¿Qué trato les han dado hasta ahora las instituciones?
M.C.M: Nulo, no hemos tenido ningún contacto. En su día, el Ayuntamiento condenó el asesinato pero se limitó a eso: una condena en el pleno que nos hicieron llegar a través de una carta pero nada más. No lo consideraron víctima de ningún tipo. Nos tuvieron completamente olvidados.
Para aquellos que no lo vean claro, ¿por qué se debe considerar a Ángel una víctima del conflicto político?
Aitziber Berrueta: Es una víctima del conflicto porque los agentes que intervinieron son un gobierno dirigido por el PP que metió mucha cizaña diciendo que la autoría del 11‑M correspondía a ETA; un policía nacional del Estado español y una persona anónima muerta, mi padre, que no tenía ningún cargo, era solo un trabajador. Está claro que es una víctima de un conflicto político.
¿Cómo valoran este doble rasero que tiene el Estado con las víctimas?
M.C.M: De estas distinciones concluimos que todos no somos iguales; aunque todos somos víctimas, no nos consideran a todos igual. En su día yo dije que a mi marido no lo consideraran de segunda nunca porque era una persona de primera y como tal tenía que considerarse.
¿Están decepcionados con la clase política?
M.C.M: Sí, totalmente. La última muestra ha sido la estrategia que aplicó el PSN en el pleno de Pamplona, cuando se negó a considerar a Ángel víctima del conflicto y a reconocerlo con una placa pero presentó otro texto que desvirtuaba el original. Ha sido una jugarreta sucia para no decirnos que no, pero para echar por tierra todo lo que les propusimos.
Ahora que se habla tanto de la necesidad de perdonar para que el conflicto pueda terminar con las heridas cerradas, ¿ven importante esta cuestión?
A.B: Creo que todo esto del perdón es palabrería. Yo no quiero que el asesino de mi padre me pida perdón, no se lo creo, ya lo dijo en la Audiencia y no se lo creo. Lo que quiero es que el tema se solucione, que se solucione el conflicto. Aquí se están dando pasos por un lado y por otro se ve que no se da ninguno. Para terminar con un conflicto tienen que querer las dos partes, si una quiere y otra no… es difícil.
M.C.M: Lo que queremos es que se aprenda de esto para que no vuelva a suceder. Ángel fue una de las últimas víctimas que se saldó el conflicto. Queremos ver una tranquilidad y queremos que esto se solucione, que se hable con normalidad. También hay una parte de las víctimas que no quieren que esto se solucione.
Las penas que pusieron a los asesinos de Ángel desde un primer momento se criticaron por escasas, ¿en qué situación se encuentran ahora?
M.C.M: Tienen todos los beneficios a pesar de que no han mostrado ningún arrepentimiento. El hijo ‑condenado a 15 años- ya tiene las 3⁄4 partes y lleva en la calle desde septiembre (solo va a dormir) aunque no lo podemos decir con seguridad porque a nosotras no nos informan. Creemos que los familiares de la víctima deberíamos de saber si nos vamos a encontrar en la calle con ellos. Instituciones penitenciarias dice que no tienen la obligación de informar a la familia, a los abogados no les llega ninguna notificación ni nada. El padre, con condena de 20 años, consigue las 3⁄4 partes en 2014.
Si algo bueno se puede sacar de todo esto es el apoyo ciudadano ¿no?
M.C.M: Siempre hemos dicho que gracias a la gente hemos podido salir adelante. Nos hemos sentido muy apoyados, toda la gente ha sido muy solidaria, no solo un sector sino todo el mundo. Hoy en día la gente nos sigue preguntando por la calle qué tal estamos. Gracias a ellos se sigue recordando a Ángel.
Diario de Noticias