La iniciativa contra la tortura llegó ayer al Ayuntamiento de Iruñea, donde los concejales independentistas Mariné Pueyo y Mikel Gastesi llevaron al pleno los contenidos de la moción aprobada ya en decenas de pueblos.En un tempestuoso pleno, UPN insultó y vejó a la concejala Mariné Pueyo (madre de una de las navarras detenidas que han denunciado torturas a manos de la Policía) sin dejarle a ésta turno de réplica.
Para ello, utilizó un estratagema habitual en el equipo que dirige Yolanda Barcina: paralizar con sus votos la moción que defendían los concejales no adscritos y luego despachar sobre ella durante el turno de ruegos y preguntas.Pueyo defendió la urgencia de la moción recordando que de las 82 personas arrestadas en Hego Euskal Herria en 2010 63 han denunciado abusos por parte de policías. Por ello, reclamó al Ayuntamiento que se posicionara en contra de las medidas que permiten la creación de espacios de impunidad. En su argumentación, la concejal procedió a leer el fragmento de un relato de torturas a una de las jóvenes detenidas, en el que se da cuenta de cómo varios policías la desnudan de cintura para arriba y le realizan tocamientos sexuales. Esta sesión de torturas terminó, según el escrito expuesto por Pueyo, cuando la joven detenida cae desmayada. «Esta es sólo una parte de las denuncias presentadas por Garazi Autor, mi hija», declaró la concejal al terminar de leer el texto. Después preguntó: «¿Cuándo va a llegar el día en que los gritos silenciados de la tortura nos despierten?».Lejos de despertar empatía entre sus compañeros en el Ayuntamiento, el equipo de Gobierno se vio contra las cuerdas y decidió emprender un ataque personal contra la concejal. El encargado fue José Iribas, portavoz de UPN: «Queremos repudiar con rotundidad el sarcasmo, la desvergüenza y la infamia con las que se ha pronunciado la señora Pueyo».La edil independentista reclamó su derecho a responder y le emplazó a aceptar la moción y debatir en igualdad, pero la alcaldesa, Yolanda Barcina, salió al quite dando la sesión por terminada. Se vivieron fuertes momentos de tensión, después de los cuales nadie acudió a solidarizarse con la concejal injuriada.
Extractos del testimonio de Garazi Autor…las preguntas y los golpes en la cabeza y los gritos al oído eran constantes. Me pusieron una bolsa varias veces. La intenté morder pero me amenazaba (el Jefe del operativo). Me empezaron a tocar las tetas y me pusieron la bolsa en la cabeza. El Jefe se sentó encima de mí……también me seguían golpeando en la cabeza y gritándome muy fuerte al oído. Al final me quitaron la camiseta (no llevaba sujetador, me lo habían quitado en Iruñea porque era de aros) y siguieron los tocamientos y los gritos. Empecé a hiperventilar y la situación se puso cada vez más violenta. Me costaba respirar y mientras me pegaba, me gritaba más y más fuerte. Me volvió a poner la bolsa. Los golpes alrededor de los oídos eran muy fuertes y al final me cogió la cabeza entre sus manos apretándola fuerte y gritándome cosas (sobre Puelles, Miguel Ángel Blanco.., ya ni oía lo que decía), me tiró al suelo. Me levantó creo que agarrándome de los brazos y un compañero le dijo que salieran y se fueron. Me quedé sola con la chica y el hombre de ojos azules. Seguía hiperventilando y me amenazaban pero no me tocaban. Creo que de verdad se asustaron, me dijeron que me pusera la camiseta, pero yo empecé a temblar (los brazos sobre todo) me caí al suelo. Ya no se muy bien lo que pasó entonces.
Extracto de la intervención de José IribasAyer leía que Sortu había dicho que no iba a hablar en relación con las detenciones o, ya no digo con las felicitaciones, hasta que fuera legalizado, y la Sra. Pueyo, hoy sí, ha querido hablar, no sobre las detenciones de los presuntos etarras, sino sobre las presuntas torturas que, creo además, que ha dicho –pero ahí estará el acta y eso sí me parece grave– si hubiera dicho que ha contado con el beneplácito de la Audiencia Nacional. Nosotros queremos felicitar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Lo hacemos, absolutamente, con toda la rotundidad, a la judicatura también, a los miembros de la judicatura, y queremos repudiar con rotundidad el sarcasmo, la desvergüenza y la infamia con la que se ha pronunciado la Sra. Pueyo.