Varias fisuras en las costillas y el cartílago desplazado es el parte médico del ondarroarra Asier Badiola tras pasar cinco días incomunicado a manos de la Ertzaintza. Ocho días después de ser arrestado, ayer al fin pudo relatar el trato sufrido a sus abogados. Además de denunciar haber sido golpeado y objeto de presiones sicológicas y posturas forzadas ‑un trato que se repite con el resto de detenidos- Badiola cree que pudo haber sido drogado por los agentes.
El ondarroarra indicó a sus letrados que después de que los agentes lo obligaran a comer una especie de pasta caldosa, un alimento que según apunta denominaban «el suero de la verdad», padeció alucinaciones y sintió frío y calor al mismo tiempo. Detalla, en el testimonio que el movimiento pro-amnistía ha remitido a GARA, que mientras era interrogado veía en la pared de los calabozos «algo parecido a dibujos animados» y «creía que se hundía el techo», lo que le generaba gran ansiedad.
Badiola tuvo que ser trasladado hasta en dos ocasiones al hospital debido a las lesiones sufridas en las costillas. Al parecer, el golpe más fuerte lo sufrió en el momento del arresto y aclara que al colocarle las esposas los ertzainas lo empujaron violentamente también, lo que le causó la lesión en las costillas.
El primer traslado al hospital se dio poco después de la primera visita al médico forense, y es que éste ordenó el traslado nada más observar el golpe sufrido. En el centro al que fue llevado le recetaron algunos medicamentos para tratar las fisuras, que no le fueron asignados durante los días que pasó en comisaría. «Además de no darme nada para el dolor, me golpeaarón continuamente en las costillas», detalla en el testimonio. Debido al empeoramiento de la situación, el médico forense volvió a pedir su traslado al hospital, hecho que se llevó a cabo.
Asimismo, Badiola dio cuenta ayer por la tarde a sus abogados que los agentes han simulado la práctica de la «bolsa» mediante un chubasquero.
Este vecino de Ondarroa, sin embargo, no ha sido el único detenido que ha requerido asistencia hospitalaria. La nota emitida ayer por el movimiento pro-amnistía eleva a tres los detenidos que pasaron por el hospital en el transcurso de la incomunicación.
Tanto Xeber Uribe como Urtza Alkorta fueron observados también por los médicos debido a sendas contracturas musculares en el cuello, debido al largo tiempo transcurrido en posturas forzadas.
Humillaciones
Las presiones sicológicas y las amenazas contra familiares directos han sido constantes en todos los casos. En el de Badiola, han sido su compañera, que se encuentra embarazada, y el hijo que ya tienen los elementos para atormentarlo durante estos cinco días. Bedialauneta también ha denunciado haber sido chantajeado con su compañera y su hijo, e incluso asegura que le mostraron fotos del pequeño en los interrogatorios.
Iparragirre también fue amenazado con su hija de escasos meses, y Alkorta, con ser puesta en manos de la Guardia Civil.
La mayoría de los encarcelados afirmó no haber dormido nada en los cinco días que pasó en manos de la Ertzaintza. Denunciaron que los interrogatorios sin abogados fueron continuos y que en la mayoría de los casos mantuvieron las luces encendidas durante todo el periodo. Con el objetivo de no dejarles descansar, aseguran que el ruido y los gritos ensordecedores fueron también continuos.
Los letrados Haizea Ziluaga y Alfontso Zenon son aún las únicas personas que han podido comunicarse con los encarcelados. Ambos denunciaron a GARA que Ibon Iparragirre, Xeber Uribe y Asier Badiola ‑aún no ha trascendido cuál es la situación de Javi Zubizarreta y Jon Iñaki Esnaola, arrestados también el pasado martes- además de ser incomunicados durante ocho días ahora se encuentran aislados en la cárcel de Soto del Real. Ziluaga aclaró que no pueden llamar a casa, ni tampoco verse entre ellos. Tampoco ven a ninguna otra persona, y es que son trasladados solos incluso al patio, algo que según la letrada resulta «ilegal».
Dos aún incomunicados
Los últimos dos ondarroarras arrestados el martes, Olaitz Lema e Igor Martín, por su parte, siguen aún incomunicados en manos de la Ertzaintza. Lema fue detenida en un polígono de Berriatua, cercano a Ondarroa, en su lugar de trabajo, mientras que a Martín lo arrestaron en Jaca, a la misma hora, donde posteriormente registraron su domicilio durante unas seis horas.
Desde que trascendió su detención, agentes de la Policía española controlaron el acceso de los vecinos de la localidad aragonesa a sus viviendas, hasta que hacia la medianoche trasladaron al ondarroarra hasta dependencias de la Ertzaintza en Gasteiz.
