El Ararteko, Iñigo Lamarka, ha presentado un informe –«Estudio sobre el sistema de garantías en el ámbito de la detención incomunicada y propuestas de mejora»– en el que constata que la tortura es una práctica en vigor durante el arresto en situación de incomunicación, régimen en el distintas organizaciones sitúan la clave de la tortura.
«Hemos recibido y seguimos recibiendo quejas relativas a presuntas prácticas de tortura o malos tratos infligidos a personas detenidas, habiéndoseles aplicado a la inmensa mayoría de ellas en régimen de incomunicación», señala el informe, que recoge que «en la aplicación de la detención incomunicada en España no se han producido avances significativos» desde 2004, cuando abogó por eliminar este régimen de arresto.
El Ararteko plantea que las grabaciones de los detenidos incomunicados sean sistemáticas y reclama que estas grabaciones cubra todas las dependencias policiales y lugares de detención, incluidos los vehículos policiales, dado que muchas denuncian señalan que los malos tratos comienzan en los coches en los que son trasladados.
Considera necesario que las grabaciones incluyan sonido para «descartar presiones o abusos» en los interrogatorios «informales» y sin presencia letrada.
El Ararteko defiende que la defensa y las instituciones de garantía de los derechos humanos deben tener acceso a las grabaciones, que tienen que conservarse durante «un plazo general cierto» y estar en custodia de independientes.
También reclama que el arrestado reciba asistencia letrada, aunque el abogado sea designado de oficio, desde el inicio de la detención y que esté presente en todos los interrogatorios.
Asimismo solicita que en los exámenes forenses haya un protocolo de obligado cumplimiento que indique todas las pruebas que deben practicar y que sea confidencial, que no puedan acceder los agentes en cuyas manos está la persona arrestada.
También cree necesario que pueda ser examinado por un médico de su confianza en presencia del forense.
El Ararteko defiende que el detenido pueda comunicar su detención a una persona de su elección y que se detalle el lugar en el que se encuentra arrestado.
La anotación en un libro de registro de todas las diligencias que practiquen con el detenido ‑incluidos los traslados fuera de las comisarías‑, la identificación de los agentes que tengan algún contacto con el arrestado, la alimentación regular del arrestado, permitir su descanso nocturno sin interrupciones, no mantenerlo con la cabeza cubierta ni en posturas forzadas o con la cabeza baja, son otras de las peticiones del Ararteko.