Tenemos malas noticias para los amantes de la política cloacal, esa especializada en dar carroña por liebre y, desde la desvergüenza más absoluta, manipularlo todo sin más objetivo ni propósito que presentar como periodismo lo que es únicamente propaganda tóxica, y de la más excreta. Bastaría escuchar los disparates que, diariamente, suelta el títere que preside Ucrania para darse cuenta de cómo le van las cosas. Sólo hace falta que invoque a Darth Vader ante el derrumbe general de su ejército y la inmoral estrategia de escudarse en civiles –prohibido en las Convenciones de Ginebra- para hacer más agónica una derrota anunciada, dada la escasa resistencia presentada a Rusia.
Vamos por partes, pues el revoltijo infecto que se ha hecho del conflicto ha dejado sin neuronas al personal, ya no digamos a los líderes del gallinero. Resulta obvio, para quien quiera verlo, que la estrategia rusa no pasa por ocupar Kiev ni por destruirlo todo a su paso, como gusta hacer el ‘amigo americano’. Járkov y Mariupol son excepciones. Uno, porque están dentro del territorio del Donbás y deben pasar a control de las repúblicas secesionistas; dos, porque el ejército ucraniano y los neonazis del Batallón Azov se han atrincherado en ambas ciudades, con los civiles como escudo. El periodismo de alcantarilla presenta esas ciudades como ejemplo de una casi inexistente resistencia ucraniana, cuando la realidad es que centenares de poblaciones han sido ocupadas por las tropas rusas sin mayores problemas, como se puede deducir dando un vistazo a los mapas que presenta el sindicato del alcantarillado periodístico.
Un hecho que no cuentan es que, en la primera semana de guerra, el ejército ruso, empleando aviación y misiles, destruyó prácticamente toda la infraestructura militar del ejército ucraniano, desde aeródromos y depósitos de combustible a la red de comunicaciones. En esa primera semana de guerra la guerra estaba ganada. Para evitar que crean que esto es invento nuestro, por ser ‘prorrusos’, les pasamos el análisis hecho por Larry C. Johnson, un ex oficial de la CIA que trabajó veinticuatro años entrenando a comandos de operaciones especiales del ejército de EEUU. Es decir, alguien que algo sabe de lo que comenta. Dice Johnson eso, que Rusia ganó la guerra y cita el caso de la columna de blindados que se encuentra, desde hace tres semanas, en los alrededores de Kiev, de donde prácticamente no se ha movido. Johnson comenta sobre esta columna:
«Cuando se posicionó durante más de una semana al norte de Kiev, una zona de 24 millas (o 40 millas, dependiendo de la fuente de noticias), quedó claro que la capacidad de Ucrania para lanzar operaciones militares significativas había sido eliminada. Si su artillería estaba intacta, esta columna era presa fácil para la destrucción masiva. Esto no ocurrió. Además, si los ucranianos tuvieran una capacidad viable de ala fija o rotatoria, deberían haber destruido esta columna desde el aire. Esto no ocurrió. O, si tuvieran una capacidad viable de misiles de crucero, deberían haber hecho llover el infierno sobre la columna rusa supuestamente bloqueada. Eso no ocurrió. Los ucranianos ni siquiera montaron una emboscada significativa de infantería contra la columna con sus Javelin americanas recién suministradas.»
No hace falta ningún comentario. Rusia va a su ritmo y, como afirma el gobierno ruso, los planes van saliendo como estaba previsto. Por demás, a pesar del enorme escándalo y alharaca que se ha hecho con los suministros de armas por parte de los países de la OTAN, o estos no han llegado, o no han servido para nada, pues, al día de hoy, no se ve ninguna ofensiva ucraniana contra las fuerzas rusas. Al parecer, los bombardeos rusos con misiles hipersónicos y balísticos destruyeron los almacenes donde estaba gran parte de esas armas, en bases próximas a las fronteras con Polonia y Rumania. En esos bombardeos habrían perecido decenas de instructores de EEUU y la OTAN, lo que ha provocado un shock en las fuerzas atlantistas. Explicación plausible es que Rusia tendrá casi toda Ucrania llena de informantes, además de disponer de una densa red de satélites espías, lo que le permite seguir los movimientos de armas y tropas. Así que, entre unos y otros, tendrá localizado todo, esperando que la cantidad merezca otra ronda de misiles.
Hablaremos, ahora, de China, pero no con nuestras palabras, sino con documentos oficiales de EEUU y la UE. El más reciente, de febrero de 2022, titulado INDO-PACIFIC STRATEGY of the United States, emitido por la Casa Blanca, se inicia con estos párrafos:
«Estados Unidos es una potencia del Indo-Pacífico. La región, que se extiende desde nuestra costa del Pacífico hasta el Océano Índico, alberga a más de la mitad de la población mundial, casi dos tercios de la economía mundial y siete de los mayores ejércitos del mundo. Hay más miembros del ejército estadounidense en la región que en cualquier otra fuera de Estados Unidos.»