El consejero del Interior de Lakua, Rodolfo Ares, manifestó que tienen «pruebas suficientes» para demostrar su «colaboración» o «pertenencia» a ETA y no dudó en afirmar que «también acabarán en la cárcel, respondiendo ante la Justicia de sus acciones criminales».
Aunque Lema y Martín todavía no hayan comparecido ante el juez, el consejero aseguró que el Departamento de Interior tiene «información suficiente» y añadió que «seguramente, toda la operación se saldará con nueve detenidos que acabarán en la cárcel». Después declaró que todavía puede haber «algún fleco» en relación con la operación iniciada el 26 de enero, ya que, según dijo, «tras las declaraciones de los detenidos pueden abrirse otras vías de investigación».
Después estas últimas detenciones en el marco de la operación policial iniciada hace más de una semana, el consejero felicitó ayer a la Ertzaintza por su actuación y calificó de «muy positiva» la operación.
El consejero alardeó de que «hemos demostrado capacidad para combatir al terrorismo y de coordinación y cooperación con otros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado», haciendo referencia de esta forma a la detención practicada en Jaca en colaboración con la Policía española. «El juez había dispuesto que pudiéramos actuar fuera de Euskadi, persiguiendo terroristas, que eran fruto de la investigación desarrollada por nuestra Policía», explicó.
«También queremos trabajar en segarle la cantera a ETA, que aquellos que están pensando en incorporarse sepan que el único destino que les espera es acabar siendo detenidos y puestos a disposición de la Justicia», añadió Ares.
Siete encarcelados
En total, ya son siete las personas enviadas a prisión por el juez de la Audiencia española Eloy Velasco, dentro de esta operación. Concretamente, los siete se encuentran en la prisión madrileña de Soto de Real. El 26 de enero fueron arrestados, Asier Badiola y Xeber Uribe, ambos en Ondarroa, Ibon Iparragirre en Gizaburuaga, Jabi Zubizarreta en Mutriku y Jon Iñaki Esnaola en Deba. Todos ellos declararon cinco días más tarde incomunicados e ingresaron en prisión bajo esta misma medida.
Su aislamiento se mantuvo hasta que los dos arrestados el viernes, Urtza Alkorta y Zunbeltz Bedialauneta, declararan ante el juez anteayer.
En concreto, el magistrado del tribunal español acusó a los encarcelados de participar en cinco acciones de ETA, entre ellas el atentado contra la maquinaria de las obras del TAV en Orio y Urnieta, la voladura de un repetidor de televisión en Azpeitia y el atentado perpetrado contra la sede del PSOE en Elgoibar, además del atentado contra la base de la Ertzaintza en Ondarroa.
Cacerolada espontánea en Ondarroa
Los vecinos de Ondarroa llevan más de una semana conviviendo con registros y controles de la Ertzaintza. El martes por la noche denunciaron este «acoso» policial haciendo sonar desde sus balcones y ventanas toda clase de artilugios de cocina. Las calles de Ondarroa retumbaron a golpe de cacerola por una iniciativa espontánea de los vecinos, después de que conocieran la noticia de la detención de Olaitz Lema e Igor Martín. Durante unos minutos el ruido metálico de los golpes contra cazuelas y sartenes contrastaba con el habitual silencio de la noche en esta localidad costera de Bizkaia.
La «división antiterrorista» arranca saltándose el protocolo
El Departamento de Rodolfo Ares afirma haber estrenado una «división antiterrorista» a la que ha otorgado gran eco mediático, aunque sus predecesores afirman que no se trata de nada nuevo. Y lo ha hecho saltándose el llamado «Protocolo para la Coordinación de la asistencia a personas detenidas en régimen de incomunicación».
Entre las medidas que se citan en el protocolo está el servicio de atención a familiares de los detenidos, donde se estipula que a la familia directa se le facilitará información sobre el motivo y el lugar de la detención y el estado de salud del arrestado. Los allegados de los nueve arrestados, además de no haber recibido ninguna llamada que diera cuenta de ello, han denunciado que el teléfono para atender a los familiares es un «paripé». Gotzon Iparragirre, el hermano de uno de los detenidos, indicó a GARA que desde ese teléfono se le informó de que su hermano se encontraba «en buen estado y en el calabozo» mientras que él lo veía ante su casa, en un registro.
Además, el protocolo obliga teóricamente a grabar los interrogatorios a los que son sometidas las personas detenidas. Este conjunto de medidas fue alabado y situado como ejemplo del respeto a los derechos humanos por el Gobierno de Lakua anterior, especialmente cada vez que organismos internacionales, como el Relator de la ONU, sacaban los colores al Gobierno español por las denuncias de torturas. El consejero de Interior, Rodolfo Ares, nada más hacerse con su cartera fue preguntado en varios diarios sobre su cuál sería su proceder ante este protocolo, y dijo que lo respetaría. Pero una operación policial ha sido suficiente para saltarse su contenido