Por Carlos Aznárez, Resumen Latinoamericano, 25 de diciembre de 2021.
La última vez que nos vimos en Santiago con Polo fue una tarde de esas llenas de gases y balas de goma que los carabineros lanzaban a diestra y siniestra. Nos habíamos encontrado en un bar a unos 200 metros de la Plaza de la Dignidad, donde la Revuelta escribía la historia en barricadas, cantos y encontronazos contra la represión. Polo quería que avanzáramos en acuerdos inmediatos entre los dos medios. Para nosotros, los que hacemos Resumen Latinoamericano, la Señal 3 de esa población aguerrida que fue siempre (y es) La Victoria, era el arquetipo de lo que siempre admiramos. Un medio comunicacional nacido desde abajo y en la pelea, dándole voz y expresión a una barriada que jamás pudieron cooptar ni aplastar, ni los asesinos del pinochetismo, con Piñera incluído, ni los reformistas de la Concertación.
Polo estaba entusiasmado con que intercambiáramos información y nos ofreció un espacio para que nuestro programa de TV estuviera a partir de ese momento en el Canal, y así fue que empezamos a caminar juntos. Después de tomarnos una birra, decidimos seguir la charla mientras nos acercábamos hacia el epicentro de la lucha, esa Plaza de la Dignidad donde los politiqueros (todos ellos, incluidos los de la izquierda pactista) no se animaban a acercarse, porque la oleada juvenil estaba dispuestos a funarlos (como llaman alli al escrache). No habíamos caminado ni una cuadra cuando nos encontramos envueltos en una maraña de gases, mientras dos enormes «guanacos», de esos que lanzan agua con químicos que queman la piel, se nos vinieron encima. Fue instintivo, nos miramos y ambos pelamos los celulares y filmamos hasta que la vista se nos nubló de tanto llorar. Cuando a nuestros pies cayó una bomba de gas, el Polo no dudó y le pegó soberana patada digna de un delantero de la mejor selección, y me gritó, sonriente y lloroso: «la comunicación popular también tiene estas cosas…», y seguimos viaje hacia nuestra meta, mientras a nuestro alrededor se escuchaban a puro ritmo de cacerola esas frases tan emblemáticas del estallido social: «Piñera, conchitumadre, asesino igual que Pinochet».
Tiempo después lo llamamos desde Buenos Aires y lo reporteamos para nuestro programa. Estaba claro como siempre, analítico, dando pistas de lo que podía venir, y en medio de la pandemia y el estado de sitio, auguraba nuevas peleas, porque «aquí seguimos dispuestos a no darle tregua a estos asesinos».
Un tipazo este Polo que a partir de ahora extrañaremos, un todo terreno del periodismo nacido desde abajo y a la izquierda. Cuando la enfermedad le estalló en toda su dimensión nos mandó un mensaje que dice a las claras que nunca dejó de luchar: «no podran vencernos, no puedo hablar por la enfermedad pero podemos escribirnos».
Habrá que hacer lo posible e imposible para no fallarle a este hermano de lucha y seguir machacando contra el capitalismo y sus lacras como él siempre hizo. Seguramente, en La Victoria su nombre va a ser honrado año tras año, y no faltarán voluntades que recojan lo que él y otros compas como él han sembrado, pero de todas maneras queremos dejar sentado que para Resumen Latinoamericano, el nombre de Polo Lillo se incorpora desde ahora a nuestros siempre recordados íconos revolucionarios. Y en su homenaje, le pondremos su nombre al próximo taller de comunicación popular que pongamos en marcha en 2022. Allí, trataremos de contarles a las y los compañeros de qué material estaba hecho Polo Lillo, puntal indispensable de la Señal 3 La Victoria.
Querido Polo, te despedimos con el puño en alto y la convicción de que vamos a vencer. Hasta la victoria siempre!
VIDEOS: HOMENAJE Y DESPEDIDA A POLO LILLO EN LA POBLACIÓN LA VICTORIA
ENTREVISTA REALIZADA POR RESUMEN LATINOAMERICANO
(En la segunda parte del programa, la entrevista con Polo Lillo)