Entre­vis­ta a Joan Devis sobre Dar­win y el dar­wi­nis­mo por Sal­va­dor Lopez Arnal

En el 150 ani­ver­sa­rio de la edi­ción de El ori­gen de las espe­cies, en el bicen­te­na­rio del naci­mien­to de Darwin.

ENTREVISTA A JOAN DEVIS SOBRE DARWIN Y EL DARWINISMO: “[…] LA COMPETITIVIDAD NO ES EL ÚNICO FENÓMENO QUE EXPLICA LA EVOLUCIÓN. ESTA IDEA APARECE CON FUERZAS RENOVADAS EN LA “TEORÍA ENDOSIMBIÓTICA DE LA CÉLULA” DE LYNN MARGULYS EN LA QUE DESCRIBE EL PASO DE LA CÉLULA PROCARIOTA A LA CÉLULA EUCARIOTA COMO UN PROCESO DE FUSIÓN DE DIVERSOS ORGANISMOS QUE COLABORAN MUTUAMENTE EN LA SUPERVIVENCIA (¿TAL VEZ EL APOYO MUTUO DE KROPOTKIN?). DICHO EN OTRAS PALABRAS: EL APOYO MUTUO FAVORECE LA ADAPTACIÓN Y, POR TANTO, LA SUPERVIVENCIA”.

Sal­va­dor López Arnal

El Vie­jo Topo, diciem­bre de 2009.

Doc­tor en bio­lo­gía con una tesis sobre “Flo­ra y vege­ta­ción del Pre­pi­ri­neo Cen­tral Cata­lán (Sol­so­nès – Alt Urgell)”, Joan Devis ha sido pro­fe­sor de cien­cias expe­ri­men­ta­les en el IES Terra Roja de San­ta Colo­ma de Gra­me­net y actual­men­te es pro­fe­sor en el Cen­tro de For­ma­ción de Adul­tos Sin­guer­lín de la mis­ma ciu­dad. Par­ti­da­rio fir­me y tenaz del soft­wa­re libre, inter­vino acti­va­men­te en la orga­ni­za­ción de las “Pri­me­res Jor­na­des Popu­lars de Pro­gra­ma­ri Lliu­re – Tec­no­lliu­re” cele­bra­das en San­ta Colo­ma de Gra­me­net en octu­bre del 2008, y ha par­ti­ci­pa­do como for­ma­dor en nume­ro­sos cur­sos sobre Lin­kat y soft­wa­re libre. Pre­si­den­te del Cen­tre d’Es­tu­dis de la Natu­ra del Bar­ce­lo­nès Nord, es igual­men­te cola­bo­ra­dor del Grup de Geo­bo­tà­ni­ca i Car­to­gra­fia de la Vege­ta­ció del Cen­tre de Recer­ca de Bio­di­ver­si­tat Vege­tal de la Uni­ver­si­tat de Barcelona.

Dos­cien­tos años del naci­mien­to de Dar­win, 150 años de la publi­ca­ción de El ori­gen de las espe­cies. Es el año Dar­win sin duda. ¿Por qué El ori­gen de las espe­cies es un clá­si­co de la cien­cia? ¿Dón­de resi­de su impor­tan­cia científica?

Diría que la expli­ca­ción, tal como pasa con algu­nos temas vita­les de nues­tra exis­ten­cia, hay que bus­car­la en la reli­gión y su exten­so domi­nio cul­tu­ral y inte­lec­tual de la socie­dad de aque­llos tiem­pos. Per­so­nal­men­te pien­so que a lo lar­go de los siglos siem­pre ha habi­do per­so­nas que han sido crí­ti­cas con los con­cep­tos reli­gio­sos, ya sea de for­ma abier­ta o, las más de las veces, encu­bier­ta de mil for­mas dife­ren­tes (en ello te iba la vida).

Des­de este pun­to de vis­ta, la apa­ri­ción de El ori­gen de las espe­cies abre puer­tas y ven­ta­nas dejan­do entrar una gran can­ti­dad de aire fres­co en for­ma de nue­vas ideas que son cien­tí­fi­ca­men­te explo­ra­bles. Si a esto le aña­di­mos que la épo­ca de la que esta­mos hablan­do es un perío­do de gran evo­lu­ción cul­tu­ral y téc­ni­ca, con replan­tea­mien­tos nove­do­sos en el mun­do de la geo­lo­gía, la físi­ca, la quí­mi­ca, ….y tam­bién la bio­lo­gía (por supues­to), tene­mos en la olla – el libro “el ori­gen de las espe­cies” – , los ingre­dien­tes nece­sa­rios para hacer una bue­na sopa, cien­tí­fi­ca­men­te hablan­do cla­ro está.

¿En qué con­sis­te la teo­ría de la selec­ción natu­ral? ¿Es equi­va­len­te a la afir­ma­ción de la super­vi­ven­cia de los más dota­dos? ¿Qué se quie­re apun­tar con este “mayor dotados”?

Para com­pren­der la teo­ría de la selec­ción natu­ral podría­mos par­tir de las obser­va­cio­nes sobre las que Dar­win sus­ten­ta sus conclusiones:

La pri­me­ra obser­va­ción se refie­re a la capa­ci­dad repro­duc­to­ra de una espe­cie que exce­de en mucho las nece­si­da­des reales para su pro­pia sub­sis­ten­cia como espe­cie en el tiem­po. Pen­se­mos, por ejem­plo, en la can­ti­dad de semi­llas que inclu­ye en su inte­rior un sim­ple toma­te, o la can­ti­dad de fru­tos que pue­de gene­rar un man­zano,… o las hue­vas que pone un esturión.

La segun­da, que es pro­duc­to de su fina y rigu­ro­sa obser­va­ción, cons­ta­ta que en la des­cen­den­cia de una espe­cie se obser­van dos hechos de gran impor­tan­cia: el pri­me­ro es que de for­ma gene­ra­li­za­da nacen más indi­vi­duos de los que pue­den sobre­vi­vir y, en segun­do lugar, que se obser­va una gran varia­bi­li­dad entre estos indi­vi­duos (Dar­win lo deno­mi­na “poca uni­for­mi­dad en la des­cen­den­cia”). Por ejem­plo, no todos los perros de una cama­da se pare­cen, ni todos los toma­tes de una mis­ma toma­te­ra,… y qué decir de las semi­llas de una toma­te­ra que pudie­ran con­ver­tir­se en plan­tas adultas.

En ter­cer lugar, su lar­ga obser­va­ción de los fenó­me­nos natu­ra­les le lle­va a pos­tu­lar que la varia­bi­li­dad de las con­di­cio­nes natu­ra­les (cli­ma­to­lo­gía, catás­tro­fes pun­tua­les,….) gene­ran con­di­cio­nes espe­cia­les que sólo cier­tos des­cen­dien­tes ‑ya sea por azar (una semi­lla que cae en una zona que retie­ne la hume­dad) o por su varia­bi­li­dad (muta­cio­nes)- ten­drán la capa­ci­dad de resistir.

Por últi­mo y casi a for­ma de coro­la­rio de las tres obser­va­cio­nes ante­rio­res, Dar­win afir­ma que sola­men­te los indi­vi­duos que han con­se­gui­do sobre­vi­vir a las nue­vas con­di­cio­nes lle­ga­rán a adul­tos y podrán, por tan­to, repro­du­cir­se. A esto lo deno­mi­na “sólo los mejor adap­ta­dos sobre­vi­ven”, yo creo que sin nin­gu­na pre­ten­sión espe­cial; sim­ple­men­te había que dar­le un nom­bre a la “cosa”. Pero tam­bién afir­ma que es la natu­ra­le­za, con sus cam­bios, la que selec­cio­na y que el azar jue­ga un papel esen­cial en todo el pro­ce­so (estar en el sitio ade­cua­do, en el momen­to adecuado).

Dar­win es cons­cien­te en todo momen­to de las con­se­cuen­cias de sus pala­bras, sobre todo en refe­ren­cia a las ya cono­ci­das fra­ses “las espe­cies luchan por su super­vi­ven­cia” o “la selec­ción natu­ral de las espe­cies” y comen­ta en el mis­mo libro que se tra­tan de metá­fo­ras para expli­car lo que des­de su pun­to de vis­ta es una reali­dad constatable.

Pero, al hablar de la selec­ción natu­ral, ¿esta­mos hablan­do de genes, de indi­vi­duos, de especies?

Sobre esto me gus­ta­ría acla­rar que hoy en día sabe­mos que la evo­lu­ción de una espe­cie se pro­du­ce en el seno de la pobla­ción, defi­nien­do pobla­ción como el con­jun­to de indi­vi­duos de una espe­cie que ocu­pan un bio­to­po (terri­to­rio) en un tiem­po común. No es el “indi­vi­duo” el que evo­lu­cio­na, sino un sub­con­jun­to de la pobla­ción el que lo hace.

Resu­mien­do: La evo­lu­ción de los orga­nis­mos se gene­ra median­te la selec­ción natu­ral de las dife­ren­cias here­di­ta­rias que sur­gen alea­to­ria­men­te en cada gene­ra­ción, de for­ma que aque­llas dife­ren­cias que otor­gan ven­ta­jas a sus por­ta­do­res (o sea, las que estén mejor adap­ta­das al medio) se mul­ti­pli­ca­ran y las per­ju­di­cia­les se eliminaran.

