Editoriala
Boltxe Kolektiboa
La fecha elegida por Zapatero para convocar las elecciones estatales adelantadas ha dejado helado al personal, ni más ni menos que el 20 ‑N. En esa fecha murió en su cama, ‑desgraciadamente‑, Francisco Franco, el carnicero de Ferrol. Aquel genocida no quiso irse solo, antes mandó fusilar a Txiki, Otaegi, Garcia Sanz, Sanchez Bravo y Baena. Militantes de ETA y del FRAP, fue su despedida sangrienta, pero antes de morir tuvo la desagradable sorpresa del nacimiento de los GRAPO, si quiso ahogar en sangre al pueblo trabajador, no lo consiguió del todo.
Desde entonces aquí han pasado 36 largos años de traiciones y claudicaciones por parte de los nacionalismos de derecha y de la izquierda española, representada por el PSOE y por el PCE. Ni un solo año ha faltado la izquierda abertzale a su cita del 20 N en Bilbo. A la mañana, cientos de personas nos hemos dado cita en Rekalde primero y en Ametzola, tras del monolito erigido a Santi Brouard más tarde. A la tarde columnas procedentes de Deustu, Rekalde o Bilbi hemos avanzado hasta el lugar en que Santi trabajó y fue asesinado por orden de los jefes de los GAL , allí recordamos durante treinta y cinco años a estas dos víctimas del terror de estado y en ellos, a todas y a todos los asesinados, sin excepción miles de personas lo hemos hecho así.
El año 2011 brinda a Euskal Herria la posibilidad de ofrecer a todas las víctimas del terror de estado español y francés el mejor de los homenajes mediante una movilización sin precedentes de todo el electorado abertzale y democrático en favor de las candidaturas populares e independentistas de las formaciones que conforman Bildu en las que previsiblemente puede haber sorpresas con nuevas incorporaciones a este Frente Democrático Vasco, con participación de independentistas socialistas, socialdemócratas e incluso algún sector socialmente más tibio pero no menos independentista.
Euskal Herria tiene en su mano la jugada de la unidad, desgraciadamente la cortedad de miras de Na- bai y Aralar y el habitual sectarismo del PNV ha atrasado sustancialmente el primer gran avance cualitativo desde el inicio de la reforma española en Nabarra y ha menguado ligeramente su efecto en la denominada CAV.
Lo hecho no tiene remedio y solo podemos mirar hacia adelante así que, en manos del PNV queda la penúltima palabra, la última la tiene el electorado vasco, que no lo olviden los guardianes de la reforma española en Hego Euskal Herria como no podrán olvidar los fracasados sectarios autonomistas de Hamaika 1., los votos son del electorado, no del EBB.