Hoy todos los ojos se vuelven hacia Portugal y España. Irlanda ha seguido los pasos de Grecia como ésta siguió los de Islandia que, aunque no pertenezca a la UE, aún sigue siendo capitalista.«España podría ser la siguiente» dicen algunos analistas, que la ubican más cerca del abismo que Portugal, recordando que Madrid sufrió un colapso en el sector de la construcción de la misma manera que le ha sucedido a irlanda.
Los desesperados intentos del régimen juancarlista por dar confianza a los inversores apenas son tenidos en cuenta y la Bolsa española sufre continuos batacazos. La cosa es tan grave que, la radio pública RNE, ha dicho que el Gobierno se reunirá el sábado con varias empresas (la mayoría integradas en el selecto IBEX), para ver cómo pueden atraer inversión externa. El riesgo de comprar deuda española ha aumentado y para adquirirla tendrían que ofrecerla a precio de “liquidación por cierre”. Se elige la deuda alemana, de menor rentabilidad pero más fiable.
Y ya que hablamos de Alemania, su ministro de Finanzas alerta que ante tanto “rescate”, el euro está en peligro y si la UE no puede defender una moneda estable, mejor será entonar el sálvese quien pueda. El ministro dice que Alemania no “nada en dinero” sino que se “ahoga en deuda”. Yo diría que lo que se ahoga, en un mar de injusticia, es el capitalismo azotado por una crisis de “manual marxista”