Por supues­to que tam­bién habría que con­si­de­rar la posi­bi­li­dad de que exis­tan otros fac­to­res y meca­nis­mos evolutivos.

Es un tópi­co pero debo vol­ver sobre él: El ori­gen de las espe­cies es un títu­lo que no da lo que pro­me­te: no acla­ra el ori­gen de las espe­cies que es lo que anun­cia en su títu­lo. ¿Es el caso en tu opi­nión? ¿Qué acla­ra enton­ces El ori­gen de las espe­cies sobre las especies?

Es ver­dad que el libro no lo acla­ra del todo. El mis­mo Dar­win afir­ma que no sabe exac­ta­men­te cómo “suce­de” pero que tie­ne muy cla­ro que “suce­de”. Para ello acep­ta algu­nas pre­mi­sas que pode­mos con­si­de­rar poco cien­tí­fi­cas des­de el pun­to de vis­ta moderno, como, por ejem­plo, la teo­ría de la “heren­cia de los carac­te­res adqui­ri­dos” de Lamarck (Phi­lo­sophie zoo­lo­gi­que, 1809), en la que se afir­ma que los carac­te­res adqui­ri­dos por un indi­vi­duo se here­dan median­te la descendencia.

A pesar de ello, el títu­lo no deja de ser correc­to, ya que las espe­cies (las nue­vas espe­cies) sur­gen de la varia­bi­li­dad natu­ral que la pro­pia repro­duc­ción (sexual, sobre todo) gene­ra en la des­cen­den­cia de la espe­cie de la cual sur­gi­rá. En todo caso el títu­lo pue­de ser con­fu­so si pen­sa­mos que las espe­cies pro­vie­nen de “filums” dife­ren­tes, cuan­do en reali­dad lo que está ocu­rrien­do es que unas espe­cies van subs­ti­tu­yen­do y rami­fi­cán­do­se en otras, en una evo­lu­ción con­ti­nua en el tiem­po y en el espa­cio. Por lo tan­to, pode­mos con­cluir que “el ori­gen de una espe­cie” está en otra espe­cie que la precede.

Habla­bas del lamarc­kis­mo de Dar­win. Pero, gene­ral­men­te, se seña­la que dar­wi­nis­mo y lamarc­kis­mo son con­cep­cio­nes opues­tas, anta­gó­ni­cas, que el dar­wi­nis­mo supera y cri­ti­ca las insu­fi­cien­cias y espe­cu­la­cio­nes de Lamarck. ¿No es el caso?

Son con­cep­cio­nes opues­tas en los libros de tex­to actua­les, pero cuan­do comien­zas las cosas no son blan­cas o negras. De hecho algu­nas de las tesis crea­cio­nis­tas se basan en esta cues­tión toda­vía no resuel­ta satisfactoriamente.

Aun­que evo­lu­cio­na­mos, Dar­win des­co­no­ce el meca­nis­mo interno que nos hace evo­lu­cio­nar y el cono­ci­mien­to de la épo­ca tam­po­co daba para com­pren­der pro­ce­sos gené­ti­cos o meta­bó­li­cos bien cono­ci­dos hoy en día. Por este moti­vo Dar­win acep­ta una tesis que podría­mos lla­mar lamarc­kia­na, en pri­mer lugar por­que reco­no­ce en El ori­gen de las espe­cies la impor­tan­te con­tri­bu­ción que las ideas de Lamarck han teni­do en sus inves­ti­ga­cio­nes y en segun­do lugar por­que pien­sa que es una bue­na idea, el hecho de que la vida siga las leyes de la naturaleza.

En reali­dad, lo que se plan­tea es como se fijan y trans­mi­ten esos cam­bios a las futu­ras gene­ra­cio­nes (la heren­cia de los carac­te­res adqui­ri­dos), y nin­guno de los dos lo sabia con certeza.

La prin­ci­pal pre­dic­ción de la teo­ría de la evo­lu­ción es que todos los seres vivos del pla­ne­ta, sin excep­ción, pro­vie­nen por rami­fi­ca­cio­nes suce­si­vas de una sola espe­cie sim­ple y pri­mor­dial. ¿Cómo se pue­de corro­bo­rar o fal­sar una hipó­te­sis así?

Hoy en día son nume­ro­sas las prue­bas (aun­que reco­noz­co que no con­clu­yen­tes) que nos lle­van a acep­tar la posi­bi­li­dad de que todos los seres vivos pro­ven­gan de un solo orga­nis­mo que ha ido evo­lu­cio­nan­do en el tiempo.

Las prue­bas no son con­clu­yen­tes (cien­tí­fi­ca­men­te hablan­do) por­que tra­ba­ja­mos con fenó­me­nos que han pasa­do hace millo­nes de años y, por lo tan­to, no direc­ta­men­te repro­du­ci­bles en labo­ra­to­rio, pero cada día son más con­sis­ten­tes las prue­bas indi­rec­tas que nos lle­van a esta afirmación.

¿Y cuá­les son estas pruebas? 

Algu­nas de ellas son algo com­ple­jas para los cono­ci­mien­tos gene­ra­les a pie de calle, pero comen­ta­ré algu­nas que a mi pare­cer son fáci­les de comprender.

Pode­mos citar en pri­mer lugar la ana­to­mía com­pa­ra­da, dis­ci­pli­na que tie­ne más de 200 años de anti­güe­dad y fun­da­men­tal para enten­der la evo­lu­ción. Estu­dian­do el esque­le­to de un ver­te­bra­do pode­mos obser­var la ana­lo­gía entre nues­tra extre­mi­dad supe­rior, el ala de un ave o la extre­mi­dad ante­rior de un del­fín o de un mur­cié­la­go. Tam­bién pode­mos fijar­nos en órga­nos ves­ti­gia­les como las alas de un aves­truz (tan peque­ñas que no sir­ven para volar), o los dien­tes de una balle­na que nun­ca lle­gan a salir de las encías. Et.

Tam­bién el estu­dio y com­pa­ra­ción de los embrio­nes nos depa­ra gran­des sor­pre­sas al mos­trar simi­li­tu­des que en los orga­nis­mos adul­tos que­dan ocul­tas. Por ejem­plo, las hen­di­du­ras bran­quia­les que per­mi­ten a un pez conec­tar la farin­ge con el exte­rior y man­te­ner una corrien­te de agua pro­ce­den­te de la boca apa­re­cen en los rena­cua­jos pero no en las ranas. Pero lo más sor­pren­den­te es que rep­ti­les, aves y mamí­fe­ros no pre­sen­tan estas hen­di­du­ras en esta­do adul­to, aun­que sí en su fase embrio­na­ria. Dicho en otras pala­bras, todos los ver­te­bra­dos pasan por una fase pisciforme.

La con­clu­sión más impor­tan­te es que los pri­me­ros esta­dios de desa­rro­llo de un orga­nis­mo tien­den a pare­cer­se a las for­mas juve­ni­les o embrio­na­rias de otros orga­nis­mos más pri­mi­ti­vos de su mis­mo gru­po (filum)

Otra prue­ba de gran impor­tan­cia nos la ofre­ce la paleon­to­lo­gía. Su estu­dio e inter­pre­ta­ción, ayu­da­do de las moder­nas téc­ni­cas de data­ción, lle­van a con­clu­sio­nes a mi modo de ver casi demo­le­do­ras en este tema. Exis­ten, en bue­na lógi­ca, regis­tros fósi­les de fácil inter­pre­ta­ción como suce­de en la secuen­cia evo­lu­ti­va de caba­llos o ele­fan­tes, con otros regis­tros de inter­pre­ta­ción más dudo­sa, como la explo­sión cám­bri­ca, que ha dado lugar a algu­nas de las moder­nas teo­rías que dis­cre­pan par­cial­men­te del neo­dar­wi­nis­mo, como la cono­ci­da teo­ría de los equi­li­brios pun­tua­dos de Gould i Eldredge

Cita­re­mos la bio­geo­gra­fía, que com­bi­nan­do geo­gra­fía y repro­duc­ción nos ayu­da a inter­pre­tar la supues­ta dis­po­si­ción caó­ti­ca de los orga­nis­mos sobre la Tie­rra y ade­más ha intro­du­ci­do nue­vos con­cep­tos, como deri­va, ais­la­mien­to, especiación,…para seña­lar que cuan­to más lejos está un terri­to­rio de otro, más dife­ren­tes son sus fau­nas y floras.

El estu­dio de la com­po­si­ción quí­mi­ca de los seres vivos ha depa­ra­do algu­nas de las prue­bas más con­sis­ten­tes de la evo­lu­ción. Des­de aspec­tos que hacen refe­ren­cia a los com­po­nen­tes bási­cos de la vida (agua, glú­ci­dos, pro­teí­nas, …) comu­nes a todos los seres vivos, has­ta el estu­dio de la simi­li­tud del ADN entre el hom­bre y el chimpancé.

