Todos los ojos están puestos sobre los estatutos de la nueva formación política que la izquierda abertzale presentará mañana en público en Bilbo, cuyo nombre se dará a conocer el martes y que será registrada en Madrid el miércoles. El interés de la opinión pública aparece muy centrado en cuestiones como su posición respecto a ETA, pero el partido trae novedades marcadas también en cuanto a su modelo organizativo.
Según ha podido conocer GARA, en los estatutos se define un esquema de funcionamiento que resulta inédito en la historia de la izquierda abertzale, tanto por lo que respecta a las bases como a la estructura de dirección. Y que resulta coherente con la apuesta por una nueva estrategia política que lleva inmerso todo un «cambio de cultura». Entre otras cosas, porque su labor principal será buscar convergencias en el ámbito soberanista, independentista y de izquierdas.
Para empezar, el partido contará con afiliados, aunque también se abrirá a aportaciones de los llamados «simpatizantes». Cualquier persona mayor de edad podrá asociarse a esta opción política, incluidos los ciudadanos extranjeros que así lo deseen, según se detallará de modo expreso.
Derechos y deberes
Todos tendrán derechos y deberes derivados de esta afiliación política. Entre los primeros, por ejemplo, los estatutos citarán el de participar en las actividades del partido, tener derecho a voto en los órganos internos correspondientes, ser informado, expresar opiniones, poder ser elegido en cargos de representación interna, impugnar acuerdos que se estimen contrarios a los estatutos o las leyes…
Por lo que respecta a los deberes del afiliado, se enumerarán el de respetar lo dispuesto en los estatutos, acatar y cumplir los acuerdos, abonar las cuotas, difundir el ideario de la formación política, etcétera.
Los estatutos que se presentarán mañana en el Palacio Euskalduna a agentes políticos, sindicales y sociales definirán otras cuestiones anexas como el régimen disciplinario, las bajas…
Las cuotas de los afiliados y las aportaciones de los simpatizantes se convertirán además en una pieza importante de la financiación del nuevo partido. El capítulo dedicado al régimen económico y patrimonial detallará cuáles son las vías de financiación privadas y públicas.
En el primer bloque destaca que se admitirán donaciones y que se dará cabida también a ingresos por productos propios o por rendimientos de patrimonio. En cualquier caso, los estatutos explicarán que la nueva formación política de la izquierda abertzale carece de patrimonio en el momento de su constitución.
Congreso, Asamblea, Ejecutiva
Cualquiera que haya militado o simplemente conocido otras formaciones políticas de la izquierda abertzale a lo largo de las últimas décadas encontrará diferencias muy grandes también en los órganos de dirección que se establecen para este nuevo partido.
El máximo órgano de dirección será el Congreso Nacional, compuesto por no menos de 300 delegados, entre los que habrá un mínimo de un representante de cada Grupo Local del partido. Este Congreso se encargará de aprobar la línea ideológica y política, o de modificar los estatutos si fuera el caso… En principio, se reunirá de modo ordinario cada cuatro años, aunque también podrá hacerse de forma extraordinaria si lo pidiera la mayoría absoluta de la Ejecutiva Nacional o más de la mitad de los grupos locales.
En el periodo entre congresos, el máximo órgano será la Asamblea Nacional, también con un carácter muy amplio y que reunirá a un representante al menos de cada comité local. Se citará al menos una vez al año para cuestiones como la aprobación de alianzas y pactos y de presupuestos y cuentas. Se le encomienda igualmente ser «garante» de las decisiones del Congreso Nacional.
La gestión diaria, lógicamente, quedará en manos de órganos más ágiles y operativos. En concreto, de una Ejecutiva Nacional de 25 miembros, que será elegida por el Congreso Nacional. Se reunirá como mínimo una vez al mes. Y sus funciones habituales consistirán en valorar la actuación de los cargos públicos, organizar internamente el partido, resolver conflictos, dinamizar comités locales…
Secretario general al frente
Al frente de la Ejecutiva estará el secretario general del partido, al que elegirá el Congreso Nacional, para un periodo normal de cuatro años por lo tanto.
Este cargo unipersonal se convertirá en la máxima referencia de la nueva formación política independentista. Además de su labor diaria, presidirá y moderará tanto la Asamblea Nacional como la Ejecutiva.
El esquema no se agota obviamente en estos órganos generales, sino que el partido tendrá una implantación local lo más amplia posible.
En cada uno de estos puntos se establecen dos órganos: la Asamblea Local, con carácter amplio, que se reunirá al menos una vez al año, necesariamente antes de la Asamblea Nacional anual; y el llamado Grupo Local, nombrado por la anterior y con un carácter más dinámico.
Como queda dicho, cada estructura local estará representada a su vez en la Asamblea Nacional y el Congreso Nacional, que son los dos máximos órganos, encargados de fijar las directrices principales de la actuación del partido a medio y largo plazo.
Como es norma en estos casos, el partido se conformará en un Congreso Constituyente, por lo que antes de su celebración habrá que articular un sistema de dirección. Se ha optado por que sean los promotores quienes se constituyan en Comisión Permanente hasta que llegue ese momento. Esta Permanente designará un secretario general provisional que llevará las riendas de la formación en sus primeros pasos.
Se define el momento inicial, y también el final. Los estatutos regularán incluso cómo se debe proceder a liquidar el partido.
Control, cuentas y listas
El esquema de funcionamiento al que ha podido acceder GARA incluye también otros órganos como el Comité de Control y Garantías, que se encargará de dirimir conflictos y sanciones. Los estatutos contemplarán que esté integrado por cinco miembros elegidos por el Congreso Nacional, y que no podrán ser cargos públicos a la vez.
El nuevo partido dispondrá también de una Comisión de Cuentas destinada al control de sus presupuestos.
Se establece también la llamada Comisión Nacional de Listas, encargada de la elaboración o aprobación de las candidaturas electorales. En este ámbito, se establece la premisa de que para poder ser candidato será necesario asumir las bases ideológicas y los compromisos de actuación del partido. Y también se introduce un criterio de incompatibilidad, según el cual nadie podrá ser electo en más de dos niveles territoriales diferentes (diputado, parlamentario y concejal a la vez, por citar un ejemplo).