Editoriala
Boltxe Kolektiboa
Cabe felicitarse por la insinuación de Aralar en el sentido de que después de la opción del PSN por UPN, es la hora de buscar un acuerdo entre Bildu, NaBai y Ezkerra. No merece la pena recordar las posiciones de Aralar y la llamada NaBai2011 marginando a EA y a los «independientes» para después comprobar que la apuesta estratégica de Aralar, el PSN, estrena vuelta al gobierno de la mano ni más ni menos que de la ultra derecha representada por la UPN de Barcina. Allá el PSN, pero asoman las costuras y los rotos en la distintas zonas de Nabarra, las bases del PSOE en Nabarra están empezando a hartarse del papel de palanganeros que les atribuyen Blanco, Zapatero y Perez Rubalcaba.
Ya hay acercamientos históricos a Bildu y expulsiones como la de Uriz, lo que demuestra que los gurús madrileños y su corte iruñatarra «psocialista» no tienen tanta credibilidad como antaño. Si Aralar hubiese apostado por la unidad entre Bildu y NaBai hoy de seguro estaríamos con una izquierda nabarra con más escaños que la propia UPN. Nabarra también gana alcaldías abertzales y de izquierda aunque poco a poco. Es una buena noticia que Aralar tome nota de la existencia fuerte de Bildu en el viejo reino, sin entrar en las razones, esas las conoce mejor que nadie la propia dirección de Aralar.
No se entiende mucho no obstante la negativa a integrarse en el gobierno de la diputación gipuzkoana, el camino normal de Aralar está en la integración en Bildu, aparcando todas las partes los agravios de cada cual porque este páis, Euskal Herria, necesita una alternativa urgente a las derechas fosilizadas y a las izquierdas del capital, los PSE,PSN o PSF. Estos ya no aportan nada, aunque hay que reconocer movimientos más democráticos en el seno del PSF que en sus compañeros de viaje de Vascongadas y Nafarroa, de todos modos la izquierda vasca avanza uniformemente en todo el país, Bildu, Bai Euskal Herriari y la nueva sigla que pueda surgir en Nafarroa tienen un claro futuro de la mano del sindicalismo de clase abertzale o vasquista, la mayoría sindical va para arriba al igual que las opciones políticas soberanistas mientras en Madrid la represión española vuelve a quedar en evidencia en medio de la solidaridad vasca y mundial para con las personas que representan desde elbanquillo y la cárcel una buena parte del futuro de Euskal Herria.