El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, su adjunta, Amaia Muñoa, y el responsable del área de prisiones, Javier del Moral, visitaron ayer en la cárcel madrileña de Estremera al ex secretario general de LAB Rafa Díez. Con su visita la delegación del sindicato abertzale quería volver a hacer patente su denuncia por la «terrible injusticia» de las detenciones de dirigentes independentistas del pasado 13 de octubre.
«Bien de salud y animado». Así vieron a Rafa Díez Usabiaga los miembros de la delegación de ELA que ayer se desplazaron hasta la prisión madrileña de Estremera para visitar al ex secretario general de LAB, que lleva encarcelado desde la redada del pasado 13 de octubre.
Mientras recorrían de vuelta los 460 kilómetros que separan Estremera de Bilbo, el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, Txiki, comentó a GARA que la visita se había materializado en el locutorio de la prisión, una larga hilera corrida donde los presos y sus allegados hablaban por un interfono y separados por un cristal. «Aunque habíamos intentado que fuera un vis a vis, no ha sido posible«, explicó. La delegación de ELA se completaba con Amaia Muñoa, secretaria general adjunta, y con Javier del Moral, responsable de ELA-Prisiones.
El encuentro duró 40 minutos y, según manifestó Txiki Muñoz, se desarrolló en un clima distendido. «Hemos hablado de sindicalismo y de política», comentó, pero no quiso hacer público qué le había comentado Rafa Díez. «Sus mensajes ojalá los pueda dar él pronto desde la calle», apuntó.
«Solidaridad absoluta»
En cuanto a las razones por las que ELA había decidido hacer esta visita a Rafa Díez, Txiki Muñoz declaró que «en primer lugar, para mostrar nuestra solidaridad con él, con el resto de detenidos en aquella operación y con la organización a la que ha representado durante muchos años como secretario general. ELA hemos tenido y seguimos manteniendo una relación muy estrecha con LAB ‑recordó‑, y con esta visita queríamos mostrar nuestra solidaridad absoluta con Rafa y su organización en unos momentos muy duros. Estar en prisión no es del gusto de nadie».
Además, como hicieron en la manifestación de Donostia del 17 de octubre, ELA quería hacer «la denuncia mas contundente con lo que creemos que es una tremenda injusticia. Nuestra convicción es que Rafa y las personas que fueron detenidas detenidas con él trabajaban y trabajan porque llegue una si- tuación en la que se pueda plantear definitivamente en términos exclusivamente civiles y democráticos el conflicto político de nuestro pueblo».
A su entender, «deteniendo a esas personas, precisamente a esas personas, el Estado ha querido intervenir para intentar romper esa posibilidad».
Junto a ello, Muñoz fue explícito al señala que «queremos manifestar con claridad una gran preocupación porque en el Estado español no hay garantías jurídicas para los detenidos vascos y con extremada frecuencia un atestado policial se está convirtiendo en una sentencia».
Por último, ELA no quiso dejar pasar la oportunidad y el viaje hecho para «denunciar la dispersión» y solidarizarse «con todas aquellas personas que se ven obligadas a hacer tantos kilómetros para ver a un familiar, como consecuencia de una política penitenciaria criminal e inhumana».
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