Bajo Sadam Husein, las mujeres que trabajaban en el gobierno disponían de una baja por maternidad de un año, que en la actualidad se ha reducido a seis meses. Según la Ley del Estatuto Personal en vigor desde el 14 de julio 1958, cuando los iraquíes derrocaron a la monarquía instalada por los británicos, las mujeres iraquíes tenían reconocidos la mayor parte de los derechos que tienen las mujeres occidentales.
Ahora tienen el artículo 2 de la Constitución: “El Islam es la religión oficial del Estado y es una fuente básica de legislación”. El apartado A declara: “No puede aprobarse ninguna ley que contradiga las normas indiscutibles del Islam”. En virtud de este artículo la interpretación de los derechos de las mujeres se deja a los dirigentes religiosos, muchos de los cuales están bajo influencia iraní.
“La ocupación de EE.UU. ha decidido desprenderse de los derechos de la mujer” explica Yanar Mohamad, quien hace campaña por los derechos de las mujeres en Iraq. “Los grupos políticos han tomado el sur de Iraq, están plenamente en el poder, y utilizan el apoyo financiero de Irán para reclutar tropas y aliados. El apoyo financiero y político de Irán es la razón por la que los iraquíes del sur lo aceptan, no porque el pueblo iraquí quiera la ley islámica”.
Con la nueva ley ha llegado el nuevo caos. Nora Hamaid, de 30 años, y licenciada por la Universidad de Bagdad, ha renunciado a la carrera con la que soñaba. “Terminé mis estudios antes de que llegasen los invasores porque la seguridad era buena y podía desplazarme libremente a la Universidad”, explica Hamaid a Inter Press Service (IPS). Ahora dice que ni siquiera puede moverse libremente y que se preocupa por sus hijos todos los días. “Quiero decir todos los días, desde que se marchan hasta que vuelven de la escuela, por temor a los secuestros”.
Hay un 25% de representación de mujeres en el parlamento pero Sabria dice que “estas mujeres de las listas de partido defienden a su partido en el parlamento, no los derechos de las mujeres”. Para las mujeres en Iraq la invasión no ha terminado.
La situación de las mujeres iraquíes refleja la situación global: todo el mundo se ve afectado por la falta de seguridad y por la falta de infraestructuras.
“La situación de las mujeres aquí está vinculada a la situación general” explica a IPS Maha Sabria, profesora de ciencias políticas de la Universidad Al-Nahrain, en Bagdad. “La violación de los derechos de la mujer forma parte de la violación de los derechos de todos los iraquíes pero las mujeres soportamos una doble carga bajo la ocupación porque por su culpa hemos perdido una gran libertad”.
Muchos hombres están en la actualidad detenidos por lo que las mujeres soportan toda la carga familiar y están obligadas a proporcionar pleno apoyo a sus familias y a los niños. Al mismo tiempo, las mujeres no tienen libertad de circulación debido a las deterioradas condiciones de seguridad y a los secuestros de mujeres y niños por parte de bandas criminales”.
Señala que “asimismo se presiona a las mujeres para que se casen jóvenes con la esperanza de la familia puesta en que el marido aporte seguridad”.
Sabria explica a IPS que el secuestro de mujeres “no existía antes de la ocupación. Nos encontramos con que las mujeres han perdido su derecho a aprender y su derecho a una vida libre y normal, así que las mujeres iraquíes están luchando más que nunca contra la opresión y la negación de todos sus derechos”.
Yanar Mohamad cree que la Constitución no protege a las mujeres ni garantiza el respeto de sus derechos básicos. Culpabiliza a EE.UU. por abdicar de su responsabilidad de ayudar a desarrollar una democracia pluralista en Iraq.
«Quienes verdaderamente gobiernan Iraq hoy en día son las reglas de las viejas tradiciones y las regresivas leyes tribales”, dice Sabria. “El mayor problema es que muchas mujeres de Iraq no son conscientes de sus derechos por el retroceso y la ignorancia que prevalecen en la sociedad iraquí a día de hoy”.
Muchas mujeres han huido de Iraq porque sus maridos fueron detenidos arbitrariamente por las fuerzas de ocupación o por el personal de seguridad del gobierno, dice Sabria. Se estima que más de cuatro millones de iraquíes han sido desplazados por la ocupación, incluidos aproximadamente 2,8 millones de [desplazados] interiores. El resto viven como refugiados principalmente en los países vecinos, según un informe de Elizabeth Ferris, codirectora del Proyecto sobre desplazados interiores de Brookings Institution y la Universidad de Berna. El Informe, titulado “¿Volver a casa?: perspectivas y dificultades para el retorno a gran escala de los iraquíes”, sostiene que la mayoría de las mujeres desplazadas iraquíes se muestran reacias a regresar a sus hogares debido a la incertidumbre.
Otro informe, “Refugiados iraquíes: los derechos de las mujeres y la seguridad, críticos para el regreso” de Refugees International (RI), establecido en Washington, dice que “[…] las mujeres iraquíes se resistirán a regresar a casa aunque mejoren las condiciones en Iraq si no se prevé que sus derechos como mujeres estén asegurados y se garantice su seguridad personal y el bienestar de sus familias”.
El informe de RI estudia [casos de] mujeres desplazadas internamente en la semi-autónoma región kurda de Iraq y mujeres refugiadas en Siria. “Ninguna de las mujeres entrevistadas por RI ha indicado su intención de regresar”, dice el informe.
“Esta tienda de campaña es más cómoda que un palacio de Bagdad; mi familia está a salvo aquí”, dice una mujer desplazada en el norte de Iraq”. La situación sigue siendo difícil para las mujeres dentro de Iraq.
“Soy funcionaria y todos los días voy a mi lugar de trabajo; el mayor desafío para mí y para todos los sufrientes iraquíes es que las carreteras están cerradas y sentimos que somos personas sin derechos, sin respeto”, dice a IPS una funcionaria del gobierno de 35 años que pide ser llamada Iman.
«¿En qué medida esto ha mejorado mi seguridad?”, se pregunta. “Ahora ya tenemos mejores sueldos pero ¿cómo podemos vivir las mujeres sin seguridad?, ¿cómo podemos disfrutar de nuestros derechos si no hay ningún lugar seguro a donde ir a descansar, a disfrutar, a vivir?”
Fuente: Rebelion