La Unión Europea (UE) ha recibido el premio Nobel de la Paz «en reconocimiento a las más de seis décadas de paz y estabilidad en Europa». ¿Seis décadas de paz?
Los gestores del premio deben andar mal de matemáticas porque la guerra de Yugoslavia comenzó en 1993. Esa contienda fue provocada por la «pacífica» Alemania que animó la secesión de las repúblicas yugoslavas y reconoció inmediatamente, la independencia de Croacia. Posteriormente (1999) los intereses de EEUU provocaron otra guerra, esta vez contra Serbia, a la que le arrebataron la provincia de Kosovo, actualmente un narcoestado dirigido por mafiosos criminales y manejado por Occidente.
Se ha vuelto costumbre conceder el premio Nobel de la Paz a connotados asesinos y bestias salvajes que, de una u otra manera, generan conflictos bélicos (la UE está entre ellos) pero ignorábamos que, además de en matemáticas, quienes conceden el galardón también andan mal en geografia, ya que de su declaración se desprende que ni la Yugoslavia de entonces ni la Serbia de ahora, están en Europa. Sea como fuere, en Estocolmo van sobrados de hipocresía imperialista.