La suspensión de visitas no ha sido la única consecuencia dejada este fin de semana por la política de restricciones aplicadas a familiares y amigos para poder acceder a las cárceles. Etxerat denunció ayer la grave situación acaecida en Soria, donde se pusieron todo tipo de trabas a una persona que sufre parálisis cerebral y que había acudido a visitar al santurtziarra Gaizka Gañan.
Los familiares explican que este discapacitado, que padece también deficiencias visuales, nunca había tenido problemas para realizar las visitas. «Debe acudir con muletas, pero normalmente le dejan unas de madera para entrar al locutorio», explica Etxerat. Sin embargo, este fin de semana todo cambió: «Las muletas de madera estaban preparadas, pero los funcionarios no se las dieron. Luego le obligaron a quitarse las gafas (casi no ve), y en vez de pasarle la raqueta, le obligaron a quitarse les pantalones pese a no poder hacerlo por sí mismo».
Gara