BAIONA-. La tesis de que Jon Anza ha sido víctima de «un fallo» de fuerzas policiales españolas cobra fuerza cuando se va a cumplir un año de la desaparición, según un reportaje publicado este fin de semana por «Libération« “. El rotativo parisino se hace eco de los datos existentes al respecto, en una información firmada por el periodista Karl Laske, y junto a ello incluye una entrevista con Jacques Massey, autor del libro «ETA, l’histoire d’une guerre de cent ans» y que por su trayectoria profesional tiene acceso a fuentes policiales.
Como conclusión de todo ello, el rotativo apunta que la tesis de que las FSE españolas están detrás de la desaparición «cobra cada vez más fuerza».
Como hizo anteriormente el también parisino «Le Monde», «Libération» remarca la oscuridad que rodea a este caso. Karl Laske recopila las informaciones aparecidas en estos diez meses, incluidas las declaraciones efectuadas por la compañera de Anza o por la fiscal que instruye el caso en el Juzgado de Baiona, Anne Kayannakis.
Nuevos detalles
El trabajo periodístico de «Libération» sigue la línea marcada por lo publicado en estos meses en GARA o en «Le Monde», pero ofrece algunos detalles novedosos. Por ejemplo, a juicio del autor la Policía sabía que Jon Anza era militante de ETA antes de que la organización armada vasca lo hiciera público.
En concreto, ETA informó de esta circunstancia en un comunicado hecho público el 18 de mayo de 2009. En él se revelaba que cinco meses antes de la desaparición de Jon Anza la Policía halló un zulo de la organización en la localidad labortana de Senpere, y que allí encontró huellas dactilares del refugiado político donostiarra.
La Policía aparentó estar sorprendida por esta afirmación de ETA, pero «Libération» asegura que conocía la militancia de Anza. Y para ello recuerda cuáles son las normas de actuación en estos casos.
El periodista considera «muy extraño» que la Policía francesa encontrara ese zulo y no realizara el correspondiente análisis de las pruebas conjuntamente con las FSE españolas. Y es que, según remarca, es norma habitual poner en común hasta los detalles más mínimos cuando se refieren a ETA.
Junto a ello, se recuerda que Jon Anza residía cerca de Senpere, por lo que «no se puede descartar que inmediatamente al descubrimiento del zulo la Policía española asumiera el seguimiento del militante».
Aunque no menciona expresamente responsabilidades del Gobierno francés, el periodista Karl Laske remarca que la procuradora Anne Kayanakis no quiere dejar el caso en manos de un juez. Para «Libération», en consecuencia, «está claro que el Gobierno prefiere retener el asunto bajo su control». En concreto, se apunta al Ministerio de Exteriores.
«Con total libertad»
Por otro lado, en la entrevista que completa este trabajo el periodista Jacques Massey confirma que los cuerpos policiales españoles actúan con total libertad en suelo del Estado francés, una constatación que, por otro parte, queda confirmada por las declaraciones oficiales del Ministerio del Interior español cada vez que se produce una redada anti-ETA.
Así, Massey recuerda que los dos guardias civiles que murieron a tiros en un atentado de la organización armada en Capbreton, en diciembre de 2007, «actuaban por su cuenta». Y añade que además de participar en operaciones regulares junto a la Policía francesa, «al parecer, los españoles utilizan incluso viviendas secretas».
Apunta igualmente que tras el atentado de la estación de servicio de las Landas, «estos policías pueden llevar armas». Y remarca, al final, que sin su ayuda «la Policía española no llevaría a cabo tantas detenciones».
Este periodista experto en temas policiales y en la persecución a ETA no muestra ninguna duda de que la desaparición de Anza es responsabilidad de fuerzas policiales españolas. Y trae a colación, además, que en el tiempo en que se perdió la pista del ex preso donostiarra se produjeron otras denuncias de secuestros e interrogatorios ilegales, atribuibles también a agentes policiales españoles. En el caso de Juan Mari Mujika, se produjo en Donapaleu.
Anza desapareció el 18 de abril, después de tomar un tren hacia Toulouse, adonde no llegó.
Fuente: Diario Gara