Hemos repetido hasta la saciedad, que la historia que nos enseñaron en escuelas, liceos y universidades, según ya en el s. XIX, recalcó el polígrafo y erudito gaditano Adolfo de Castro, había que escribirla completamente al revés.
En la historia de España, es más verídico lo que se oculta que lo que se refleja. Lo que se historia, siempre obedece escrupulosamente o sigue “ad pedem literae a los intereses del Imperio o de la monarquía¨.
Según ese guión, la historia de España, siempre se escribió sobre pautas repletas de manipulaciones, falsedades, invenciones y conveniencias. Jamás se ajustó a la realidad, sino como hemos dicho, a los específicos intereses del estado del nacionalcatolicismo.
Estemos pues sobre aviso los vascos, ante el habitual ensayo de manipulación, tergiversación y ocultación que el nacionalismo español está urdiendo al “contarnos…” la historia, la suya, de estos setenta y cinco últimos años.
Hace bien poco, el “insigne” Rubalcaba, previendo lo que se preveía, apuntó: No dejemos que ellos –los vascos‑, reescriban la historia.
Algo realmente muy significativo para el pueblo vasco. A nuestro pueblo siempre se le negó la posibilidad, e incluso la capacidad, de escribir su historia.
Evidentemente, les preocupa que en los tiempos presentes, les vaya a ser posible, mantener la parcialidad de su relato y tantas supinas falacias. Sobre todo desde que los vascos estamos plenamente decididos a ser de una vez por todas, protagonistas y cronistas de nuestra historia.
Son afortunadamente los tiempos presentes, tiempos en los que estamos recuperando nuestra memoria histórica, nuestros lugares de memoria y el orgullo de nuestra memoria…
Tras el comunicado de ETA, políticos, tertulianos y en general, todos los buitres mediáticos del Imperio, se arremolinan a codazo limpio para salir en la foto. Quien más quien menos, sin la más mínima concesión a la originalidad, ni a la complejidad del conflicto, se cierne a lo políticamente correcto.
Digamos, que como siempre se trata de la versión, oficial, judicial y policial de la voz de la corte. La voz que sistemática y secularmente despreció las causas del problema vasco, tanto como su voluntad y su padecimiento como pueblo.
Es ese monolitismo oficial, tan torpe en lo que se denomina cintura democrática, visión de futuro y arte en la solución de los conflictos.
Espero que el tiempo vaya recolocando los hechos. Deseo que en esa localización Europa sepa otra versión del fenómeno ETA, que no sea exclusivamente las de las agencias españolas. Exijo que cuando se hable de víctimas no se refieran exclusivamente a las resultantes de la actividad de ETA, sino de los inconfesables crímenes del franquismo –de los cuales tantos y tantos vascos somos testigos- y de las otras 474, a manos de la triple A, del BVE, GAL, y distintas policías.
Nulo es el interés que los diferentes gobiernos de “la democracia” han demostrado en la investigación y reparación de estas víctimas, las de segunda o si se quiere las de la maquinaria española.
Ya se sabe, para PPSOE ‑y ciertas asociaciones de víctimas-sólo son de primera y dignas de consideración, las víctimas de ETA. Las otras, ni han sufrido, ni han sido torturadas, ni han padecido, ni han sido vilipendiadas etc…etc…
Pero probablemente me quedaré con ello, con esperar, desear y exigir…
Estoy por ver, siquiera una vez, que España –o los españoles en general‑, pidan perdón por las tropelías cometidas a lo largo de su historia. Así que no espero que pidan perdón, por poner un ejemplo, a la familia de Txiki y Otaegi o a las de Lasa y Zabala, Mikel Zabalza, Santi Brouard etc…etc… y por supuesto, a las de tantos inocentes que asesinó el franquismo…
Los vascos sabemos que si hemos llegado a esta paz no ha sido –por lo menos básicamente- ni por la acción policial, ni por el trabajo decidido de los políticos españoles y mucho menos por los del avispero mediático.
Para llegar a este comunicado, han sido fundamentales la determinación y el compromiso de todo el aberchalismo.
No solo porque la existencia de ETA lesionara los derechos humanos… los estados los quebrantan habitualmente sin ningún pudor. No sólo por estrategia política que también. Yo creo que fundamentalmente ha sido, porque este pueblo se ha creído capaz de alcanzar las metas de la autodeterminación y soberanía, moviéndose exclusivamente al margen de la violencia armada, en puros parámetros democráticos.
Reescribamos pues nuestra historia explicitando claramente este punto.
Y reescribámosla, siendo conscientes de que de nuestros vecinos, si nos atenemos a sus formas y modos seculares –ojalá me equivoque‑, hemos de recibir más zancadillas que ayudas. Es decir que lo que consigamos, ha de ser contando exclusivamente con nuestra entrega y convencimiento…
España nunca nos regaló nada que no fuera guerra, invasión y expolio…
En definitiva, que los vascos debemos prescindir absolutamente de las tergiversaciones y trampas del pensamiento carpetovetónico, apelar a nuestra memoria histórica y partiendo de ella construir nuestra nueva patria: el nuevo estado vasco de Navarra.