En el marco de la estrategia del pacto PSE-PP, la Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Departamento de Interior propuso la conmemoración del 10 de noviembre como Día de la Memoria. Lo pactaron con el PNV y oficializaron una jornada en la que instituciones de la CAV acordaron «promover durante esta jornada plenos extraordinarios o comisiones de gobierno o juntas generales para aprobar una declaración institucional con motivo de la celebración».
Sin embargo, la principal institución firmante del acuerdo, el Parlamento de Gasteiz, no va a poder cumplir con su compromiso. Una declaración de este tipo exige el acuerdo unánime de todos los grupos parlamentarios en el documento que vaya a hacerse público o, al menos, su no oposición al mismo. La portavoz de Aralar, Aintzane Ezenarro, ya anunció ayer que «el día 10 de noviembre en el Parlamento no habrá una declaración institucional si no se recoge la memoria de las víctimas del franquismo, de víctimas de vulneraciones graves de derechos humanos por parte del Estado y grupos armados». Fuentes de EA apuntaron que su decisión oficial está aún sin tomar, pero recordaron como antecedente que su parlamentario se mostró contrario a la institucionalización de un día de estas características, por lo que se abstuvo en la votación.
Texto parcial
El documento consensuado por PSE, PP y PNV para ser leído en ayuntamientos, juntas generales y Parlamento de Gasteiz consta de siete puntos. En el quinto señala que «recordamos hoy a todas las víctimas del terrorismo, sin excepción. A las víctimas del terror de ETA, el único grupo terrorista que todavía hoy amenaza la convivencia entre los vascos, pero también a las víctimas provocadas por otros grupos terroristas que, si bien hoy son pasado, originaron un sufrimiento que merece el mismo reconocimiento y reparación».
La portavoz de Aralar, Aintzane Ezenarro, criticó ayer que el texto se hubiera acordado entre tres grupos sin contar con el resto, pero también que en él se ofrece «una visión reduccionista de las víctimas». Se preguntó «qué hace el PNV entrando en este juego que llevan a cabo en el Parlamento el PP y el PSOE». Y añadió que no apoyarán ningún texto en el que no se recoja también «la memoria de las víctimas del franquismo, de las víctimas de vulneraciones graves de derechos humanos por parte del Estado».
Desde EA, por su parte, señalaron que la posición del partido está todavía por oficializar, pero recordaron que cuando se votó en la Junta de Portavoces del Parlamento la adhesión a la institucionalización del Día de la Memoria, su parlamentario se abstuvo por la parcialidad que observaba en las intenciones de la celebración.
El Parlamento de Gasteiz tiene fijada para el miércoles 10 la celebración a las 11.30 de un pleno con motivo del Día de la Memoria. Cabe suponer que la declaración a realizar debería consensuarse en la Junta de Portavoces de la víspera, aunque el punto no figure todavía en el orden del día. De cualquier forma, PSE, PP y PNV ya tienen acordado un texto que ha sido remitido a asociaciones como Eudel y que difícilmente podrá alterarse en fechas próximas.
La lectura de una declaración institucional exige el acuerdo unánime de los grupos parlamentarios o, al menos, su no oposición al texto. Aralar ya ha anunciado que no acepta el documento acordado por PSE, PP y PNV.
Como alternativas caben que se dé lectura al texto presentándolo como un acuerdo suscrito por sus firmantes o también puede optarse por presentarla como una declaración de la Presidencia.
El Gobierno de Lakua, el Parlamento de Gasteiz, las tres juntas generales y Eudel en representación de los ayuntamientos, suscribieron el 24 de mayo de 2010 el acuerdo interinstitucional para la oficialización del Día de la Memoria. De manera esclarecedora sobre lo que realmente pretenden sus firmantes, en el acto hubo menciones para las víctimas de ese día y se olvidaron de una, la provocada por el Batallón Vasco Español.
Tras la lectura del acuerdo tomaron la palabra los firmantes y el presidente de Eudel, el jeltzale Jokin Bildarratz, recordó que nueve años antes ETA había matado al director financiero de «El Diario Vasco», Santiago Oleaga, y envió «un caluroso recuerdo a su familia y también a la familia del Diario Vasco». Luego añadió que «intuyendo que podría haber más víctimas» en un 24 de mayo había mirado en internet, comprobando que «en el 89 fueron asesinados en Bilbao dos guardias civiles y un ertzaina, cuando estaban desactivando una bomba. Vaya también para ellos el caluroso recuerdo y abrazo». Después, la presidenta de las JJGG de Gipuzkoa, Rafaela Romero, se sumó al recordatorio de Bildarratz.
Nadie se acordó, sin embargo, de Mikel Merkelanz, taxista al que el BVE mató de dos tiros en la cabeza el 24 de mayo de 1978. Este tipo de olvidos son sumamente elocuentes. Como lo fue la presidenta del Parlamento, Arantza Quiroga, cuando el 2 de julio, en el homenaje a alcaldes y concejales aludió a los ediles «vilmente asesinados por ETA», cuando entre los asistentes estaba la viuda de Tomás Alba, muerto por el BVE.
Fuente: Gara