es la contradicción principal en la lucha de clases”.
Hace medio siglo se inició el proceso de autodeterminación de este País. En los últimos tiempos hemos comprobado como desde otros sectores políticos se asume progresivamente el proceso, al rebufo del movimiento popular. Los luchadores revolucionarios vascos de los primeros años tenían claro que a Euskal Herria no la iba a liberar solamente ETA, ni siquiera la Unidad Popular, sino todo el pueblo trabajador de Euskal Herria en pie. Es tiempo de remar mar adentro. El camino de la autodeterminación ha sido ilegal mucho tiempo, pero podrá ser legal en un escenario democrático; ha resistirdo con las armas ante la violencia antidemocrática de los Estados y sinembargo utilizará exclusivamente métodos políticos en un nuevo escenario, si ello es posible. Será definitivamente el pueblo trabajador quien haya abierto nuevos caminos y quien decidirá en este proceso los ritmos necesariamente desiguales y coordinados en momentos y espacios desde los que partimos. Y lo será, probablemente, sumando la “masa crítica necesaria” para abordar nuevos escenarios., como sujeto para construir y blindar el necesario espacio de libertad hacia el ESTADO SOCIALISTA VASCO.
Pues es el pueblo trabajador quien, únicamente, puede asumir la responsabilidad de construir nación desde su independencia unilateral, contra Estados y sistemas impuestos. Todos los procesos de liberación conducen a la liberación total del género humano. No existe liberación de hombres sin liberación de la mujer. Ni existe liberación humana compatible con enajenaciones económicas, sociales, culturalesm o ideológicas. No son libres los pueblos que oprimen a otros pueblos. Todas las luchas son la misma lucha. Y la solidaridad internacionalista será la suma de espacios liberados por la lucha de mujeres, hombres y pueblos que abren el camino de un mundo de libertad, en el que cada cual aporte según sus posibilidades y reciba según sus necesidades. Y ahora EUSKAL HERRIA ha decidido navegar, con timón firme, rumbo al puerto de su libertad.
Abelino Gómez Gómez
Jon Kerejeta Bera
Pako Belarra Lagüera
Juanjo Sainz Sainz
Dabid García Gómez
Javier Ramos Sánchez
MIEMBROS DE EUSKAL HERRIKO KOMUNISTAK (EHK)