La gené­ti­ca mole­cu­lar nos ha per­mi­ti­do rea­li­zar árbo­les genea­ló­gi­cos (filo­ge­nias) entre las dife­ren­tes espe­cies, pasan­do de las simi­li­tu­des mor­fo­ló­gi­cas, estu­dia­das anti­gua­men­te, a las simi­li­tu­des mole­cu­la­res, en base al estu­dio de una mis­ma pro­teí­na, como la hemo­glo­bi­na o los cito­cro­mos, en diver­sas especies.

En todo caso la com­bi­na­ción de cono­ci­mien­tos que nos ha pro­por­cio­na­do la bio­quí­mi­ca y la gené­ti­ca mole­cu­lar por si solas, repre­sen­ta a día de hoy, la mayor y más con­tun­den­te prue­ba tan­to de la evo­lu­ción como de nues­tro pasa­do común. Todo ello se plas­ma en la uni­ver­sa­li­dad tan­to del códi­go gené­ti­co, como de los pro­ce­sos bási­cos de la vida, igua­les para bac­te­rias, algas, plan­tas, insec­tos, peces,… aves, el hombre.

Por otra par­te, ¿de dón­de pudo sur­gir esta espe­cie pri­mor­dial? ¿Hay un crea­cio­nis­mo que sub­ya­ce al evolucionismo?

Aquí sí que hay para char­lar un rato. Actual­men­te los estu­dio­sos de las cien­cias natu­ra­les acep­tan la sepa­ra­ción en tres fases del pro­ce­so evolutivo:

La pri­me­ra de ellas que deno­mi­na­re­mos Evo­lu­ción Geo­ló­gi­ca, impli­ca la evo­lu­ción des­de el pol­vo inter­es­te­lar has­ta la for­ma­ción del sis­te­ma Solar y del pla­ne­ta Tie­rra. En ello tie­nen mucho que hablar y expli­car los estu­dio­sos del Uni­ver­so: Físi­cos, Quí­mi­cos, Astrónomos, …

La segun­da, deno­mi­na­da Evo­lu­ción Bio­quí­mi­ca, expli­ca la for­ma­ción en las con­di­cio­nes pri­mi­ge­nias de la Tie­rra de los com­po­nen­tes bási­cos de la vida: glú­ci­dos, lípi­dos, ami­noá­ci­dos, nucleó­ti­dos,… y pos­te­rior­men­te diver­sas macro­mo­lé­cu­las, como pro­teí­nas, ADN, …. Para ello nos hemos basa­do en las pro­pues­tas de El ori­gen de la vida sobre la Tie­rra (Opa­rin, 1938), que pos­te­rior­men­te Stan­ley Miller (1953) lle­vó a la prác­ti­ca en el labo­ra­to­rio, demos­tran­do que se pue­den crear subs­tan­cias orgá­ni­cas a par­tir de subs­tan­cias inor­gá­ni­cas en con­di­cio­nes ambien­ta­les ade­cua­das (Por cier­to que, como es sabi­do, hoy en día son innu­me­ra­bles las subs­tan­cias orgá­ni­cas crea­das en el laboratorio).

La ter­ce­ra, deno­mi­na­da Evo­lu­ción Bio­ló­gi­ca, es la que nos com­pe­te en el tema que esta­mos desa­rro­llan­do en la entre­vis­ta y un apa­sio­nan­te tema de inves­ti­ga­ción. Siguien­do a Lynn Mar­gu­lis que en 1966 con­si­gue publi­car, no sin esfuer­zo, El ori­gen de la célu­la, una vez tene­mos los ingre­dien­tes bási­cos (molé­cu­las orgá­ni­cas sen­ci­llas), el pro­ce­so de for­ma­ción de la vida se pro­du­ci­ría median­te auto­en­sam­bla­je de estas peque­ñas molé­cu­las en molé­cu­las más gran­des y com­ple­jas que ten­dría lugar en la super­fi­cie de arci­llas y otros cris­ta­les, todo ello gra­cias a la ener­gía pro­por­cio­na­da por las radia­cio­nes ultra­vio­le­tas, las des­car­gas eléc­tri­cas y el calor. Si a ello le aña­di­mos que los expe­ri­men­tos rea­li­za­dos en los años cin­cuen­ta por Miller y Urey ya demues­tran la posi­bi­li­dad de sin­te­ti­zar com­pues­tos orgá­ni­cos pro­vo­can­do des­car­gas eléc­tri­cas en un reci­pien­te que con­tie­ne una mez­cla de los gases que com­po­nían la atmós­fe­ra de la Tie­rra joven, obser­va­re­mos que tene­mos una pro­pues­ta sóli­da y bien fun­da­men­ta­da sobre el posi­ble ori­gen de la vida.

Es evi­den­te que fal­tan muchos deta­lles por recons­truir, pero pue­de que no esté dema­sia­do lejos el día en que se pue­dan espe­ci­fi­car los pasos que con­du­je­ron a la for­ma­ción del DNA, el RNA o las pro­teí­nas. Aquí cita­ría la for­ma­ción de las estruc­tu­ras disi­pa­ti­vas de Pri­go­gi­ne, estu­dio que le depa­ró el pre­mio Nobel de Quí­mi­ca en 1977.

¿Y cómo es posi­ble que peque­ños, peque­ñí­si­mos cam­bios evo­lu­ti­vos den cuen­ta de la enor­me diver­si­dad de espe­cies exis­ten­tes? Recuer­da los ejem­plos usua­les de la tesis dia­léc­ti­ca engel­sia­na sobre can­ti­dad y cua­li­dad, y la trans­for­ma­ción de la pri­me­ra en la segunda.

Para expli­car­lo ten­dre­mos que echar mano de los cono­ci­mien­tos actua­les de genética.

Hoy en día sabe­mos con cer­te­za que una alte­ra­ción en el códi­go gené­ti­co pue­de tener unas con­se­cuen­cias míni­mas o catas­tró­fi­cas, que pue­de gene­rar una evo­lu­ción o una regre­sión. ¿De qué depende?

Todo el meta­bo­lis­mo (res­pi­ra­ción, fer­men­ta­ción, glu­có­li­sis, ciclo de Krebs, foto­sín­te­sis,…), toda la cons­ti­tu­ción (esque­le­to, alas, dedos, ojos, …), toda la infor­ma­ción nece­sa­ria para que sea­mos y fun­cio­ne­mos como tal o cual espe­cie resi­de en el ADN, cuya mayor par­te se encuen­tra en el núcleo de la célu­la for­man­do los cro­mo­so­mas. Dicha infor­ma­ción se trans­cri­be en un ARN que median­te un com­ple­jo sis­te­ma, hoy en día per­fec­ta­men­te cono­ci­do, pro­du­ci­rá pro­teí­nas que, en defi­ni­ti­va, son la plas­ma­ción de todo el meta­bo­lis­mo, la estruc­tu­ra,… de una especie.

Peque­ños cam­bios en la secuen­cia de ADN trans­cri­ta a ARN o en la tra­duc­ción de éste a pro­teí­nas, pue­den gene­rar alte­ra­cio­nes en estas últi­mas, dan­do lugar en algu­nos casos a su inu­ti­li­za­ción que a su vez pue­de ser cau­sa de una enfer­me­dad, gra­ve o no, como el albi­nis­mo, el dal­to­nis­mo o la ane­mia fal­ci­for­me; o tam­bién pue­de dar lugar a una nue­va pro­teí­na que pro­por­cio­na­rá nue­vas cua­li­da­des a la espe­cie con­si­de­ra­da. Es pre­ci­sa­men­te esa nue­va cua­li­dad adqui­ri­da median­te la muta­ción la que pue­de dar lugar a la super­vi­ven­cia del indi­vi­duo en situa­cio­nes de estrés cli­má­ti­co y, por tan­to, que­da­ría teó­ri­ca­men­te cerra­do el círcu­lo ini­cia­do por Dar­win: “es la natu­ra­le­za (estrés ambien­tal) y el azar (cam­bios alea­to­rios en el ADN) los que pre­sio­nan y hacen evo­lu­cio­nar –o des­apa­re­cer– una espe­cie concreta”

Por supues­to que hoy cono­ce­mos otros meca­nis­mos evo­lu­ti­vos. Cita­ré por ejem­plo la mara­vi­llo­sa apor­ta­ción de Lynn Mar­gu­lis en su teo­ría endo­sim­bió­ti­ca que pro­po­ne que la coope­ra­ción y el apo­yo mutuo (sim­bio­sis entre espe­cies) tam­bién son, sin duda, ele­men­tos que favo­re­cen la evo­lu­ción, idea que se opo­ne par­cial­men­te a las tesis neo­dar­wi­nis­tas, a la deno­mi­na­da teo­ría sin­té­ti­ca de la evolución.

Aun­que sea late­ral en nues­tra con­ver­sa­ción, ¿por qué has seña­la­do que Lynn Mar­gu­lis, la que fue­ra com­pa­ñe­ra de Sagan, con­si­guió publi­car en 1967 “El ori­gen de la célu­la” no sin esfuer­zo? ¿Qué pasó?

Lynn Mar­gulys era (y es) una pres­ti­gio­sa micro­bio­lo­ga que par­tien­do de su expe­rien­cia y estu­dio del mun­do de las bac­te­rias y de la recu­pe­ra­ción de tex­tos de auto­res ante­rio­res, des­cri­be la evo­lu­ción de los seres vivos en tér­mi­nos de incor­po­ra­cio­nes sim­bio­ge­né­ti­cas con­cep­to que cono­ce­mos con el acró­ni­mo de SET (Serial Endosym­bio­sis Theory).

