En su edición electrónica de ayer, “La Jornada” publicó una “Reflexión” de Fidel Castro titulada “Los dos terremotos”. Se refería al tsunami en Japón y a la revolución en Libia. Creo importante destacar los párrafos tocantes a la presente situación en Libia. Dice el dirigente cubano:
“No albergo duda alguna de que Gaddafi y la dirección libia cometieron un error al confiar en Bush y en la OTAN, como se puede deducir de lo que escribí en la Reflexión del día 9 [de marzo].
“Tampoco dudo de las intenciones de Estados Unidos y la OTAN de intervenir en Libia y abortar la ola revolucionaria que sacude el mundo árabe.
“Los pueblos que se oponen a la intervención de la OTAN y defienden la idea de una solución política sin intervención extranjera, albergan la convicción de que los patriotas libios defenderán su Patria hasta el último aliento”.
En estos tres significativos y medidos párrafos, leo lo siguiente: un llamado a todos los libios a unirse como nación contra los posibles invasores (los cuales hoy día aún no se ponen de acuerdo sobre Libia debido a sus propias disputas de intereses); una crítica a Gadafi, que acentúa la ruptura con el dictador libio, pues éste no es persona para perdonar que Fidel Castro le diga en público que, sin lugar a dudas, se equivocó; un alerta contra los propósitos de la OTAN, no sólo de intervenir en Libia, sino de intentar “abortar la ola revolucionaria que sacude el mundo árabe”; y una definición clara de que la rebelión de Libia, que la OTAN quiere instrumentalizar para invadir, forma parte de esa “ola revolucionaria” y es un “terremoto de carácter político” (los terremotos vienen de abajo, no de afuera).
Es preciso, insisto, leer con atención esas Reflexiones de Fidel Castro sobre los sucesos de Libia y los países árabes.
Adolfo Gilly (n. Buenos Aires, Argentina, 1928, naturalizado mexicano) es profesor de historia y ciencia política de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es autor del libro más importante sobre la revolución mexicana, La revolución interrumpida, y de un luminoso ensayo sobre la Crisis de Octubre, entre decenas de otros libros y trabajos teóricos.
Adolfo Gilly*
Tomado del diario La Jornada