En otro documento, que establece la estrategia naval de EEUU, titulado Advantage at Sea, de 2021, se indica que el propósito clave de la Marina estadounidense es este:
Thank you for watching
«El control de los mares permite al Servicio Naval proyectar poder en apoyo de los esfuerzos de la Fuerza Conjunta y proteger a las fuerzas conjuntas y aliadas que se dirigen a los teatros de conflicto. Cuando los adversarios deben cruzar aguas abiertas, la negación del mar les roba la iniciativa, impide un hecho consumado y les impide alcanzar sus objetivos. Controlamos o negamos los mares destruyendo la flota del adversario, conteniéndola en zonas que impiden operaciones significativas, prohibiéndole salir de puerto o controlando las líneas de comunicación marítimas. En colaboración con los aliados y socios, seremos capaces de controlar los puntos de estrangulamiento críticos, lo que nos permitirá salvaguardar las fuerzas conjuntas que fluyen hacia el teatro de operaciones e imponer costes militares y económicos a nuestros adversarios.»
El gallinero europeo tiene su papel, de actor secundario, pero papel. Se lee, en la llamada Estrategia de la UE para la Cooperación con el Indo-Pacífico, estas flores del campo:
«La UE promoverá una arquitectura de seguridad regional abierta y basada en normas, incluidas líneas marítimas seguras de comunicación, desarrollo de capacidades y una mayor presencia naval de los Estados miembros de la UE en el Indo-Pacífico. Además, la UE buscará realizar más ejercicios conjuntos y escalas en puertos con socios del Indo-Pacífico, incluidos ejercicios multilaterales, para luchar contra la piratería y proteger la libertad de navegación en la región.»
Para cerrar este punto, damos papel estelar al comandante de la Flota del Pacífico de EEUU, almirante John C. Aquilino, quien declaró, refiriéndose a China:
«En los últimos 20 años hemos sido testigos de la mayor concentración militar desde la Segunda Guerra Mundial por parte de la República Popular China…Han avanzado todas sus capacidades y esa acumulación de armas está desestabilizando a la región […] Si la disuasión falla, mi segunda misión es estar preparado para luchar y ganar».
Queda por aclarar que el concepto «Región Indo-Pacífica» fue acuñado por EEUU en 2017 para reunir, en torno a este concepto ‑que es geopolítico, no geográfico‑, toda su política de confrontación con China, incluyendo la guerra. La UE se ha comprometido oficialmente con EEUU a apoyarlos activamente en el conflicto con China. Si ese conflicto estalla –que estallará‑, lo de Ucrania parecerá juego de parvulario. Así que, párvulos lectores, China no apoyará a la OTAN contra Rusia. Está ocurriendo lo contrario. El enfrentamiento de la OTAN con Rusia está fortaleciendo aún más la alianza ruso-china. Una alianza de hierro, pues China cubre las espaldas de Rusia frente a Occidente, y Rusia las de China frente a EEUU. La estrategia de EEUU contra China contempla un bloqueo naval, para impedir China importe gas y petróleo por mar. En esa tesitura, sólo Rusia podría proveer a China del gas y el petróleo que necesite. Mediten.
Este es otro mundo, en el que Occidente está en abrumadora minoría, aunque los medios del estercolero informativo digan otra cosa. Sólo los países del gallinero y sus congéneres asiáticos apoyan las políticas contra Rusia. El resto no. Cuando bajen del bejuco lo entenderán y, cuando entiendan las nuevas reglas (que no son las de EEUU), comprenderán que no hay alternativa a la negociación con Rusia. A Ucrania se le acaba el tiempo, y cuanto menos tiempo le quede, será peor. El títere pudo negociar una paz honorable, pero los títeres no deciden. Es de los tantos problemas que provoca ser títere. O gallinero. Que el que a mal árbol se arrima, mala sombra le cobija.
Sobre los vínculos atlantistas, vaya la pregunta de Nicolas Hausdorf, en su artículo Finis Europa, de 24 de marzo de 2022: «¿Arriesgaría EEUU, ante una invasión rusa de Europa occidental, su estatus de gran potencia en una guerra posiblemente devastadora contra Rusia y dejaría la historia a potencias emergentes como China e India?»…
Quedan, pues, avisados, ciudadanos del espacio gallinero, que están comprometidos por sus gobiernos a dos guerras. Una, en el Frente Atlántico, contra Rusia. Otra, en el Frente Pacífico, contra China. Deberían preguntar sobre el tema, que les va la vida en ello. Por lo pronto, les deseamos suerte, que la necesitarán, y mucha. Anoten, además, que Rusia todavía no ha respondido a las sanciones. Y no es porque carezca de munición. Otra cosa. ¿Saben cuál es el diario más prorruso fuera de Rusia? Global Times, la versión exterior del Diario del Pueblo, del Partido Comunista de China. Saquen conclusiones. Nosotros, rumbo a la periferia, que es pobre, pero sin riesgos. No es parte del gallinero.
Autor: AUGUSTO ZAMORA R.