Mar­gulys de for­ma magis­tral, como se ha vis­to pos­te­rior­men­te, des­cri­be el pro­ce­so de for­ma­ción de la célu­la euca­rio­ta median­te cua­tro incor­po­ra­cio­nes suce­si­vas de bac­te­rias que dan for­ma a los cua­tro rei­nos: pro­tis­tas, ani­ma­les, hon­gos y plan­tas. Al mis­mo tiem­po (1960 – 1970) adquie­ren noto­rie­dad las teo­rías neo­dar­wi­nis­tas cita­das ante­rior­men­te y Lynn Mar­gulys apa­re­ce en la tari­ma decons­tru­yen­do esta teo­ría que jus­ti­fi­ca la evo­lu­ción a par­tir de un úni­co orga­nis­mo, que una vez fija­da en los genes su varia­bi­li­dad, se verá some­ti­do a la selec­ción de la naturaleza.

Duran­te dos años acu­dió a nume­ro­sas revis­tas de pres­ti­gio vien­do recha­za­do su artícu­lo “Ori­gin of Mito­sing Cells” (has­ta 15 veces), don­de pro­po­nía su teo­ría sobre el ori­gen de las célu­las euca­rio­tas. Pos­te­rior­men­te vol­vió a tener pro­ble­mas para publi­car hacia 1970 Ori­gin of Eukar­yo­tic Cells, un libro don­de amplia­ba y daba for­ma a sus teorías.

Por últi­mo me gus­ta­ría aña­dir que en la actua­li­dad pode­mos leer en todos los libros de tex­to, el hecho de que se acep­tan como cien­tí­fi­ca­men­te demos­tra­das tres de las cua­tro incor­po­ra­cio­nes endo­sim­bió­ti­cas plan­tea­das por Margulys.

Los seres huma­nos com­par­ti­mos con ratas o gusa­nos una enor­me can­ti­dad de fun­da­men­tos gené­ti­cos y bio­quí­mi­cos, ¿cómo expli­car enton­ces la enor­me diver­si­dad de poten­cia­li­da­des entre unas y otras especies?

Para com­pren­der este fenó­meno es nece­sa­rio expli­car que la exis­ten­cia de una deter­mi­na­da dota­ción cro­mo­só­mi­ca no impli­ca nece­sa­ria­men­te su total expre­sión, o sea la tras­crip­ción y pos­te­rior tra­duc­ción en pro­teí­nas de todo el mate­rial genético.

En reali­dad, suce­de más bien al con­tra­rio. Son muy pocos, rela­ti­va­men­te hablan­do, los genes o uni­da­des bási­cas de infor­ma­ción que se trans­cri­ben y plas­man en pro­teí­nas. Aun­que exis­ten diver­sas hipó­te­sis, hoy por hoy des­co­no­ce­mos el sen­ti­do que tie­ne el man­te­ner esta gran can­ti­dad de infor­ma­ción que no se va a utilizar.

Como hemos comen­ta­do antes, el hecho de com­par­tir vías meta­bó­li­cas (res­pi­ra­ción, por ejem­plo), estruc­tu­ras orgá­ni­cas (cora­zón, intes­tino, ova­rios), es una prue­ba irre­fu­ta­ble de que man­te­ne­mos algún tipo de paren­tes­co más o menos lejano con ratas y gusa­nos. Este deve­nir por la his­to­ria de la vida a lo lar­go de millo­nes de años ha gene­ra­do cier­ta acu­mu­la­ción de infor­ma­ción (ADN) que una espe­cie con­cre­ta no utiliza.

Vol­vien­do a la pre­gun­ta diría­mos que cier­tos genes se expre­san, se tra­du­cen en pro­teí­nas, en unas espe­cies y en otras no. La expli­ca­ción sólo pue­de ser adap­ta­ti­va: si una solu­ción meta­bó­li­ca repre­sen­ta un éxi­to y un avan­ce en las con­di­cio­nes de super­vi­ven­cia de la espe­cie, está ten­de­rá a fijar­se en su códi­go gené­ti­co gra­cias a su pro­pia super­vi­ven­cia y, por tan­to, a la posi­bi­li­dad de trans­mi­tir a su heren­cia esta nue­va cualidad.

Hemos habla­do de ello ante­rior­men­te, pero ¿dón­de resi­de la dife­ren­cia esen­cial entre lamarc­kis­mo y darwinismo?

Una de ellas está en la heren­cia de los carac­te­res adqui­ri­dos que hemos cita­do antes.

Lamarck, en su obra Filo­so­fía Zoo­ló­gi­ca (1809), defien­de una teo­ría que se ha deno­mi­na­do trans­for­mis­mo del mun­do y acep­ta la gene­ra­ción espon­tá­nea, ideas que sabe­mos hoy que son erró­neas, pero tam­bién acep­ta, de mane­ra diga­mos pio­ne­ra, un pro­gre­so en los seres vivos (evo­lu­ción) gene­ra­do por la influen­cia del medio. Para él los carac­te­res adqui­ri­dos a lo lar­go de la exis­ten­cia de un indi­vi­duo son here­da­bles. En pala­bras lla­nas diría­mos que el hijo de una gran pia­nis­ta adquie­re por heren­cia gené­ti­ca una mayor habi­li­dad en sus dedos que cual­quier otra per­so­na cuya madre no sabe tocar el piano.

Dejan­do de lado su con­cep­to de gene­ra­ción espon­tá­nea, que no que­da­ría resuel­to has­ta los expe­ri­men­tos de Pas­teur en torno a 1850, Lamarck afir­ma que el uso fre­cuen­te y sos­te­ni­do de un órgano lo desa­rro­lla mien­tras que su fal­ta de uso lo debi­li­ta pro­gre­si­va­men­te has­ta hacer­lo des­apa­re­cer. La dife­ren­cia estri­ba en que para Lamarck la fun­ción desa­rro­lla el órgano y para Dar­win pri­me­ro se ha desa­rro­lla­do el órgano y lue­go la natu­ra­le­za selecciona.

¿A qué se sue­le lla­mar neo­dar­win­si­mo? ¿Es equi­va­len­te a la teo­ría sin­té­ti­ca de la evolución?

Para mi sí. Pode­mos resu­mir el neo­dar­wi­nis­mo o la teo­ría sin­té­ti­ca como una refun­da­ción del evo­lu­cio­nis­mo a la luz de los cono­ci­mien­tos bio­ló­gi­cos y bio­quí­mi­cos actuales.

Es cono­ci­do que la teo­ría de la evo­lu­ción de Dar­win ha pasa­do por momen­tos crí­ti­cos y momen­tos este­la­res, por así decir­lo. En la pri­me­ra cuar­ta par­te del siglo XX las nue­vas apor­ta­cio­nes de la bio­quí­mi­ca, la gené­ti­ca, la paleon­to­lo­gía,… lle­van a la revi­sión del con­cep­to de dar­wi­nis­mo, que de for­ma resu­mi­da podría­mos basar en:

Los genes, cons­ti­tui­dos por ADN, se defi­nen como la uni­dad bási­ca de infor­ma­ción here­di­ta­ria y el ele­men­to deter­mi­nan­te sobre el que actúa la evolución.

Las muta­cio­nes, o cam­bios alea­to­rios en la estruc­tu­ra de los genes, son la cau­sa de la varia­bi­li­dad, o sea son el ORIGEN de la posi­ble evo­lu­ción o des­apa­ri­ción, con mayúsculas.

La selec­ción natu­ral y otros fac­to­res evo­lu­ti­vos, como por ejem­plo, la migra­ción, la deri­va gené­ti­ca, las barre­ras geo­grá­fi­cas, actúan sobre la varia­bi­li­dad debi­do, sobre todo, a la pre­sión que ejer­ce el medio natu­ral sobre los organismos.

Las pobla­cio­nes son las uni­da­des evo­lu­ti­vas. Los ambien­tes diver­sos, las dife­ren­tes pre­sio­nes, las situa­cio­nes de ais­la­mien­to, con­du­ci­rán a una mis­ma espe­cie por cami­nos diferentes.

El ais­la­mien­to tam­bién se con­si­de­ra cla­ve en la “espe­cia­ción” o for­ma­ción de nue­vas espe­cies al difi­cul­tar la mez­cla y gene­rar una diver­si­fi­ca­ción gené­ti­ca de las dife­ren­tes poblaciones.

Fac­to­res exter­nos, como el cli­ma, la tec­tó­ni­ca o la ocea­no­gra­fía, ¿influ­yen en la evo­lu­ción de las espe­cies? ¿De qué modo si es el caso?

Diría que es difí­cil inter­pre­tar en la actua­li­dad la his­to­ria evo­lu­ti­va de la vida en nues­tro pla­ne­ta sin con­si­de­rar la evo­lu­ción geo­ló­gi­ca de la Tie­rra. Por ello la tec­tó­ni­ca y la ocea­no­gra­fia nos ayu­dan en la com­pren­sión de la teo­ría evolutiva.

