En 1995 la contrarrevolución entregó la floreciente industria socialista húngara a una banda de mafiosos que se han dedicado a acumular fortunas, destruir a los trabajadores y a la Naturaleza.
El último caso es el gigantesco vertido tóxico en Ajkai de la empresa criminal Ajkai Timfolgyar propiedad de la multinacional húngara Mal Rt creada tras privatizarse los combinados metalúrgicos socialistas. Mientras 8 personas han muerto, centenares han sido quemadas por lodo corrosivo, la población ha sido evacuada y ha perdido tierras y casas y las pérdidas son incalculables, sus dueños disfrutan de sus fortunas: Lajos Tolnay con 83 millones de euros y Béla Petrusz y Arjal Bakony con 60 millones cada uno.
El Partido Comunista Obrero de Hungría (PCOH), además de recoger fondos para las personas afectadas, ha denunciado con toda energía la mayor catástrofe natural provocada por el capitalismo húngaro.
Las empresas privadas, no sometidas a ninguna regulación, se limitan a recoger beneficios. Los camaradas denuncian que la fuerza armada ha sido convertida en fuerza expedicionaria al servicio de la OTAN y es incapaz de ofrecer ayuda a la población afectada. Esperemos que esta catástrofe abra los ojos a la población y deje de apoyar al capitalismo y emprenda la lucha por restaurar la República Popular.