Esta cantidad eleva la cifra de asesinados por la OTAN a 110 personas solamente en esa ciudad.
Misrata ha sido desde el principio de la agresión imperial contra Libia el bastión de los separatistas que reciben financiamiento, adiestramiento bélico y armamento de potencias extranjeras para cumplir con el objetivo que el Consejo Nacional de Transición (CNT) que aglutina a los separatistas libios y ha anunciado en diversos escenarios internacionales y no es otro que: “Derrocar a Gaddafi”.
Un despacho de Prensa Latina reseñó que por su parte Estados Unidos acusó a algunos miembros de la alianza del norte de no participar activamente y no compartir el peso de la campaña contra el líder de la revolución libia Muammar Gaddafi.
El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, advirtió que la invasión militar en Libia corre el riesgo de volverse “ineficaz” si los gobiernos europeos no amplían su participación.
Gates reclamó que los países europeos no pueden dejar sobre los hombros de los contribuyentes norteamericanos 75% de los gastos de la alianza imperial.
“La paciencia norteamericana se está terminando”, sostuvo, tras recordar que el gobierno estadounidense debe afrontar “dolorosos” recortes presupuestarios.
Entre tanto medios occidentales insisten en desplegar una campaña de desprestigio contra el ejército libio al asegurar que miembros de ese componente perpetraron violaciones masivas.
Voceros del gobierno libio rechazaron tales campañas mediáticas de medios de comunicación occidentales, que dedican grandes titulares a desprestigiar al líder de la revolución libia, Muammar Gaddafi, en referencia a las supuestas violaciones masivas ejecutadas por soldados del ejército regular libio.