Si, aparentemente es contradictorio. Pero lo cierto es que a pesar de que Nicolas de Maquiavelo sistematizase la separación entre ética y política, tanto ésta como la ideología tiene un fuerte componente emocional.
No seré yo el primero que ha llorado mientras entonaba la Internacional puño en alto o estando al lado de cualquiera de esos viejos luchadores de la “Numancia Errante” que la Historia ha condenado al ostracismo. Pues este tipo de sensaciones las he vuelto a experimentar este 14 de Abril.
A pesar de que cualquier militante de la “izquierda revolucionaria”, o por lo menos lo más conscientes, han deslindado y superado el “fetiche republicano” todo aquello que representa esa bandera tricolor, que aplastó un gran número de insurrecciones campesinas y huelgas obreras manu militari, produce determinadas sensaciones que hacen que la sangre fluya más rápido y que las lágrimas resbalen lentamente por las mejillas demostrándonos de forma empírica que la emoción se constituye en un factor importante dentro de nuestra conciencia.
El hecho de ver ondear la bandera republicana en el Ayuntamiento de Donostia, me ha reconfortado profundamente. El alcalde donostiarra ha declarado que la bandera republicana se izó en el balcón del consistorio como lo hizo la de Palestina o la de la Republica Democrática Saharui. Por lo tanto parece que Juan Karlos Eizaguirre le otorga al o a los pueblos del Estado español la cualidad de “oprimidos” y está valorando, como es de justicia, el ejercicio combatiente de una parte de la población española en su lucha contra el fascismo, por la democracia y la justicia social, en la misma medida que los militantes de izquierda y antiimperialistas los hacemos con los combatientes palestinos y saharauis.
La izquierda abertzale ha sido capaz demostrar una vez más su coherencia internacionalista por eso esa “bandera española” símbolo de la integridad y la dignidad de aquel o aquellos pueblos que resistieron tres años de guerra y cruzaron los Pirineos para continuar el combate, demostrando así que el nazi-fascismo era el feroz enemigo del proletariado y de los pueblos del mundo, ha ondeado en ese Ayuntamiento.
Valgan estas letras para mostrar e agradecimiento fraternal a los gudaris de Eusko Abertzale Ekintza-Acción Nacionalista Vasca, fuerza integrante de aquel proyecto fallido llamado Frente Popular traicionado por aquellos pequeños burgueses turnistas y por aquellos que en un pequeño pueblo de Cantabria firmaron la capitulación de Euzkadi con los que oprimieron y siguen oprimiendo al pueblo vasco. Que sirva la emoción de un militante emocionado para derrocar las fronteras creadas por burgueses y esencialistas que pretenden separarnos de forma política, porque la territorial llegará mas pronto o más tarde aunque a muchos no les guste.
Encendamos la luz de memoria antifascista para levantar a aquellos que cayeron en Sartaguda, en Madrid, en Gernika, en Málaga, en Durango, en Barcelona, en Otxandiano o en Almería, hijos e hijas de la injusticia que les procuró una ignominiosa muerte.