¿Y cómo lo hacen?

Alfred Wage­ner for­mu­ló su hipó­te­sis sobre la deri­va con­ti­nen­tal hacia 1910, idea fuer­te­men­te recha­za­da en un prin­ci­pio has­ta el estu­dio y inter­pre­ta­ción del fon­do marino en los años 60, en que se demos­tra­ba las correc­tas ideas de Wage­ner, for­mu­lán­do­se la teo­ría de la tec­tó­ni­ca de pla­cas que corre­gía y amplia­ba sus propuestas.

La tec­tó­ni­ca de pla­cas nos ayu­da a inter­pre­tar tan­to la dis­tri­bu­ción de la vida sobre el pla­ne­ta como su dis­tin­ta evo­lu­ción en los dife­ren­tes con­ti­nen­tes. Tam­bién nos per­mi­te una mejor inter­pre­ta­ción del regis­tro fósil y de los gran­des cam­bios cli­má­ti­cos acae­ci­dos en la his­to­ria de la Tie­rra (el Cám­bri­co, el Jurá­si­co,..). Con­jun­ta­men­te con el estu­dio del fon­do oceá­ni­co nos ha per­mi­ti­do hacer pro­yec­cio­nes de futu­ro sobre la posi­ción de los con­ti­nen­tes y com­pren­der defi­ni­ti­va­men­te fenó­me­nos como terre­mo­tos, erup­cio­nes vol­cá­ni­cas o for­ma­ción de cordilleras.

En cuan­to al cli­ma, sabe­mos que la dis­tri­bu­ción de las masas de agua y de los con­ti­nen­tes, la rota­ción de la tie­rra, la incli­na­ción de su eje, nume­ro­sos aspec­tos físi­co-quí­mi­cos de la atmósfera,….influyen en la for­ma­ción de un cli­ma que a su vez es tam­bién diná­mi­co, como diná­mi­ca es tam­bién la Tie­rra. Todo apun­ta a un Uni­ver­so cam­bian­te, diná­mi­co, nun­ca está­ti­co, que ha de favo­re­cer a su vez el dina­mis­mo y el cam­bio en los seres vivos que son par­te inte­gran­te de este Universo.

Se habla a veces del pro­ble­ma estre­lla de la bio­lo­gía evo­lu­cio­nis­ta, de la explo­sión cám­bri­ca. ¿Qué explo­sión es esa? ¿Por qué es un pro­ble­ma para la bio­lo­gía que acep­ta la teo­ría de la evolución?

Esta­mos ante uno de los nume­ro­sos retos que poco a poco los estu­dios cien­tí­fi­cos rea­li­za­dos des­de diver­sas dis­ci­pli­nas van aclarando.

El cám­bri­co es sin duda una fase de la his­to­ria de la Tie­rra de gran impor­tan­cia en tér­mi­nos evo­lu­ti­vos pero son nume­ro­sos los cien­tí­fi­cos que cues­tio­nan este hecho por las limi­ta­cio­nes téc­ni­cas de la épo­ca en que se pos­tu­ló. En aque­llos momen­tos solo se tenían en cuen­ta, sólo se podían estu­diar, los macro­fó­si­les de con­cha dura, de for­ma que, de los apro­xi­ma­da­men­te 20 “filums” de meta­zoos acep­ta­dos actual­men­te, teó­ri­ca­men­te la mitad apa­re­cen por pri­me­ra vez en el regis­tro fósil del perío­do cámbrico.

Con el paso del tiem­po esta idea, la explo­sión bio­ló­gi­ca del cám­bri­co, va per­dien­do fuer­za a la vez que mejo­ran las téc­ni­cas de aná­li­sis de micro­fó­si­les, las de data­ción radio­ló­gi­ca de rocas,… lle­gan­do a la situa­ción actual en que hemos sido capa­ces de reco­no­cer estruc­tu­ras pre­cur­so­ras de algu­nos “filums” de cuer­po blan­do en las rocas precámbricas.

Pode­mos con­cluir que nue­va­men­te Dar­win sale vic­to­rio­so de este reto.

Situé­mo­nos aho­ra en el con­tex­to de des­cu­bri­mien­to de las teo­rías cien­tí­fi­cas. Un año antes de la publi­ca­ción de El ori­gen de las espe­cies, Dar­win reci­bió una car­ta de Alfred Rus­sell Walla­ce pidién­do­le con­se­jo sobre una teo­ría que había desa­rro­lla­do: la selec­ción natu­ral como meca­nis­mo de la evo­lu­ción. ¿Fue Walla­ce enton­ces un coin­ven­tor de la teo­ría de la selec­ción natural?

No sabe­mos mucho, o por lo menos yo no sé dema­sia­do, sobre Walla­ce que des­pués de publi­car varios escri­tos pro­po­nien­do el con­cep­to de evo­lu­ción envía a Dar­win un artícu­lo para su revi­sión en el que mani­fies­ta la idea de selec­ción natural.

Por lo que pare­ce, Dar­win, que ya lle­va más de 20 años tra­tan­do de plas­mar sus ideas en un libro, com­pren­de que la pro­pues­ta de Walla­ce es la idea que sin­te­ti­za todo lo que él ha esta­do pen­san­do y madu­ran­do. Se pone en con­tac­to con él y al año siguien­te Char­les Lyell pre­sen­ta su tra­ba­jo en la Socie­dad Lin­nea­na de Lon­dres citán­do­los como coau­to­res, lo cual, creo, cier­ta­men­te es justo.

Lo más impor­tan­te a mi modo de ver es que Walla­ce envía un artícu­lo a una per­so­na que él sabe que tra­ba­ja con unas ideas afi­nes a las suyas en este terreno y demues­tra que Dar­win ‑y en el libro El Ori­gen de las Espe­cies se pue­de cons­ta­tar- habla­ba, pre­gun­ta­ba, inves­ti­ga­ba, reco­gía nume­ro­sos datos, que iban con­fi­gu­ran­do poco a poco su idea sobre la evo­lu­ción y la selec­ción natural.

Está tam­bién Eras­mus Dar­win, el abue­lo de Dar­win En su libro Zoo­no­mía anti­ci­pa­ba las tesis de Jean-Bap­tis­te Lamarck. ¿Influ­yó en la obra de su nie­to? ¿Dar­win bebió tam­bién de fuen­tes familiares?

Dar­win no se refie­re en citas con­cre­tas a las pro­pues­tas de su abue­lo Eras­mus, pero sí que cono­ce el libro y es evi­den­te que Dar­win cre­ce en un ambien­te domi­na­do por el gus­to, entre otras dis­ci­pli­nas, a las cien­cias natu­ra­les. Estu­dian­te de medi­ci­na, pos­te­rior­men­te casi orde­na­do sacer­do­te, Dar­win par­ti­ci­pa, antes de zar­par en el Bea­gle con­jun­ta­men­te con impor­tan­tes natu­ra­lis­tas de la épo­ca, en diver­sos estu­dios natu­ra­lis­tas, ayu­dan­do en la cla­si­fi­ca­ción de coleóp­te­ros, estu­dian­do ento­mo­lo­gía, botá­ni­ca, ana­to­mía com­pa­ra­da en animales, …..

A la pre­gun­ta de si bebió de fuen­tes fami­lia­res podría­mos con­tes­tar que es muy pro­ba­ble, ya que en su libro El ori­gen de las espe­cies, pro­po­ne como posi­ble cau­sa de la varia­bi­li­dad la teo­ría de los carac­te­res adqui­ri­dos de Lamark… ¿O, tal vez, a par­tir de las pro­pues­tas de su abue­lo? Difí­cil de saber.

Está lue­go Tho­mas Mal­thus y su lucha por la exis­ten­cia en un mun­do desa­rro­lla­do. ¿Influ­yó direc­ta­men­te en Dar­win? Se ha dicho, si no ando erra­do, que Dar­win pro­yec­tó en la natu­ra­le­za los esque­mas de la socie­dad bur­gue­sa vic­to­ria­na de la épo­ca. ¿Es el caso? ¿Esta pro­yec­ción ideo­ló­gi­ca no qui­ta valor a su con­je­tu­ra científica?

Dar­win afir­ma en su auto­bio­gra­fía que la lec­tu­ra del escri­to de Mal­thus le ayu­dó a con­so­li­dar las ideas que sobre la lucha por la exis­ten­cia ya tenia de algu­na mane­ra pre­con­ce­bi­das. A par­tir de las nume­ro­sas obser­va­cio­nes rea­li­za­das en los hábi­tos de los ani­ma­les y las plan­tas, con­cep­tos como la exce­si­va repro­duc­ción de las cla­ses pobres, la pre­pa­ra­ción de las cla­ses más ricas,… le lle­van a enten­der – él mis­mo lo dice explí­ci­ta­men­te – como las varia­cio­nes favo­ra­bles tien­den a pre­ser­var­se y las des­fa­vo­ra­bles a des­truir­se dan­do como resul­ta­do la for­ma­ción de una nue­va especie.

