La semana pasada nos enviaron un enlace. Las bases del Leninismo por Stalin, versión traducida al euskara. Leninismoaren oinarriak . Al parecer se está haciendo un esfuerzo por traducir al euskara clásicos del marxismo. Lo cual me parece una buena iniciativa. Necesaria también.
En el mensaje que nos trasladaron no sabían si el blog nuestro se encuadraba en el marxismo-leninismo, es contrario a ello o de ideología revolucionaria abierta a todas las corrientes. Pero que aún por encima de eso resultaba interesante que el tesoro teórico del movimiento revolucionario se extendiera, además en euskara lo cual trae consigo un valor añadido. Me pareció correcto.
Si la memoria no me falla, hace bastantes años leí una entrevista al Profesor J, un chileno y gran amigo de Euskal Herria. En esta web, Clajadep-La Haine se pueden encontrar muchos de sus textos. Un analista político favorable a la democracia local, a procesos autónomos y constituyentes desde abajo. En esa entrevista le preguntaban a ver en que ideología se encuadraba, a que corriente pertenecía, con quien se identificaba. La respuesta fue larga; Una gran lista de movimientos revolucionarios latino-americanos y de todo el mundo, movimientos de liberación nacional, prácticamente todas las corrientes del comunismo, del anarquismo, todo tipo de experiencias sociales y revolucionarias. Conceptos algunos contradictorios, movimientos enfrentados a veces, se dejo poco en el tintero. Y pese a que esa fue la respuesta más larga, en cierta manera confusa y la menos concreta que he oído o leído nunca, me pareció la más simple y a la vez la más quirúrgica.
El movimiento revolucionario a lo largo de la historia ha tenido sus cosas buenas y otras que no lo han sido tanto. De entre las que no lo han sido yo destacaría dos. El personalismo y el sectarismo. Personalmente no creo que exista algo más anti marxista-leninista que declararse marxista-leninista. Es pura anti-dialéctica y de lo más inadecuado nombrar a dos personas como cabecera de una ideología y mecanismo de análisis y acción. Precisamente cuando el marxismo-leninismo es profundamente anti-dogmático y en continua construcción y de pensamiento expansivo. Nunca una foto estática.
Eso ha derivado en una miríada de ideologías-persona. Ni siquiera hemos tenido la inteligencia para no hacerlo así y las consecuencias han sido las previsibles. Las consecuencias han sido de tal calibre que incluso se ha llegado a un tipo de accionar que recuerda mas a la praxis clerical que a lo que un verdadero movimiento anti-capitalista podría desplegar. Del dogmatismo anti-dogmático también se podría escribir una enciclopedia.
Citar a clásicos revolucionarios a veces se ha realizado de la misma manera que los curas recitan versículos de la biblia. Y con la misma ortodoxia, que es lo más grave. Palabra de Lenin.
De ahí a luchas intestinas, desunión revolucionaria, esquemas inflexibles que se quiebran en dos días o puro fundamentalismo hay un pequeño paso. Y ese paso se ha dado muchísimas veces.
La lucha encarnizada contra el reformismo cuando precisamente el reformismo real es el sector objetivamente más cercano al revolucionario y el que merece un tratamiento especial y cuidado de radicalización, las peleas entre stalinistas y trotskistas que han tenido el dudoso honor de desactivar y limitar procesos de lucha en todas las partes del mundo cuando ni Stalin ni Trotsky han pisado ni estudiado jamas las coyunturas y singularidades de cientos de contextos, las barrabasadas entre anarquistas y comunistas. Para que seguir. En Euskal Herria tenemos muchos ejemplos históricos. Troskos, chinos, autonomazos, vanguardistas, nacionalistas radicales, anarcopijos, pequeño-burgueses. Nos hemos puesto mil motes. Ha habido ostias para todos. Y por si fuera poco la jaula de grillos del ecosistema revolucionario vasco, decenas de grupúsculos añadidos a lo largo de la historia muchos de ellos con una impronta escorada al españolismo muy fuerte que nos han querido vender las verdaderas bondades de lo revolucionario ante nuestra falta de criterio. Se iban a comer el mundo pero todos tarde o temprano se han ido por donde han venido. Algunos intentan volver con otros ropajes pero ocurre como con lo de la mona y los vestidos de seda. Les pasará lo mismo, aunque traigan celofán pseudo-abertzale.
Puede que todo esto suene a un análisis catastrofista y en cierta manera lo es, sin embargo no se puede obviar que pese a todo ello el movimiento revolucionario vasco es uno de los mas sanos, abiertos y flexibles que se conocen. De ahí que el movimiento popular vasco pese a todos los ataques sufridos y pese a todas las dificultades sea un pequeño islote que con luz propia brilla en una europa que se va por el barranco del reaccionarismo. No ha sido gratis, mucho trabajo y sufrimiento hay detrás de todo ello. Existe una masa crítica inédita en nuestro entorno. Y no ha surgido de manera espontánea.
Pues eso, que la energía revolucionaria es energía, que toda energía fluye y se puede juntar para empujar. Que toda la teoría clásica o presente es munición. De diferentes calibres, de diferentes consecuencias pero que todas sirven en su medida para realizar los disparos desde diferentes armas. Que cada cual escoja la suya pero intentemos apuntar todos hacia los mismos objetivos.
Del estudio de la historia de Euskal Herria, de la historia del MLNV, de las experiencias revolucionarias a lo largo y ancho del mundo y de los clásicos revolucionarios solo se puede extraer cosas positivas.
En los tiempos que se están abriendo de acumulación de fuerzas reforzar al movimiento revolucionario no hará mas que reforzar a esa masa crítica en aumento. Siempre teniendo en cuenta y no olvidando la propia experiencia histórica de dicho movimiento y del MLNV. Hay muchos retos por delante. Tanto de cara a la unión y crecimiento de la izquierda abertzale y a su reforzamiento ideológico como de cara a activar con más energía que nunca el movimiento popular. Manos a la obra. La Euskal Herria independiente y socialista espera y hace tiempo que dejó de ser utopía.