Con el acuerdo que han firmado este 2 de Febrero, con Gobierno y Patronal, CC.OO. y UGT, estas centrales sindicales han escenificado un nuevo acto de claudicación ante el Sistema y de subordinación de los intereses de la clase obrera y el resto de sectores populares a los del Capital. Sin embargo, esta innegable traición no constituye una excepción ni un hecho aislado, sino una constante premeditada mantenida por ambas desde la firma de los Pactos de la Moncloa, hace ya más de treinta años, y continuada hasta ahora a través de los pactos de reconversión, acuerdos de concertación, etc.
Esta firma es, igualmente, la respuesta que dan al clamor de las clases populares que les exigía que se opusiesen frontalmente a los envites del Sistema, encabezando la lucha en defensa de sus intereses, tomando la calle y apostando por la movilización y la huelga general. También es la respuesta a aquellos sectores de la izquierda política y sindical estatalista que aún creían en la posibilidad de la reconducción de ambas centrales hacia posicionamientos transformadores y de clase. A aquellos que, en su ingenuidad, condicionaban sus estrategias y actividades a la actuación y unidad de acción con unos sindicatos que hace tiempo que dejaron de serlo.
Nación Andaluza ya ha advertido en múltiples ocasiones del enorme y trascendental error que cometían aquellos que confunden a CC.OO. y UGT con meros sindicatos obreros reformistas a los que todavía era posible hacer girar hacia la radicalidad, reconvirtiéndolos en ejes aglutinadores e incluso en motores del enfrentamiento de los trabajadores contra la rapiña capitalista. Los sindicatos obreros y de clase lo son, no como consecuencia de formalismos discursivos, denominaciones, o en razón directa a la tipología o el número de afiliados. Tampoco es una conceptuación o adscripción de carácter indefinido o inalterable. Los sindicatos de trabajadores y de clase, lo son como consecuencia y en lógica coherencia con las dinámicas políticas mantenidas.
Los hechos de todos estos años, y no solamente ni principalmente este último, demuestran a quienes sirven y se deben CC.OO. y UGT. Ninguna de las agresiones emprendidas por el Capital y sus capataces de la pseudo-izquierda institucionalizada, contra la clase obrera y el resto de sectores populares, hubiesen sido posibles de llevar a la práctica por el Sistema sin su consentimiento y colaboración. Hace décadas que se traicionaron a sí mismas y dieron la espalda a la defensa de los intereses obreros, para convertirse, de facto, en parte de la misma administración del Estado, en engranajes esenciales del régimen para el control y embaucamiento de los Pueblos Trabajadores bajo el yugo español, desempeñando en este continuismo neofranquista un papel similar y equiparable al del sindicalismo vertical durante la Dictadura.
Sobran los análisis, las explicaciones, las justificaciones y las esperas. Ha llegado, de forma inexcusable, la hora de dar una respuesta clara, contundente e irreversible. Ante el evidente y definitivo abandono de posiciones obreras por parte de CC.OO. y UGT, y su pase al campo de la defensa de los intereses del Sistema, solo cabe una respuesta política realista: la denuncia del entreguismo y el desenmascaramiento de la traición. Solo cabe una respuesta sindical efectiva: la de la unidad de acción del sindicalismo anticapitalista que permita construir una alternativa de clase capaz de suplir y sustituir a “los mayoritarios” como referente entre los trabajadores. Solo cabe una respuesta personal consecuente: el abandono de la militancia en ambas centrales y la afiliación a las organizaciones de la izquierda sindical combativa, la que se niega a doblegarse y mantiene levantada la bandera de la lucha de clases y el triunfo de la revolución social.
Nación Andaluza hace un llamamiento general a todos los andaluces conscientes, con conciencia nacional y de clase, y en particular a los militantes y simpatizantes de la izquierda independentista, a aquellos que aún se pudieran mantener en CC.OO. y UGT, a que rompan con ambas centrales antisindicales y se afilien al Sindicato Andaluz de Trabajadores/as. Instamos a todas las organizaciones sindicales de clase a la unidad de acción anticapitalista, a que constituyan un bloque alternativo del sindicalismo de clase andaluz. Los pasos ya dados en este sentido indican que hay aún camino por andar pero que no solo es posible sino imprescindible. l@s militantes de Nación Andaluza trabajamos hace tiempo en esta línea unitaria y perseveraremos en ella. Por último, hacemos un llamamiento al propio SAT a que impulse y encabece dicho proceso en nuestro país, de forma decidida e inmediata. Es su deber histórico e ineludible para con el Pueblo Trabajador Andaluz, su futuro y el de nuestra tierra.
¡Por el Pueblo Trabajador Andaluz!
¡Por el triunfo de la clase obrera!
¡Por Andalucía libre y socialista!