El republicano afirmó que aplicará los mismos métodos que su país utilizó contra la Unión Soviética a fines de los ‘80, en este caso, para acabar con la “dictadura” en Cuba. Y sostuvo que enemigos de Estados Unidos, como el presidente venezolano Hugo Chávez, deberían saber que Washington está dispuesto a sustituirlo. En este sentido, acusó al presidente Barack Obama de no hacer lo suficiente. “Tenemos que aprender a ser mucho más rígidos, sin llegar a ser militares”, señaló en referencia a las políticas hacia Cuba y Venezuela. Gingrich definió al mandatario bolivariano como “el Fidel Castro joven”.
A su turno, dio algunos detalles de la relación que mantendrá con Cuba. “El plan sería usar todas las herramientas que (el presidente estadounidense) Ronald Reagan, el papa Juan Pablo II y (la primera ministra británica) Margaret Thatcher usaron para quebrar el imperio soviético”, dijo en una entrevista concedida ayer en Florida a la cadena hispana Univisión. Según manifestó, en aquel entonces no se descartaron el uso de armas psicológicas, económicas, diplomáticas e, incluso, operaciones encubiertas.
Tanto Gingrich, como su máximo rival en la carrera por la candidatura presidencial republicana, Mitt Romney, se encuentran en Florida, escenario donde se medirán la semana próxima en un nuevo capítulo de las primarias de su partido; instancia clave ya que en las tres votaciones anteriores no se definió un favorito. Ante este escenario, Gingrich, que se alzó con la victoria en la última cita en Carolina del Sur, acortó distancia con Romney, hasta ahora favorito. En el Estado de Florida, de gran población cubano-norteamericana ‑y en su mayoría anticastrista‑, la cuestión de la política hacia la isla surge como un elemento importante para definir los candidatos.
El tema Cuba estuvo presente en el debate previo a las primarias de Florida, donde el ex presidente de la Cámara de Representantes afirmó que “una presidencia de Gingrich no tolerará cuatro años más de dictadura cubana”. Ayer, el republicano mencionó que es necesario enviar mensajes a la juventud de la isla, apelando a una guerra psicológica. Luego salió a vender espejitos de colores al deslizar que a los jóvenes se les debe decir que “no tienen futuro en la dictadura, pero que tienen un maravilloso futuro si están dispuestos a convertirse en democracia”.
“Se trata de minar y causar una división generacional con estos tipos que representan las fantasías de 1959″- dijo Gingrich, en un alarde de verborrea electoralista. También criticó con dureza la política de Obama hacia la isla, acusándolo de haber ordenado no inmiscuirse en asuntos cubanos cuando sí lo ha hecho en países como Libia o Egipto. Según Gingrich, en caso de que en la isla caribeña se produjera un “levantamiento genuinamente legítimo”, como sucedió con la Primavera Arabe, Estados Unidos “debería estar preparado para estar al lado de la gente”. Gingrich no tuvo tapujos cuando dejó claro que su política hacia Venezuela sería de más mano dura. “Es completamente de nuestro interés que Chávez no se mantenga en el poder”, sostuvo. “Hay muchas cosas que una gran potencia puede hacer para crear un ambiente que minimice la capacidad de un dictador de mantenerse, y diría que estoy inequívocamente decidido a usar el poder estadounidense, en una variedad de formas, para reforzar a nuestros amigos”, afirmó.
(Con información de La Tercera.es)