Facundo Cabral pasó más de 50 años cagándose en el Tío Sam y lógicamente “pagó” por su irreverencia, lo ajusticiaron vilmente personas apátridas del mundo, kaibiles del horror, diablos que están enquistados en todos nuestros países del sur profundo, de este sur que quiere liberarse de centenares de años de miseria y explotación.
Esto solo ratifica, de la manera más absurda, que la derecha no tiene razón alguna, a los argumentos falaces los apoya con el uso de la violencia, los capitales arman a esos desgraciados criminales, perpetran asesinatos, tumban gobiernos, causan caos social y arremeten contra toda civilidad, queriendo impedir que la gente buena, que son mayoría silenciosa, no cambie el mundo por uno mejor.
Pero con toda mi indignación les auguro: ¡NO VOLVERÁN!, así nos bombardeen, así nos invadan, lucharemos contra ellos y serán vencidos, pues tenemos múltiples armas que ellos jamás tendrán: la voluntad, la solidaridad, el compromiso, el amor, la justicia, la educación, el pueblo en su conjunto agrupado alrededor de un líder, Hugo Chávez Frías.
Hoy estamos de duelo pero ya mañana secaremos nuestras lágrimas y volveremos a la lucha por hacer de nuestro continente un espacio donde se abran las grandes alamedas por donde camine el hombre libre, como dijo el compañero Allende.
¡Patria socialista o muerte, venceremos!
¡Honor y gloria al camarada Cabral!