La dictadura capitalista polaca ha decretado una ley que recortará las jubilaciones de miles de ex policías, guardias fronterizos, funcionarios de prisiones y otros empleados públicos que sirvieron al sistema comunista porque no había otro. Para las organizaciones de derechos humanos (entiéndase: derechos humanos de los ricos) de ese país, la ley hace «justicia» con las víctimas del comunismo, que según dicen, vivían en la pobreza, una pobreza que no les permitía tener un automóvil de lujo, pero sí vivienda, comida, sanidad y educación gratuitas.
Polonia no es, hoy día, un país mejor que antes, como repiten machaconamente. En lo concerniente a la información “plural”, optaron por una dictadura mediática adornada con múltiples voces, pero todas defendiendo un único “valor” capitalista. En cuanto a la libertad individual, desataron, interesadamente, los instintos más bajos y brutales del ser humano, que se toleran mientras no resulten peligrosos para el sistema. La sociedad capitalista, culpable de la muerte de millones de personas por hambre y enfermedades y cuya riqueza‑, generada por la explotación- se la reparten unos pocos, no puede dar lecciones de nada a nadie.
Los legisladores polacos argumentan que los ex funcionarios del antiguo régimen reciben jubilaciones muy altas, que contrastan con las de otros ciudadanos. Objetivamente es una situación injusta, heredada de las posiciones revisionistas del anterior sistema que, regadas por todo el campo socialista terminaron derrumbándolo, dando paso a burgueses y oportunistas charlatanes. No obstante, tan ecuánimes “señores” se olvidan de la situación que viven miles de obreros victimas de reconversiones salvajes, de que una cuarta parte de los niños de Polonia viven en la pobreza, y de que miles de personas sólo comen pan y queso barato, situaciones que contrastan con la opulencia de las elites.
Estos hipócritas abogan, supuestamente, por la igualdad cuando se accede al retiro, sin embargo permiten que en el “paraíso democrático” coexistan pensiones miserables- la inmensa mayoría- con otras infinitamente mejores (en España sin ir más lejos, se proveen pensiones de millones de euros para jubilados de la Gran Banca). Es obvio que en la Polonia actual no comparan las pensiones de los ex ministros con las de los obreros que se han jubilado, ya en “democracia”. ¿Decretarán una ley que recorte los placeres de Lech Walesa, que vive un millonario retiro regado con buen vodka?
http://jmalvarezblog.blogspot.com/