Si por pro­yec­ción de los esque­mas de la socie­dad bur­gue­sa en la que vivía enten­de­mos, siguien­do a Mal­thus, que las cla­ses más ricas esta­ban mejor pre­pa­ra­das, es evi­den­te que Dar­win, una per­so­na que ha estu­dia­do, ha via­ja­do, ha cre­ci­do en un ambien­te de amor al cono­ci­mien­to, que su poder eco­nó­mi­co le per­mi­te dedi­car­se a sus estu­dios sin tener que tra­ba­jar, … se ha de sen­tir por fuer­za mejor pre­pa­ra­do. Con­si­de­ra­dos estos supues­tos no creo que su apor­ta­ción cien­tí­fi­ca pier­da valor, al revés; creo que su com­por­ta­mien­to per­so­nal dis­ta mucho del com­por­ta­mien­to gene­ral de la socie­dad vic­to­ria­na, hecho que habla muy en su favor y tal vez se pue­da apli­car a sí mis­mo aque­llo de que la natu­ra­le­za selec­cio­na a los mejor pre­pa­ra­dos, sien­do él uno de ellos.

Hora­cio Capel ha habla­do de la influen­cia de un mili­tar espa­ñol, Félix de Aza­ra, en las con­cep­cio­nes de Dar­win. Aza­ra, tras su via­je y estan­cia en Para­guay, escri­bió obras de his­to­ria natu­ral, Via­jes por la Amé­ri­ca meri­dio­nal (1809) entre ellas, en las que pare­cía defen­der la adap­ta­ción de los ani­ma­les al medio e inclu­so la mis­ma extin­ción de las espe­cies. De hecho, Dar­win le cita en varias de sus obras. En su Dia­rio de via­je de un natu­ra­lis­ta alre­de­dor del mun­do lo hace en 15 oca­sio­nes. ¿Crees que hubo influen­cia direc­ta de la obra de Aza­ra en las tesis y con­je­tu­ras de Darwin?

No pue­do afir­mar con rotun­di­dad si tal o cual per­so­na influ­yó en poco o en mucho en la ela­bo­ra­ción de su teo­ría. Dar­win tar­da 23 años en publi­car El ori­gen de las espe­cies y en este libro (y en toda su obra pos­te­rior) se pue­den cons­ta­tar las nume­ro­sas refe­ren­cias a per­so­nas, des­de sim­ples cria­do­res de palo­mas a cien­tí­fi­cos repu­tados en aquel momen­to, como el geó­lo­go Char­les Lyell, ….

Antes y des­pués del via­je en el Bea­gle, Dar­win no deja de con­sul­tar todo aque­llo que pue­de ser­le intere­san­te. Al prin­ci­pio por el sim­ple hecho de intro­du­cir­se en el cono­ci­mien­to de la natu­ra­le­za, pos­te­rior­men­te por todo aque­llo que le pue­da apor­tar expli­ca­ción a su inci­pien­te teoría.

Déja­me que via­je un momen­to a la Unión Sovié­ti­ca de los años trein­ta. ¿Qué fue el lysen­kis­mo, qué tesis defen­día Lysen­ko? ¿Era cier­to, es cier­to, que el mate­ria­lis­mo dia­léc­ti­co era con­sis­ten­te con sus tesis y no en cam­bio con el darwinismo?

Los expe­ri­men­tos de Lysen­ko esta­ban rela­cio­na­dos con la pro­duc­ción agra­ria –cerea­les prin­ci­pal­men­te– y con­sis­tían en el desa­rro­llo de una téc­ni­ca que el mis­mo deno­mi­nó ver­na­li­za­ción. Diga­mos que has­ta ese momen­to se creía que el frío no era un buen alia­do de las plan­tas y Lysen­ko demues­tra lo con­tra­rio con sus experimentos.

A par­tir de aquí comien­zan las dobles inter­pre­ta­cio­nes, des­de un lado (la URSS) y des­de el otro (EEUU, Occi­den­te). Lo que se deba­te ya no es gené­ti­ca, ya no es cien­cia, sino el apro­ve­cha­mien­to polí­ti­co de la cien­cia, cosa por otro lado muy común actual­men­te y a lo lar­go de los siglos.

La pra­xis, el incre­men­to de la pro­duc­ción agrí­co­la real y cons­ta­ta­ble, fue lo que le dio pres­ti­gio, el gobierno sovié­ti­co le dio lo demás: car­gos, res­pon­sa­bi­li­da­des, foros de dis­cu­sión en for­ma de revis­tas, con­fe­ren­cias cien­tí­fi­cas. El mate­ria­lis­mo dia­léc­ti­co era cla­ra­men­te con­sis­ten­te con sus posi­cio­nes, pues­to que Lysen­ko repre­sen­ta­ba la mate­ria, la trans­for­ma­ción, la tesis y la antí­te­sis, mien­tras que el dar­wi­nis­mo se movía prin­ci­pal­men­te en aque­llos años, 1930, en el mun­do de las ideas.

Para el gobierno sovié­ti­co diri­gi­do por Sta­lin, mien­tras los gene­tis­tas tra­ba­ja­ban el labo­ra­to­rios ais­la­dos de la reali­dad coti­dia­na (cien­cia bur­gue­sa), Lysen­ko tra­ba­ja­ba para mejo­rar la pro­duc­ción agrí­co­la con los cam­pe­si­nos, en los que insu­fla­ba espe­ran­zas de mejo­ras y bien­es­tar futuro.

Curio­sa­men­te toda­vía hoy en día con­ti­núan las dis­cu­sio­nes sobre la figu­ra de Lysen­ko. Por un lado la revi­sión de sus tra­ba­jos nie­gan en bue­na par­te los argu­men­tos cien­tí­fi­cos que el mis­mo esgri­mía, a lo que hay que aña­dir las acu­sa­cio­nes sobre las gra­ví­si­mas con­se­cuen­cias que tuvie­ron sus actua­cio­nes para el mun­do cien­tí­fi­co sovié­ti­co, acu­sán­do­le de la encar­ce­la­ción y, en algu­nos casos, de la muer­te de opo­si­to­res cien­tí­fi­cos de sus tesis. Por otro lado, sus defen­so­res adu­cen que su lin­cha­mien­to moral pro­vie­ne de occi­den­te y con­cre­ta­men­te de las cam­pa­ñas ini­cia­das des­de EEUU con moti­vo de la gue­rra fría.

Hablá­ba­mos antes de Aza­ra, ¿cómo se reci­bie­ron en Espa­ña las teo­rías evo­lu­cio­nis­tas? ¿Tar­da­mos muchos años en acep­tar la revo­lu­ción darwinista?

No pue­do con­tes­tar con cer­te­za, pero lo que si sé es que la Ins­ti­tu­ción Libre de Ense­ñan­za, crea­da en 1876, y con ella diver­sos cate­drá­ti­cos espa­ño­les, ya reco­gen y ense­ñan las teo­rías dar­wi­nia­nas sobre la evo­lu­ción. Entre ellos pode­mos des­ta­car a Augus­to Gon­zá­lez Lina­res, cate­drá­ti­co de la Uni­ver­si­dad de San­tia­go de Com­pos­te­la, que fue repre­sa­lia­do por su defen­sa de las ideas evolucionistas.

Por otro lado Die­go Núñez en su libro El dar­wi­nis­mo en Espa­ña afir­ma que hacia 1860 Anto­nio Macha­do ya habla en su cáte­dra de la Uni­ver­si­dad de Sevi­lla sobre evo­lu­cio­nis­mo, y que en la déca­da de 1870 en actos inau­gu­ra­les de algu­nas Uni­ver­si­da­des (Bar­ce­lo­na, Gra­na­da, ..) ya se rea­li­zan comen­ta­rios a favor del evo­lu­cio­nis­mo, y tam­bién, por supues­to, muchos actos en contra.

Núñez habla en su libro de que la pri­me­ra tra­duc­ción de El Ori­gen de la Espe­cies se publi­ca en Bar­ce­lo­na en 1880, unos 20 años des­de su publi­ca­ción ori­gi­nal, y pue­de decir­se que hay un cier­to retra­so evi­den­te con res­pec­to a otros paí­ses de Euro­pa que ya habían leí­do a Dar­win, pero no por eso deja de cre­cer rápi­da­men­te al ampa­ro de todos los movi­mien­tos pro­gre­sis­tas que tenían lugar en la Espa­ña a fina­les del XIX y sobre todo en el siglo XX has­ta 1936.

Que el deba­te tam­bién ha sido lar­go y tor­tuo­so en la Espa­ña de fina­les del XIX y prin­ci­pios del XX lo cons­ti­tu­ye, a for­ma de anéc­do­ta, la famo­sa eti­que­ta de “Anís del Mono” con la ima­gen de Dar­win trans­for­ma­do en un simio.

¿Qué hue­cos de las apor­ta­cio­nes de Dar­win han sido relle­na­dos por la inves­ti­ga­ción posterior?

Son nume­ro­sas las apor­ta­cio­nes pos­te­rio­res y creo que Dar­win esta­ría muy orgu­llo­so de ellas pues­to que en oca­sio­nes ape­la­ba al sen­ti­do común para expli­car aspec­tos de su teo­ría, sen­ti­do común que en muchos casos inves­ti­ga­cio­nes pos­te­rio­res ha podi­do fundamentar.

