Garo­ña exi­ge exen­ción fis­cal para con­ti­nuar, impo­nién­do una pre­sión al gobierno pro nuclear de Rajoy- Eguzki

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Según las últi­mas infor­ma­cio­nes, la refor­ma ener­gé­ti­ca que pre­pa­ra el Gobierno, más en con­cre­to, el plan de Indus­tria que con­tem­pla un impues­to gene­ral del 4% para todas las tec­no­lo­gías del régi­men ordi­na­rio (nuclear, hidráu­li­ca y ciclos com­bi­na­dos a gas), un 11% para reno­va­bles inclui­da la ener­gía eóli­ca y un 19% en el caso de la foto­vol­tai­ca Ade­más del impues­to gene­ral, las nuclea­res ten­drían una tasa adi­cio­nal, dado que gra­va­ría los resi­duos, ejem­plo de un ras­car para obte­ner finan­cia­ción de todas las fuen­tes posi­bles, espe­cial­men­te de entre los mir­los blan­cos de la energía.
Ello no es cons­cien­cia de la posi­ción abu­si­va del lobby de las empre­sas nuclea­res, ni de la sen­si­bi­li­dad hacia la segu­ri­dad de la pobla­ción o de la gene­ra­ción de resi­duos, sino de un filón, el nuclear al que se le ha pues­to la alfom­bra roja, se le ha con­si­de­ra­do un bien en si mis­mo por gene­rar ener­gía, sin valo­rar la for­ma ni el resi­duos que gene­ra, sino tan solo su capa­ci­dad de producción.
Pero los resi­duos nuclea­res, que per­ma­ne­cen siglos en con­di­cio­nes incier­tas son cos­tea­dos por la socie­dad, con lo que la segu­ri­dad, o medi­das par­cia­les para paliar la inse­gu­ri­dad nuclear y el alma­ce­na­mien­to y con­trol de los resi­duos, son un cos­te social que en este momen­to se evidencia.tasa o canon para la pro­duc­ción de resi­duos nuclea­res y su almacenamiento.
Para fun­cio­nar has­ta 2019, la cen­tral de Garo­ña tie­ne ten­dría que aco­me­ter inver­sio­nes que el sec­tor cifra en 100 millo­nes por las exi­gen­cias del Con­se­jo de Segu­ri­dad Nuclear (CSN) con­se­cuen­cia de un acuer­do euro­peo tras las mues­tras de Fukushi­ma, y más si cabe ante la para­da de la plan­ta bel­ga de Doel, del mis­mo fabri­can­te que Garoña
El acci­den­te de Fukushi­ma, cuyo pri­mer reac­tor es geme­lo al de Garo­ña, no cam­bió la deci­sión pro nuclear del PP, mien­tras Ale­ma­nia, Sui­za, Ita­lia y Bél­gi­ca daban mar­cha atrás en sus pla­nes ató­mi­cos, y en con­se­cuen­cia, Indus­tria publi­có el 3 de julio la orden para man­te­ner Garo­ña has­ta 2019, seis años des­pués de la fecha de cie­rre fija­da por el Gobierno ante­rior, que lo pro­me­tió pero no adop­tó la medi­da para que fue­se defi­ni­ti­vo ni irreversible.

Ade­más, el ais­la­mien­to de la sala de con­trol aho­ra resul­ta impres­cin­di­bleha­ce cua­tro años ya ana­li­zó la inge­te . La Comi­sión Euro­pea seña­ló en mayo que una par­te de los 24.000 millo­nes de défi­cit de tari­fa acu­mu­la­do se debe en par­te a la “com­pen­sa­ción exce­si­va de algu­nas infra­es­truc­tu­ras, como nuclea­res y gran­des hidroeléctricas”.

Tras la rea­li­za­ción del infor­me defi­ni­ti­vo de las prue­bas de estrés y su vali­da­ción por pares en la Unión Euro­pea, un gru­po de exper­tos tenía que ins­pec­cio­nar las nuclea­res del Esta­do espa­ñol. El Con­se­jo de Segu­ri­dad Nuclear (CSN) limi­tó las ins­pec­cio­nes a la cen­tral de Alma­raz (Cáce­res), dejan­do Tri­llo (Gua­da­la­ja­ra) y Garo­ña fue­ra del cir­cui­to de los inspectores.
No pasar con­tro­les y no asu­mir el cos­te de nin­gu­na car­ga impo­si­ti­va es la demos­tra­ción de que el lobby nuclear se impo­ne a gobier­nos y deci­sio­nes popu­la­res, car­gan­do los cos­tes de su explo­ta­ción a la pobla­ción, median­te una exen­ción fis­cal que aspi­ran y airean en los medios como chan­ta­je social a la pro­duc­ción ener­gé­ti­ca, algo total­men­te inaceptable.

Esta cen­tral inse­gu­ra, y simi­lar a Doel, para­da por fallos este mes, y Fukushima,parada tras su sinies­tro, colo­ca a la socie­dad ante el ries­go nuclear para más de un millón de per­so­nas, por lo que Eguz­ki debe denun­ciar esta manio­bra frau­du­len­ta a la socie­dad para pro­rro­gar­la median­te la exen­ción fis­cal lo que evi­den­cia más a las cla­ras el nego­cio de Garo­ña, una cen­tral amor­ti­za­da total­men­te que no asu­me ni pagar una par­te de impues­tos ni se asu­me el cos­te nuclear de las sub­ven­cio­nes, amor­ti­za­cioes y el con­trol y alma­ce­na­mien­to de los resi­dios, así como el ries­go de accidente.
La res­pon­sa­bli­dad de estos efec­tos que se pue­dan pro­du­cir corres­pon­de al gobierno de Rajoy, y sus adlá­te­res De Andres y Maroto,

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