El plan de la OTAN es ocu­par Libia- Fidel Castro

El petró­leo se con­vir­tió en la prin­ci­pal rique­za en manos de las gran­des trans­na­cio­na­les yan­kis; a tra­vés de esa fuen­te de ener­gía dis­pu­sie­ron de un ins­tru­men­to que acre­cen­tó con­si­de­ra­ble­men­te su poder polí­ti­co en el mun­do. Fue su prin­ci­pal arma cuan­do deci­die­ron liqui­dar fácil­men­te a la Revo­lu­ción Cuba­na tan pron­to se pro­mul­ga­ron las pri­me­ras leyes jus­tas y sobe­ra­nas en nues­tra Patria: pri­var­la de petróleo.

Sobre esa fuen­te de ener­gía se desa­rro­lló la civi­li­za­ción actual. Vene­zue­la fue la nación de este hemis­fe­rio que mayor pre­cio pagó. Esta­dos Uni­dos se hizo due­ño de los enor­mes yaci­mien­tos con que la natu­ra­le­za dotó a ese her­mano país.

Al fina­li­zar la últi­ma Gue­rra Mun­dial comen­zó a extraer de los yaci­mien­tos de Irán, así como de los de Ara­bia Sau­di­ta, Iraq y los paí­ses ára­bes situa­dos alre­de­dor de ellos, mayo­res can­ti­da­des de petró­leo. Estos pasa­ron a ser los prin­ci­pa­les sumi­nis­tra­do­res. El con­su­mo mun­dial se ele­vó pro­gre­si­va­men­te a la fabu­lo­sa cifra de apro­xi­ma­da­men­te 80 millo­nes de barri­les dia­rios, inclui­dos los que se extraen en el terri­to­rio de Esta­dos Uni­dos, a los que ulte­rior­men­te se suma­ron el gas, la ener­gía hidráu­li­ca y la nuclear. Has­ta ini­cios del siglo XX el car­bón había sido la fuen­te fun­da­men­tal de ener­gía que hizo posi­ble el desa­rro­llo indus­trial, antes de que se pro­du­je­ran miles de millo­nes de auto­mó­vi­les y moto­res con­su­mi­do­res de com­bus­ti­ble líquido.

El derro­che del petró­leo y el gas está aso­cia­do a una de las mayo­res tra­ge­dias, no resuel­ta en abso­lu­to, que sufre la huma­ni­dad: el cam­bio climático.

Cuan­do nues­tra Revo­lu­ción sur­gió, Arge­lia, Libia y Egip­to no eran toda­vía pro­duc­to­res de petró­leo, y gran par­te de las cuan­tio­sas reser­vas de Ara­bia Sau­di­ta, Iraq, Irán y los Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos esta­ban por descubrirse.

En diciem­bre de 1951, Libia se con­vier­te en el pri­mer país afri­cano en alcan­zar su inde­pen­den­cia des­pués de la Segun­da Gue­rra Mun­dial, en la que su terri­to­rio fue esce­na­rio de impor­tan­tes com­ba­tes entre tro­pas ale­ma­nas y del Rei­no Uni­do, que die­ron fama a los gene­ra­les Erwin Rom­mel y Ber­nard L. Montgomery.

El 95 % de su terri­to­rio es total­men­te desér­ti­co. La tec­no­lo­gía per­mi­tió des­cu­brir impor­tan­tes yaci­mien­tos de petró­leo lige­ro de exce­len­te cali­dad que hoy alcan­zan un millón 800 mil barri­les dia­rios y abun­dan­tes depó­si­tos de gas natu­ral. Tal rique­za le per­mi­tió alcan­zar una pers­pec­ti­va de vida que alcan­za casi los 75 años, y el más alto ingre­so per cápi­ta de Áfri­ca. Su rigu­ro­so desier­to está ubi­ca­do sobre un enor­me lago de agua fósil, equi­va­len­te a más de tres veces la super­fi­cie de Cuba, lo cual le ha hecho posi­ble cons­truir una amplia red de con­duc­to­ras de agua dul­ce que se extien­de por todo el país.

Libia, que tenía un millón de habi­tan­tes al alcan­zar su inde­pen­den­cia, cuen­ta hoy con algo más de 6 millones.

La Revo­lu­ción Libia tuvo lugar en el mes de sep­tiem­bre del año 1969. Su prin­ci­pal diri­gen­te fue Muam­mar al-Gad­da­fi, mili­tar de ori­gen beduino, quien en su más tem­pra­na juven­tud se ins­pi­ró en las ideas del líder egip­cio Gamal Abdel Nas­ser. Sin duda que muchas de sus deci­sio­nes están aso­cia­das a los cam­bios que se pro­du­je­ron cuan­do, al igual que en Egip­to, una monar­quía débil y corrup­ta fue derro­ca­da en Libia.

Los habi­tan­tes de ese país tie­nen mile­na­rias tra­di­cio­nes gue­rre­ras. Se dice que los anti­guos libios for­ma­ron par­te del ejér­ci­to de Aní­bal cuan­do estu­vo a pun­to de liqui­dar a la Anti­gua Roma con la fuer­za que cru­zó los Alpes.

Se podrá estar o no de acuer­do con el Gad­da­fi. El mun­do ha sido inva­di­do con todo tipo de noti­cias, emplean­do espe­cial­men­te los medios masi­vos de infor­ma­ción. Habrá que espe­rar el tiem­po nece­sa­rio para cono­cer con rigor cuán­to hay de ver­dad o men­ti­ra, o una mez­cla de hechos de todo tipo que, en medio del caos, se pro­du­je­ron en Libia. Lo que para mí es abso­lu­ta­men­te evi­den­te es que al Gobierno de Esta­dos Uni­dos no le preo­cu­pa en abso­lu­to la paz en Libia, y no vaci­la­rá en dar a la OTAN la orden de inva­dir ese rico país, tal vez en cues­tión de horas o muy bre­ves días.

Los que con pér­fi­das inten­cio­nes inven­ta­ron la men­ti­ra de que Gad­da­fi se diri­gía a Vene­zue­la, igual que lo hicie­ron en la tar­de de ayer domin­go 20 de febre­ro, reci­bie­ron hoy una dig­na res­pues­ta del Minis­tro de Rela­cio­nes Exte­rio­res de Vene­zue­la, Nico­lás Madu­ro, cuan­do expre­só tex­tual­men­te que hacía “votos por­que el pue­blo libio encuen­tre, en ejer­ci­cio de su sobe­ra­nía, una solu­ción pací­fi­ca a sus difi­cul­ta­des, que pre­ser­ve la inte­gri­dad del pue­blo y la nación Libia, sin la inje­ren­cia del imperialismo…”

Por mi par­te, no ima­gino al diri­gen­te libio aban­do­nan­do el país, elu­dien­do las res­pon­sa­bi­li­da­des que se le impu­tan, sean o no fal­sas en par­te o en su totalidad.

Una per­so­na hones­ta esta­rá siem­pre con­tra cual­quier injus­ti­cia que se come­ta con cual­quier pue­blo del mun­do, y la peor de ellas, en este ins­tan­te, sería guar­dar silen­cio ante el cri­men que la OTAN se pre­pa­ra a come­ter con­tra el pue­blo libio.

A la jefa­tu­ra de esa orga­ni­za­ción beli­cis­ta le urge hacer­lo. ¡Hay que denunciarlo!

Fidel Cas­tro Ruz

Febre­ro 21 de 2011

10 y 14 p.m.

El plan de la OTAN es ocupar Libia

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