Por ejem­plo, Dar­win des­co­no­cía el moti­vo de la varia­bi­li­dad here­di­ta­ria sobre la que actúa la selec­ción, aspec­to que han con­se­gui­do acla­rar los estu­dios de gené­ti­ca, dis­ci­pli­na que no exis­tía en sus tiem­pos. Tam­bién son nume­ro­sas las apor­ta­cio­nes rea­li­za­das des­de la tec­tó­ni­ca de pla­cas, la ana­to­mía com­pa­ra­da, la paleon­to­lo­gía, … la bio­quí­mi­ca. Hablá­ba­mos antes de todo ello.

En su pre­sen­ta­ción de su pelí­cu­la sobre Freud, John Hus­ton habla­ba de las gran­des revo­lu­cio­nes con­cep­tua­les de la huma­ni­dad. Una de ellas, des­de lue­go, la del pro­pio Freud, pero tam­bién la de Dar­win. ¿Cómo es enton­ces que actual­men­te en muchas escue­las nor­te­ame­ri­ca­nas se sigue defen­dien­do el crea­cio­nis­mo y situan­do al mis­mo nivel esa creen­cia reli­gio­sa y la teo­ría darwinista?

El tema del crea­cio­nis­mo ‑según noti­cias recien­tes, más de 120 millo­nes de per­so­nas creen en él en EEUU- no es más que lo mis­mo de siem­pre. Por un lado, con­ti­núan las inves­ti­ga­cio­nes entorno a los con­cep­tos de evo­lu­ción, selec­ción natu­ral,… Por otro sur­gen nue­vas for­mas de opo­ner­se a las con­ti­nuas apor­ta­cio­nes. Y creo que segui­rá sien­do así toda­vía duran­te mucho tiem­po, pues­to que es dema­sia­do lo que nos juga­mos todos, los unos y los otros.

El pro­ble­ma en las escue­las de EEUU sur­ge en 1987, a par­tir de una sen­ten­cia en la que se obli­ga­ba a los cen­tros de ense­ñan­za a expli­car las diver­sas teo­rías cien­tí­fi­cas sobre el ori­gen de la vida, en lugar del rela­to del “Géne­sis”. Un par de años más tar­de los gru­pos crea­cio­nis­tas agru­pa­dos en el “Dis­co­very Ins­ti­tut” comien­zan a subs­ti­tuir en sus tex­tos la pala­bra crea­dor y crea­ción por “dise­ña­dor inte­li­gen­te” y “dise­ño inte­li­gen­te” para poder incor­po­rar­los como teo­ría cien­tí­fi­ca a los libros de texto.

En las socie­da­des occi­den­ta­les actua­les se da una dua­li­dad domi­na­da por innu­me­ra­bles aspec­tos eco­nó­mi­cos, socia­les, cul­tu­ra­les,.… Por una par­te se fomen­ta y dotan eco­nó­mi­ca­men­te cen­tros de inves­ti­ga­ción gené­ti­ca, labo­ra­to­rios, se crean cen­tros mul­ti­dis­ci­pli­na­res depen­dien­tes de Uni­ver­si­da­des, …. para pro­fun­di­zar, por ejem­plo, en la reso­lu­ción de enfer­me­da­des, en la pro­duc­ción de nue­vos fár­ma­cos. La gen­te pide esas mejo­ras, o lo que es peor, con­fía en que lle­ga­ran esas mejo­ras. “No hay pro­ble­ma que la cien­cia no pue­da resol­ver con pacien­cia y tiem­po … así lo demues­tra la his­to­ria de la huma­ni­dad”. Lo que ori­gi­nal­men­te era una idea “la evo­lu­ción de las espe­cies” hoy pue­de ser un gran nego­cio al que no hay que hacer­le ascos, como en el caso de la genética.

Por otro lado, se man­tie­nen y dotan eco­nó­mi­ca­men­te a igle­sias, cen­tros de cul­to,…. aso­cia­cio­nes y fun­da­cio­nes para­re­li­gio­sas de todo tipo. Se tra­ta en defi­ni­ti­va de seguir man­te­nien­do al mis­mo nivel a evo­lu­cio­nis­tas y crea­cio­nis­tas, cuan­do todo pare­ce aca­bar­se para estos últimos.

¿Es com­pa­ti­ble el dar­wi­nis­mo con la teo­ría del dise­ño inte­li­gen­te en tu opinión?

Des­de su apa­ri­ción el dar­wi­nis­mo no se ha des­vin­cu­la­do nun­ca de la dico­to­mía cien­cia-ideo­lo­gía polí­ti­ca. La teo­ría evo­lu­ti­va, y remar­co teo­ría, no ha deja­do con­ti­nua­men­te de impo­ner­se gra­cias a las nume­ro­sas con­tri­bu­cio­nes de infi­ni­dad de estu­dio­sos de la gené­ti­ca, la bio­quí­mi­ca, la paleon­to­lo­gía, la fisio­lo­gía,.… pero la dis­cu­sión en el plano ideo­ló­gi­co con­ti­nua ali­men­ta­da por defen­so­res del crea­cio­nis­mo o por la apa­ri­ción de nue­vas for­mas de com­ba­te como el caso del “dise­ño inteligente”.

El D.I acep­ta que hay evo­lu­ción, pero que ésta no pue­de ser al azar sino que ha de ser diri­gi­da por un ente supe­rior y por tan­to jus­ti­fi­ca la exis­ten­cia de un ser: demiur­go, dios, … La natu­ra­le­za es per­fec­ta y esta per­fec­ción solo pue­de ser el fru­to de una men­te inte­li­gen­te, de una pro­vi­den­cia divi­na. Reco­gen tex­tos de Pla­tón y su ideal de natu­ra­le­za, de Can­ter­bury y su teo­lo­gía racio­na­lis­ta (creer para enten­der), de Tomas de Aquino y su idea de que lo sobre­na­tu­ral per­fec­cio­na con­ti­nua­men­te lo natu­ral, etc.

El D.I no es más que una nue­va vuel­ta de tuer­ca, en este caso acom­pa­ña­da de una sofis­ti­fi­ca­ción pseu­do­cien­tí­fi­ca, que lo más intere­san­te que tie­ne des­de mi pun­to de vis­ta es que obli­ga a los evo­lu­cio­nis­tas a pro­fun­di­zar en las líneas de inves­ti­ga­ción apor­tan­do prue­bas y más prue­bas. Inves­ti­ga­ción que, para­dó­ji­ca­men­te para los defen­so­res del dise­ño inte­li­gen­te, se vuel­ve con­ti­nua­men­te en su contra.

Por ejem­plo: Afir­man que el mode­lo cien­tí­fi­co de la evo­lu­ción por selec­ción natu­ral es insu­fi­cien­te para expli­car el ori­gen, la com­ple­ji­dad y la diver­si­dad de la vida, cosa de la que ya hemos habla­do y que es acep­ta­da por todos los evo­lu­cio­nis­tas, o que el uni­ver­so está dema­sia­do bien adap­ta­do a las cria­tu­ras vivien­tes como para pen­sar que es así por pura casua­li­dad. En este últi­mo caso pode­mos refe­rir­nos a la teo­ría Gaia de J. Love­lock y Lynn Mar­gulys auto­res que afir­man que al igual que el entorno (el medio natu­ral) modi­fi­ca la vida, asi­mis­mo la vida modi­fi­ca el entorno con su acti­vi­dad físi­co-quí­mi­ca a lo lar­go de millo­nes de años.

¿Qué opi­nión te mere­ce la obra de Stephen Jay Gould? ¿En qué con­sis­te su teo­ría de la evo­lu­ción pun­tea­da? ¿Es una for­ma de disol­ver la con­tra­dic­ción apa­ren­te entre los regis­tros fósi­les, que apun­tan a sal­tos brus­cos en la evo­lu­ción, y los ínfi­mos cam­bios acu­mu­la­dos de gene­ra­ción en generación?

La evo­lu­ción pun­tea­da sos­tie­ne que el rit­mo evo­lu­ti­vo no es con­ti­nuo sino que más bien pare­ce ace­le­rar­se en deter­mi­na­dos momen­tos y situa­cio­nes de estrés ambien­tal, a los que siguen lar­gos perío­dos de esta­bi­li­dad de las espe­cies. Su expli­ca­ción se basa en el estu­dio de diver­sos yaci­mien­tos de orga­nis­mos fósi­les del perío­do cám­bri­co, en los cua­les se cons­ta­ta una fal­ta de for­mas inter­me­dias entre la espe­cie halla­da y los orga­nis­mos actuales.

Su posi­ción es ala­ba­da por unos y cri­ti­ca­da por otros (R. Daw­kins, por ejem­plo), pero en todo caso la comu­ni­dad cien­tí­fi­ca está de acuer­do en que es un inten­to bri­llan­te de acla­rar cier­tos aspec­tos de la teo­ría de la evo­lu­ción, rea­li­za­do por un cien­tí­fi­co con una pro­sa ele­gan­te y siem­pre cer­ca­na al gran público.

¿Por qué fue tan cri­ti­ca­do por reco­no­ci­dos evo­lu­cio­nis­tas como Den­nett o Dawkins?

