El Juzgado de Instrucción número 1 de Gasteiz ha archivado la denuncia presentada por un grupo de personas que fueron agredidas por la Ertzaintza durante la manifestación que recorrió la capital alavesa en la jornada de huelga general del pasado 27 de enero.
¡Faltaría más!, el Juez reconoce que «los hechos denunciados pueden ser considerados como delito», pero argumenta que «los autores de estos hechos no son conocidos», y archiva la denuncia.
Desde hace tiempo las policías patrullan y actúan con la cara tapada y sin número distinguible alguno. ¡Y más si se enfrenta al ciudadano! Son agentes anónimos, raposos nocturnos protegidos por el consejero, cobijados en el rebaño y amparados por la impunidad. Te hieren, te golpean, te lastiman, te insultan. Te putean… y se marchan embozados en sus pasamontañas, dejando tras ellos inhumanidad, brutalidad e impotencia.
Y el Juez dice sí al apaleado, pero te aguantas; y al agente: haz, pero sin que te reconozcan. Y no exige, como debiera, que deben ir perfectamente reconocibles e identificables.
Más que Juez de instrucción es agente de delito. Doble trabajo en nuestras calles: ahora las personas agredidas deben actuar contra la ertzaintza y el Juez al mismo tiempo. Por otra parte nada nuevo, ojeada la historia siempre fue así.
Ellos saben, pero los encubren, el juez colabora archivando. Hacen lo que el gobierno español cuando amnistía al torturador en comisaría. Bastaría un juez de instrucción decente un día de huelga a la puerta de El Corte Inglés ante los piquetes de la patronal.