Hace más un mes vinimos con los familiares de Roxika Iriarte, Joxe Aldasoro y Eneko Compains. El Defensor del Pueblo no quiso recibirnos. Hoy le vamos a entregar sus testimonios de tortura.
En 2008, estuvimos aquí con familiares de Portu y Sarasola y cargos electos de Bortziri y Malerreka, cuando Igor se debatía entre la vida y la muerte y a Mattin seguían torturándole en Madrid.
¿Qué ha hecho el Defensor del Pueblo ante estos dos hechos y otros muchos más que hemos venido aquí a denunciar? Nada de nada.
Es más, en las últimas ocasiones ni siquiera se ha querido reunir con nosotros, y nos atiende una secretaria que no puede asumir compromisos. Hace varias semanas le pedimos una reunión y todavía no hemos recibido respuesta.
La tortura es sistemática, y tiene un engranaje que funciona a la perfección: los jueces ordenan detenciones incomunicadas gracias a unas leyes aprobadas por los políticos españoles. Los policías son los encargados de torturar a los ciudadanos vascos durante 5 días de opacidad absoluta. Más tarde, los jueces utilizan las declaraciones obtenidas bajo torturas para encarcelar y condenar. Los políticos vuelven a taparse los ojos ante los testimonios de tortura y aplauden la eficacia policial. El papel de instituciones como la del Defensor del Pueblo es la de callar, la de otorgar impunidad mediante su silencio. Por eso, no cabe más que decir que hoy venimos a reunirnos con un cómplice de la tortura, y que le vamos a exigir que rompa su silencio si quiere dejar de serlo.
Que tenga en cuenta el Defensor del Pueblo, el señor Eneriz, que dentro de un tiempo, cuando la tortura sea cosa del pasado y se asuma de forma generalizada que aquí se torturó impunemente, las instituciones que han callado ante esta realidad y sus responsables pasarán a la historia como personajes repugnantes. ¿Quiere ser uno de ellos el señor Javier Eneriz?
Para terminar, hacemos un llamamiento a participar en la manifestación que se realizará el próximo sábado en Donostia contra la tortura.
Hace más un mes vinimos con los familiares de Roxika Iriarte, Joxe Aldasoro y Eneko Compains. El Defensor del Pueblo no quiso recibirnos. Hoy le vamos a entregar sus testimonios de tortura.
En 2008, estuvimos aquí con familiares de Portu y Sarasola y cargos electos de Bortziri y Malerreka, cuando Igor se debatía entre la vida y la muerte y a Mattin seguían torturándole en Madrid.
¿Qué ha hecho el Defensor del Pueblo ante estos dos hechos y otros muchos más que hemos venido aquí a denunciar? Nada de nada.
Es más, en las últimas ocasiones ni siquiera se ha querido reunir con nosotros, y nos atiende una secretaria que no puede asumir compromisos. Hace varias semanas le pedimos una reunión y todavía no hemos recibido respuesta.
La tortura es sistemática, y tiene un engranaje que funciona a la perfección: los jueces ordenan detenciones incomunicadas gracias a unas leyes aprobadas por los políticos españoles. Los policías son los encargados de torturar a los ciudadanos vascos durante 5 días de opacidad absoluta. Más tarde, los jueces utilizan las declaraciones obtenidas bajo torturas para encarcelar y condenar. Los políticos vuelven a taparse los ojos ante los testimonios de tortura y aplauden la eficacia policial. El papel de instituciones como la del Defensor del Pueblo es la de callar, la de otorgar impunidad mediante su silencio. Por eso, no cabe más que decir que hoy venimos a reunirnos con un cómplice de la tortura, y que le vamos a exigir que rompa su silencio si quiere dejar de serlo.
Que tenga en cuenta el Defensor del Pueblo, el señor Eneriz, que dentro de un tiempo, cuando la tortura sea cosa del pasado y se asuma de forma generalizada que aquí se torturó impunemente, las instituciones que han callado ante esta realidad y sus responsables pasarán a la historia como personajes repugnantes. ¿Quiere ser uno de ellos el señor Javier Eneriz?
Para terminar, hacemos un llamamiento a participar en la manifestación que se realizará el próximo sábado en Donostia contra la tortura.