Leitza es un tranquilo pueblo de Nafarroa, en el cual durante toda la llamada «democracia», ha vencido de forma desesperante para el facherio local la Izquierda Abertzale. Un pueblo de constumbres muy tranquilas de poteo diario y donde se conoce todo el mundo.
Euskaldun y abertzale, reune las condiciones precisas para ser odiado por la caverna medíatica y la ya conocida Brunete de la información española. Son constantes las agresiones verbales que contra este pueblo se vierten desde emisoras y periodicos españoles.
No hace aún un mes, en el txupin de jaiak, salieron vari@s solidari@s reclamando algo tan elemental, como el retorno de l@s pres@s a sus lugares de origen. Eso fué suficiente para que la jauria mediatica saltase de nuevo a la yugular del pueblo navarro y después vino la citación de la Audiencia Nacional contra su alcalde que está imputado y a espera de juicio.
Una cien personas han llegado desde España en autobuses esta mañana al pueblo y se han concnetrado en la plaza del mismo sacando una bandera española (debe ser la primera que se ve allá en mucho tiempo, sin contar la del cuartel de la Guardia Civil) y una pancarta del grupo fascistoide «España y Libertad». Tan solo han contado con la presencia además de ell@s de un concejal de UPN. Y la protección de la benemerita.
Lo que no sabemos es de quienes les protegian, porque las personas que allí viven, han seguido con sus respectivas rondas de poteo y pintxos sin hacerles el menor caso. El pueblo ha visto, como llegaban estas personas, montaban su show mediatíco y se largaban por donde han llegado. Nadie les ha dicho nada ni les han mirado. Ni siquiera las vacas de los alrededores se han molestado en levantar la cabeza, continuando con su festin de hierba.
Y como llegaron se fueron. Leitza ha recuperado su normalidad y sigue siendo lo que siempre ha sido. Un hermoso y agradable pueblo de Nafarroa, de Euskal Herria, euskaldun y abertzale. Para que se vuelva a ver allá una bandera española, tendrá que ir gente forastera a mostrarla. Los del pueblo no la sienten ni la quieren.