Si algo hay que agradecer a Basagoiti es su denodado esfuerzo, consciente o inconsciente, por limpiar de suciedad las ventanas de ese oscuro, rancio y tétrico edificio que alberga al unionismo español, para que cualquiera pueda ver con claridad lo que se esconde en el interior.
Ayer, con la excusa de atacar al Gobierno de Zapatero por el denominado «caso Faisán», no tuvo empacho en justificar a los GAL. «El GAL en teoría, y sólo en teoría, era para acabar con unos terroristas; es grave lo que hizo el GAL, pero decían que lo planteaban para acabar con ETA […] decían que antes el tema del GAL era de unos que eran buenos contra los malos, y el Faisán es de los teóricos buenos a favor de los malos».
Es decir, que está feo secuestrar, torturar y matar, pero vale siempre que la causa sea «noble». Confirma así que si en algún momento el PP ha denunciado la responsabilidad del PSOE en la creación de los GAL ha sido por una calculada intencionalidad partidista-electoralista.
Lo peor es que Basagoiti no teme que sus afirmaciones, aun siendo escandalosamente graves, tengan para él consecuencia de ningún tipo: los GAL nunca fueron considerados como un grupo «terrorista» por la judicatura española.
Desgraciadamente ya estamos acostumbrad@s a este tipo de declaraciones de este «señor» portavoz del PP. No hace mucho tiempo dijo que deseaba que l@s pres@s vasc@s, incluido Otegi, que dicho sea de paso es un preso mas, hiciesen una huelga de hambre hasta el final..vamos que deseaba que muriesen en la huelga de hambre.
Hoy justifica descaradamente el GAL y quizas haya que recordar que existe una ley de enaltecimiento del terrorismo, aunque como el mismo reconoce ni el GAL, ni Falange y Tradicion y otras bandas terroristas españolas que han asesinado, secuestrado, amenazado etc son conmsideradas por esa justicia terrorismo. Evidentemente si para la judicatura española, el GAL no es terrorista, el «señor» Basagoiti no ha cometido el delito de enaltecimiento del terrorismo. Es lo que ocurre en los lugares como el estado español, en los que no hay democracis, ni verguenza ni nada que se le parezca.