Estados Unidos logró una supremacía militar inédita y subordinó a sus rivales, en lugar de demolerlos. La confrontación con la URSS no se equiparó con los viejos choques inter-imperiales, dado el carácter no capitalista del sistema vigente en ese país.
El contexto económico quedó igualmente transformado por la nueva asociación internacional de capitales, la irrupción de compañías multinacionales, la disminución del proteccionismo, la recuperación del protagonismo industrial y la reorientación de la inversión externa hacia las económicas desarrolladas. La actualización de la teoría del imperialismo estuvo bloqueada por una actitud ritualista hacia el enfoque clásico, que asignaba vigencia perdurable a un periodo específico del siglo XX. Esta postura impedía comprender el nuevo marco de solidaridad miliar occidental y asociación multinacional.
Tres interpretaciones de los años 70 reabrieron la investigación, al resaltar el papel superimperial de Estados Unidos, el entrelazamiento ultra-imperial de las firmas y el carácter acotado de la concurrencia inter-imperialista. Plantearon acertadamente nuevos problemas, que no lograron resolver.
La mundialización neoliberal ha introducido una nueva etapa, que universaliza el capitalismo. Hay transformaciones cualitativas en todas las áreas. La inestabilidad del modelo y la indefinición de la tónica de crecimiento, no desmienten el cierre del esquema de posguerra. Las características del nuevo período no se clarifican dirimiendo la presencia o ausencia de una onda larga. Se ha consumado un giro comparable al observado a fin del siglo XIX y a mediados de la centuria pasada, que genera novedosos desequilibrios financieros, productivos y comerciales.
En esta etapa se expande el radio de acción imperial a todo el planeta, con mayores entrelazamientos económicos globales que afectan a los pueblos y regiones desfavorecidas. El imperialismo neoliberal acentúa las diferencias con la era clásica y profundiza las tendencias de posguerra.