Ante los ataques de la prensa de derecha en Chile contra los jóvenes comunistas de ese país Camila Vallejo, Karol Cariola y Luis Lobos que acaban de visitar Cuba, el trovador Silvio Rodríguez ha publicado este comentario en su blog Segunda cita.
En los últimos tiempos algunas ideas reaccionarias se han apoderado de la prensa, de forma que algunos absurdos son mostrados como si fueran lógicos. Por ejemplo, todos los días algún cretino se pregunta por qué en Cuba no ha ocurrido una “primavera árabe”. Y algunos diarios, supuestamente respetables, reproducen la barbaridad como si fuera algo sensato.
Las ideas que esas expresiones convalidan empiezan por el absurdo de extrapolar Historias, geografías y culturas. ¿O es que hay que explicar por qué Cuba no es un país árabe? Tales disparates quieren legitimar los crímenes de USA y la OTAN contra Libia y, además, dar categoría de revolución a las revueltas en Egipto. Todavía mueren cientos de libios diariamente, en la guerra tribal que alimentaron las potencias irresponsables. Y en las próximas elecciones egipcias el más fuerte candidato parece ser el colaborador más íntimo del gobernante derrocado.
Para la lógica de este circo mediático resultaría “normal” que jóvenes comunistas chilenos, que combaten valientemente en su país contra el neoliberalismo, vinieran a Cuba a reunirse con quienes desean instaurar el neoliberalismo aquí. Por eso algunos libelos delirantes expresan desconcierto ante la consecuencia política de estos muchachos y muchachas. ¿Cuál es esta prensa lamentable? La prensa neoliberal que defiende la onerosa sombra de la dictadura militar que aún pesa en leyes concretas y supuestamente inalterables sobre el Estado chileno.
Estas alianzas editoriales, estas frustraciones y reproches, estas rasgadas vestiduras revelan las esencias comunes entre los neoliberales chilenos en el poder y los neoliberales cubanos que aspiran entregar la cabeza de Cuba a sus amos: su sumisión incondicional al imperio y su deuda con el arquetipo pinochetista.
¡Puagh! Que les aproveche.