Eduardo Rothe, realiza este trabajo de memoría historica y lo publica en Aporrea
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La caraqueña Maria Mercesdes Ancheta fue detenida en una alcabala móvil de la policía española que buscaba a jóvenes que habían lanzado volantes con consignas contra la represión en la ciudads vasca de Donosti (San Sebastían). La venezolana tuvo la desgracia de caer en manos de Melitón Manzanas, jefe de la Brigada Político-Social que le «hizo toda clase de salvajadas durante seis días», según publica en Caracas el diario El Nacional. Claro, no se trata de “El Nazional” de hoy, financiado por los torturadores de Guantánamo y Abu Graib, sino del que dirigía el escritor Miguel Otero Silva en 1961.
«La policía se ensañó con María Mercedes hasta límites insoportables. Con una navaja de afeitar, le hizo varios cortes en pechos, espaldas y glúteos, pero la detenida nada decía, ni podía decir, más que estaba de visita turística en Donosti. María Mercedes Ancheta fue detenida sólo por tener un apellido de origen vasco. María Mercedes quedó extenuada de tanta sesión torturante. Le aplicaron la picana, sumada a los cortes que hizo en su cuerpo el sádico y cobarde Melitón Manzanas. Además, hicieron “la bañera” con ella, rociando con excremento el suelo de la celda en la que permanecía desnuda, mientras varias descargas eléctricas recorrían una y otra vez su debilitado y dolorido esqueleto corporal».
Entonces, Melitón Manzanas, cansado de que la detenida «no aportara nada y no quisiera colaborar en la defensa de la unidad de España» (sic), le aplicó su método favorito para las mujeres. Se remangó la manga de su camisa hasta la altura del hombro y, acto seguido, ordenó a un sicario de su calaña que la atornillara bien para que «esta separatista de mierda se entere con quién está tratando». Sin solución de continuidad, el asesino Melitón Manzanas mete su mano sanguinaria en la vagina de María Mercedes, mientras la apresada profería alaridos de muerte, algo que provocaba más delirio y carcajadas al jefe de la policía en el atribulado País Vasco”. Finalmente, después de 8 días de detención, Maria Mercedes es rescatada por discreta intervención del gobierno venezolano y traladada a Caracas donde fallece 46 días después, como consecuencia de las torturas.
EL MONSTRUO
¿Quién fué la fiera humana que destrozó a esta muchacha? Según la Wikipededia, el policía español Melitón Manzanas González fue “colaborador con la Gestapo durante la Segunda Guerra Mundial , y jefe de la Brigada Político-Social de Guipúzcoa ”. Sindicalistas, nacionalistas, miembros del PSOE y del PCE, pasaron por las implacables manos de Melitón Manzanas y soportaron sus temidos interrogatorios en las comisarías de Irún y San Sebastián. Este torturador mayor recibió del franquismo 50 felicitaciones públicas, junto con otra singular condecoración: la “Cruz del Mérito Policial” que la dictadura le concedió en 1964.
MARIA MERCEDES VENGADA
María Mercedes fue torturada a muerte en 1961 y la ETA sólo comienza sus ataques mortales en 1968, siete años después, El primer asesinato político premeditado y planeado por la organización fue el del torturador Melitón Manzanas, en la «Operación Sagarra» («manzana» en euskera). El 2 de agosto de 1968 los tres etarras encargados de darle muerte le esperaron frente a su domicilio en Irún , un chalet llamado Villa Arana, y le dieron siete tiros.
HONOR AL SÁDICO
Melitón Manzanas recibió una medalla póstuma otorgada el 19 de Enero de 2001 pasados veinticinco años de la desaparición, formal, del régimen franquista. Y en Junio de 2003 recibió la primera “Medalla de Oro al Mérito Civil”, que ha concedido el Gobierno a una víctima del terrorismo de ETA, lo que provocó una avalancha de protestas de sus víctimas y deudos de sus víctimas, así como muchos de relatos:
“Lenchu, la hija del fallecido presidente del PSOE, Ramón Rubial, recuerda las palabras que salieron de la boca de su padre el día que ETA asesinó a Melitón Manzanas: “Ese era un torturador, mala gente…” Lo dijo en voz baja, pero muy clara, porque mi padre era una persona a la que no le gustaba recordar los sufrimientos del pasado”. A finales de 1944, fracasó el intento de fuga de Ramón Wilcox cerca de Oyarzun, en las peñas de Aya. Melitón Manzanas se encargó de conducir al dirigente socialista hasta San Sebastián. Según Lenchu, su padre le contó que ya en sus dependencias de la Brigada Político-Social, Manzanas le torturó reiteradamente. “Mi padre nunca quiso contarnos a la familia lo que le hizo Manzanas, que le interrogó personalmente, pero sé que sufrió mucho’.” Como vimos, Melitón también torturaba a mujeres, como a la madre de Miren Askarate, miembro de la Academia de la Lengua Vasca… Pero Manzanas se ensañaba sobre todo con los trabajadores, porque sabía dónde estaba el enemigo de clase. Un esbirro, una fiera humana, un perfecto policía fascista. CONCLUSION
Ahora que finalmente se vislumbra la paz para el País Vasco, las “víctimas de ETA” (familiares de los 829 muertos por la organización y algunos lesionados) gritan histéricas “Nada de ni vencedores ni vencidos: nosotros los vencimos” y chantajean a un Estado más que contento de dejarse chantajear por la derecha, que así nació porque para eso fue creado. Incluso se han vbuelto un pequeño Estado supra judicial al exigir y obtener derecho de control sobre los presos y ex-presos de la ETA, sus comunicaciones y vida privada. Es el famoso amor por el odio o “misofilia” española, que pide venganza pero no habla del medio millón de asesinados por Franco en tiempos de paz, ni de los vascos muertos por los grupos paramilitares de Felipe González (incluso en Caracas) y menos recuerda a los que murieron bajo la tortura, como la compatriota caraqueña María Mercedes Ancheta.
María Mercedes fue vengada, y no puedo ni quiero reprimir una sonrisa de satisfacción cada vez que lo pienso. Porque, como dijo Valera Mora, el poeta de la revolución, en su “CUARTETA PRE-ROMÁNTICA”:
Si una persona es hambreada apaleada
puesta en prisión y golpeada de nuevo
es derecho suyo elementalísimo derecho
atentar contra lo que sostiene tal sistema
El infierno debe empezar por casa