Como siem­pre hay que vol­ver a la reli­gión. Jay Gould nos habla de los “magis­te­rios no super­pues­tos” dicien­do que no ve con­flic­to alguno entre reli­gión y cien­cia ya que la pri­me­ra se encar­ga de la moral, mien­tras que la segun­da se encar­ga de expli­car el mundo.

Gould defien­de un adap­ta­cio­nis­mo mode­ra­do afir­man­do que algu­nos de los carac­te­res adap­ta­ti­vos que mues­tran las espe­cies actua­les no tie­nen en su ori­gen esta fina­li­dad, sino que apa­re­ci­dos por unas u otras cau­sas han sido pos­te­rior­men­te uti­li­za­dos para otros fines no ini­cial­men­te pre­vis­tos. Por ejem­plo: ese sería el caso del esque­le­to de los ver­te­bra­dos que en un prin­ci­pio ten­dría una fun­ción pro­tec­to­ra de órga­nos y de reser­vo­rio de cal­cio en espe­cies anti­guas o extin­gui­das, y actual­men­te tie­ne ade­más la fun­ción de sopor­te estruc­tu­ral en espe­cies evolucionadas.

Por otra par­te es de sobra cono­ci­da la posi­ción de Richard Daw­kins res­pec­to a todo tipo de reli­gio­nes y a sus fana­tis­mos. Miem­bro hono­rí­fi­co de la pres­ti­gio­sa Natio­nal Secu­lar Society, ha par­ti­ci­pa­do en nume­ro­sos deba­tes, char­las, ha escri­to nume­ro­sos libros, en los que sis­te­má­ti­ca­men­te car­ga las tin­tas con­tra todo tipo de reli­gión, siem­pre en base a pode­ro­sos argu­men­tos que muchos teó­lo­gos inten­tan reba­tir con más o menos éxito.

Den­nett, que pro­vie­ne del cam­po de la filo­so­fía, defien­de el adap­ta­cio­nis­mo o idea cen­tral de que la selec­ción natu­ral gene­ra adap­ta­ción. Ade­más es suma­men­te crí­ti­co, al igual que Daw­kins, con los fenó­me­nos reli­gio­sos, aspec­to que ana­li­za en pro­fun­di­dad en algu­nas de sus obras.

¿Por qué la izquier­da no ha sido siem­pre alia­da fiel del dar­wi­nis­mo? ¿Se pue­de con­ci­liar las posi­cio­nes de izquier­da con una teo­ría que afir­ma la super­vi­ven­cia del más fuer­te? ¿No sue­na eso a com­pe­ten­cia sin pie­dad, alma moto­ra del capi­ta­lis­mo salvaje?

La super­vi­ven­cia del más fuer­te es en esen­cia men­ti­ra, la super­vi­ven­cia va a corres­pon­der al mejor adap­ta­do a las con­di­cio­nes cam­bian­tes del medio. Kro­pot­kin, el prín­ci­pe y anar­quis­ta ruso, afir­ma­ba en 1902 que los mejor adap­ta­dos no tie­nen por­que ser los más fuer­tes, ya que pue­den ser­lo los más soli­da­rios y socia­les, es decir que la com­pe­ti­ti­vi­dad no es el úni­co fenó­meno que expli­ca la evo­lu­ción. Esta idea apa­re­ce con fuer­zas reno­va­das en la “teo­ría endo­sim­bió­ti­ca de la célu­la” de Lynn Mar­gulys en la que des­cri­be el paso de la célu­la pro­ca­rio­ta a la célu­la euca­rio­ta como un pro­ce­so de fusión de diver­sos orga­nis­mos que cola­bo­ran mutua­men­te en la super­vi­ven­cia (¿tal vez el apo­yo mutuo de Kro­pot­kin?). Dicho en otras pala­bras el apo­yo mutuo favo­re­ce la adap­ta­ción y, por tan­to, la supervivencia.

El pro­ble­ma creo que sur­ge del con­cep­to “dar­wi­nis­mo social”. Apli­car sin más, los con­cep­tos desa­rro­lla­dos por Dar­win a una espe­cie como la nues­tra, en la que inter­vie­ne una cuar­ta evo­lu­ción de la que no hemos habla­do has­ta aho­ra y que siguien­do a Jor­ge Wagens­berg lla­ma­re­mos “Evo­lu­ción cul­tu­ral”, es suma­men­te peligroso.

Hay una ten­den­cia a sim­pli­fi­car la evo­lu­ción, ya que pro­ba­ble­men­te bas­ten un par de minu­tos para expli­car­le a alguien en qué con­sis­te. Para enten­der esto bas­ta con recor­dar que Dar­win tar­dó más de vein­te años en publi­car su Ori­gen de las espe­cies y que estoy com­ple­ta­men­te con­ven­ci­do de que sabia de sobra que esta­ba ponien­do sobre la mesa la hipó­te­sis más genial que segu­ra­men­te ha plan­tea­do per­so­na algu­na, a la vez que arrin­co­na­ba las expli­ca­cio­nes que sobre la natu­ra­le­za daba la teología.

Al res­to yo le lla­mo “arri­mar el ascua a tu sar­di­na” de for­ma que tan­to la eco­no­mía, como la socio­lo­gía se con­vier­ten en alta­vo­ces de la nue­va teo­ría que es suma­men­te mani­pu­la­ble cuan­do se que­da en lo super­fi­cial. A lo lar­go de la his­to­ria hemos sopor­ta­do gran­des des­gra­cias en nom­bre de la supre­ma­cía de la raza aria, la supre­ma­cía del dios de los judíos, la supre­ma­cía del dios de los cris­tia­nos, la supre­ma­cía del hom­bre blanco, ….

Para fina­li­zar, ¿cuá­les son los gran­des pro­ble­mas que se están inves­ti­gan­do den­tro del, diga­mos, pro­gra­ma de inves­ti­ga­ción darwinista?

La idea de que exis­te un pro­gra­ma de inves­ti­ga­ción dar­wi­nis­ta no creo que sea muy correc­ta. Dar­win dejó sen­ta­das unas coor­de­na­das de par­ti­da que han ser­vi­do duran­te estos 150 años para ahon­dar en el pro­ble­ma de la evo­lu­ción. Tan­to los defen­so­res como los detrac­to­res de la teo­ría evo­lu­cio­nis­ta lle­van todos esos años pro­fun­di­zan­do, los pri­me­ros inten­tan­do dar una expli­ca­ción a los fenó­me­nos tra­ta­dos por Dar­win des­de el méto­do cien­tí­fi­co; los segun­dos recha­zan­do des­de sus cas­ti­llos teo­ló­gi­cos cada uno de los avan­ces y pro­pues­tas que se lan­zan continuamente.

Des­de mi pun­to de vis­ta acep­to que no solo la selec­ción natu­ral sea el motor de la evo­lu­ción. Segu­ra­men­te exis­ten otros meca­nis­mos físi­co-quí­mi­cos o bio­ló­gi­cos que tam­bién inter­vie­nen en el pro­ce­so. Por ejem­plo la teo­ría de la “evo­lu­ción por incor­po­ra­ción” desa­rro­lla­da por Lynn Mar­gulys a par­tir de su teo­ría endo­sim­bió­ti­ca, o la teo­ría Gaia de James Love­lock que pro­po­ne meca­nis­mos homeos­tá­ti­cos y de auto­re­gu­la­ción, dan una nue­va y bri­llan­te pers­pec­ti­va a las ideas evo­lu­cio­nis­tas vol­vien­do a abrir impor­tan­tes cami­nos de investigación.

Por otro lado, las inves­ti­ga­cio­nes en gené­ti­ca y bio­lo­gía mole­cu­lar son segu­ra­men­te las que nos darán más y mejo­res expli­ca­cio­nes. Un tema cla­ve está en des­en­tra­ñar el meca­nis­mo de la expre­sión géni­ca, cono­cer los patro­nes median­te los cua­les tie­ne lugar la expre­sión feno­tí­pi­ca de un deter­mi­na­do gen o secuen­cia de genes en una espe­cie y por tan­to tam­bién lo no expre­sión de otros.

A modo anec­dó­ti­co podría­mos comen­tar los con­ti­nuos infor­mes sobre la pre­sen­cia o no, de agua en la Luna, en Mar­te, … y las posi­bi­li­da­des de ins­ta­lar seres huma­nos en esos pla­ne­tas. Detrás de estas infor­ma­cio­nes hay impor­tan­tes gru­pos de inves­ti­ga­ción que tra­ba­jan en con­cep­tos como “terra­for­mar” Mar­te, la Luna,… y todos siem­pre basa­dos en la teo­ría de una evo­lu­ción a par­tir de la pro­li­fe­ra­ción de bac­te­rias que se encar­ga­rían de trans­for­mar las con­di­cio­nes físi­co- quí­mi­cas del pla­ne­ta o saté­li­te en cues­tión, para per­mi­tir el desa­rro­llo de orga­nis­mos supe­rio­res. Este plan­tea­mien­to que pare­ce de cien­cia fic­ción está basa­do, ni más ni menos, en acep­tar con todas sus con­se­cuen­cias la evo­lu­ción natu­ral de los seres vivos que a la vez que a sí mis­mos modi­fi­can tam­bién su entorno que a su vez los modi­fi­ca­rá a ellos, en una espi­ral de retroalimentación.

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