En EE.UU., unas 15 millones de personas no tienen empleo. Y la perspectiva de hallar uno parece difícil.
Por Peter S. Goodman - The New York Times
Aun cuando la economía de EE.UU. muestra algún signos de rebote, el costo humano de la recesión crece y millones de estadounidenses continúan sin empleo, sin ahorros y acercándose al término de su subsidio por desempleo. Son los nuevos pobres: personas acostumbradas a las comodidades de la clase media que ahora dependen de la asistencia pública por primera vez en su vida, y posiblemente por varios años.
La red de seguridad social ya está evidenciando graves tensiones. Alrededor de 2,7 millones de desocupados perderán su subsidio por desempleo antes de fines de abril si el Congreso no aprueba la propuesta de Barack Obama de extender el pago.
Hoy hay 6,3 millones de estadounidenses sin empleo desde hace 6 meses o más, la cifra más alta desde que se comenzó a llevar estadísticas en 1948. Los especialistas en trabajo dicen que la economía necesita 100.000 nuevos empleos por mes sólo para absorber a quienes ingresan a la fuerza laboral. Con más de 15 millones de personas desocupadas, es probable que hasta una recuperación vigorosa deje a una enorme cantidad de habitantes sin trabajo durante años.
Algunos especialistas dicen que el funcionamiento básico de la economía de EE.UU. se ha modificado de formas que hacen escasear los puestos de trabajo, en particular para las personas de más edad y menor nivel educativo.
Cada vez más, las grandes empresas son propiedad de inversores institucionales que buscan ganancias rápidas, algo que con frecuencia se logra recortando personal. La menor influencia de los sindicatos ha facilitado que los empleadores trasfieran el trabajo a empleados a tiempo parcial. En los últimos años, los trabajos fabriles e incluso los de oficina se han trasladado a países de bajo costo. La automatización ha hecho desaparecer 5,6 millones de puestos de trabajo desde 2000.
Tradicionalmente, tres sectores han encabezado la salida de la recesión: el automotor, la construcción y la banca. Pero las automotrices se están reduciendo desde hace tiempo porque los hogares, con serias dificultades económicas, tienen menor poder adquisitivo.
La construcción se ve limitada por los temores que suscita el exceso de propiedades ejecutadas. La banca está creciendo pero por un apoyo gubernamental que ahora comienza a ser retirado. «El sistema no estaba preparado para la realidad del desempleo de largo plazo», dijo Maurice Emsellen, director del Nacional Employment Law Project.
«Ahora, sumamos una profunda recesión y hemos creado una crisis de proporciones históricas». Timothy M. Smeeding, director del Instituto de Investigación de la Pobreza de la Universidad de Wisconsin agrega: «Las personas con más educación y habilidades tal vez encuentren alguna solución cuando la economía se recupere. El problema son los que tienen menos educación y habilidades: ellos son los nuevos pobres».