Cubadebate
Una huelga general que ha paralizado el país y ha dejado un centenar largo de detenidos y varios heridos. Nuevos recortes que amenazan con ahondar la recesión que dura ya cinco años. Disensiones entre los que han prestado dinero al Estado… Cunde la sensación de que Grecia afronta una de sus últimas oportunidades si quiere escapar de los augurios más negros, que le sitúan fuera del euro y en una situación muchísimo peor de la que ya vive. “Si la economía no mejora corto plazo, el apoyo al Gobierno se evaporará rápido y el país puede caer en el caos político. En este caso, veo muy difícil que los acreedores europeos estén dispuestos a seguir con el programa de ayudas”, resume Zsolt Darvas, analista del centro de estudios belga Bruegel.
“Fuera la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional”, gritaban este miércoles las decenas de miles de personas que se manifestaban en Atenas, en la primera huelga contra el Gobierno del conservador Andonis Samarás, que llegó al poder hace tan solo tres meses. En una protesta convocada por los mayores sindicatos del país, la policía usó gases lacrimógenos contra unos manifestantes que lanzaban piedras y artefactos incendiarios en el centro de la capital mientras llamaban a los agentes “traidores” o “cerdos de Merkel”. Pero los problemas del primer ministro no acaban en las calles. También abundan en los enmoquetados pasillos de los centros de poder.
Samarás y su ministro de Finanzas, Yannis Sturnaras, cerraron el enésimo plan de ahorro con el que tratarán de satisfacer las exigencias de Europa y del Fondo Monetario Internacional (FMI). “Alcanzaron un acuerdo por la noche”, señaló una fuente gubernamental a la agencia Efe, que explicó que el pacto aún no es oficial. El plan consiste, según esta fuente anónima, en recortes presupuestarios por valor de 11.500 millones de euros y en aumentos de impuestos con los que pretenden recaudar 2.000 millones más.
Pero está por ver que este acuerdo vea la luz. Por una parte, Samarás tendrá que convencer a sus compañeros de coalición, los socialistas del Pasok y el partido de izquierda moderada Dimar. Aun en el caso de que el primer ministro venza este obstáculo, le quedará aún arrancar el visto bueno a la troika. La Comisión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo esperaban unos recortes superiores (de 15.000 millones) para desbloquear el pago de los 40.7000 millones que el país necesita urgentemente si no quiere caer en bancarrota.
Samarás, que ganó las elecciones con la promesa de relajar las condiciones impuestas por los prestamistas europeos, ha sufrido un rápido desgaste tras su llegada al poder. Las sucesivas oleadas de recortes, que ahora amenazan con ir a más, no han cumplido su objetivo de sanear las cuentas públicas ni de enderezar la economía de un país que ya tiene a un 55% de sus jóvenes en paro. “Los españoles salieron ayer a la calle. Hoy lo hacemos nosotros; mañana serán los italianos y al día siguiente, todos los ciudadanos de Europa”, arengaba a los manifestantes un sindicalista desde las calles de Atenas.
Una encuesta en Grecia halló que 90% cree que los últimos recortes fueron “injustos”. Eso sugiere que la implementación de cualquier programa acordado será tan difícil como antes. Eso pondrá los líderes europeos en la posición de decidir si va a respaldar una estrategia que, es casi seguro, fracasará.
Una observación final: Grecia se ha visto su economía contraerse en 20% en cinco años. En 2013 esa cifra habrá aumentado a 25%. Esas son cifras, como ha dicho el primer ministro griego, asociadas con la Gran Depresión.