El Colectivo de Unidad de los Trabajadores-Bloque Andaluz de Izquierdas CUT-BAI, formación integrada en IU Andalucía y uno de cuyos portavoces es el parlamentario Juan Manuel Sánchez Gordillo, celebra este domingo en Sevilla su IV Congreso, donde debatirá un documento político en el cual reclama un “proceso constituyente en Andalucía como expresión política de independencia”, y argumenta que “Andalucía no es España, existió antes de que se configurara el Estado español y seguirá existiendo después de su caída”.
En un centro cívico municipal de una barriada obrera el partido del que son portavoces Gordillo y Diego Cañamero, entre otras figuras destacadas del anticapitalismo andaluz, celebra su congreso este domingo. Bajo el lema “Andalucía, soberanía para la libertad”, los que expropian a las grandes superficies y ocupan las tierras abandonadas han querido hacer un guiño a lo público y a su clase. El centro cívico de Torreblanca acogerá este domingo un congreso donde se darán cita 200 delegados y delegadas en representación de 3.000 militantes, la mayoría de ellos afiliados también al SAT.
En medio de la tormentosa crisis que azota Andalucía y en la perspectiva de tomar Madrid el 22 de Marzo, el partido que creó el SOC hace 34 años va a renovar su cuestionamiento del sistema, del régimen de La Transición y los gobiernos que los sustentan, incluido el bipartito andaluz, cada vez más criticado por buena parte de las bases de IU.
“La convocatoria del IV Congreso de CUT-BAI es una oportunidad para armar política e ideológicamente nuestro proyecto. Y ese es el sentido del presente documento. Un trabajo que no intenta explicarlo todo. Tan sólo señalar los elementos centrales y tendencias principales de la situación objetiva y marcar los principios ideológicos, las propuestas programáticas y la estrategia política de nuestro movimiento. El IV Congreso tendrá que dilucidar la validez de nuestro proyecto y su ubicación actual a la luz de la feroz ofensiva neoliberal que hegemoniza el mundo actual. Debemos combinar el debate de principios con el aterrizaje en el suelo de la realidad concreta para responder a los interrogantes de la estrategia y la táctica, de la construcción de una línea política y la configuración de un discurso alternativo”, así comienza la ponencia política del Congreso que a lo largo de 30 páginas aborda desde los cambios operados en el capitalismo mundial tras el fin del boom económico que siguió a la 2ª Guerra Mundial hasta la actual ofensiva neoliberal, pasando por un manifiesto ideológico y 300 propuestas programáticas.
Como soberanistas que son, la CUT define a Andalucía “como una de las naciones europeas más antiguas y sujeto político colectivo”. La CUT apuesta por un proceso constituyente andaluz y una República Andaluza, expresión política de la independencia: “No nos falta historia, nos falta conocimiento de nuestra historia. Andalucía no es España, existió antes de que se configurara el Estado español y seguirá existiendo tras su caída. Andalucía no puede salir de la situación en la que se encuentra bajo el doble yugo de la UE y del Estado español. Necesitamos construir un futuro propio junto al resto de los pueblos del Mediterráneo por fuera del euro y de la UE, por fuera de la esclavización española y por ello exigimos el derecho de soberanía para que sean solo y únicamente los andaluces y andaluzas los que en cada momento decidan su futuro”.
Ruptura con la Unión Europea, salida del euro, construcción rebelde del futuro junto al resto de los pueblos del Mediterráneo, por ahí camina el proyecto de futuro de los soberanistas andaluces que afirman trabajar por “la unidad dialéctica entre la lucha por la liberación nacional y la emancipación de clase”.
La CUT, en las antípodas del PCE y de IU que habla de un largo período de resistencia y acumulación de fuerzas llama a la ofensiva: “Hoy no sólo tenemos que disputar batallas defensivas por el salario, por las prestaciones, por los derechos cada vez más conculcados, tenemos también que contraatacar, es necesario emprender una amplia campaña de deslegitimación del poder, mediante la desobediencia civil, la insumisión y la resistencia pacífica pero masiva. La gente en la calle no para de decirlo: ‘No hay democracia si gobiernan los mercados’. Efectivamente, la democracia es una falacia en el capitalismo porque el capital financiero siempre ha dominado a los gobiernos”.
En el manifiesto ideológico la CUT se declara anticapitalista, subversiva y utópica: “Sólo podemos entender a la izquierda como anticapitalista y esto significa que apostamos por un sistema económico y social alternativo a los diferentes modelos capitalistas (neoliberal, socialdemócrata, etc.). Este sistema no puede ser otro que el socialismo, sujeto al respeto absoluto a los derechos humanos y la más amplia libertad y democracia obrera, como condición para la construcción universal de una sociedad sin clases, sin estados, sin fronteras, la sociedad comunista”.
En consonancia con lo anterior la CUT define su nacionalismo: no solo por principios e ideas sino también porque la liberación nacional y social de Andalucía depende mucho de la liberación de otros pueblos y naciones sometidas al atropello del mismo enemigo que no es otro que el capitalismo imperialista”.
En este Congreso la CUT presenta a la sociedad 300 propuestas programáticas entre las que destacan el no pago de la deuda, la prohibición de los despidos, la elevación del SMI a 1.000 €, la creación de un salario máximo, la nacionalización de la banca y los sectores estratégicos de la economía, la semana laboral de 35 horas, la jubilación a los 60 años con contrato de relevo, la reforma fiscal, la prohibición del fracking y los transgénicos, la despenalización de la ocupación de viviendas, el derecho al aborto, la abolición de la monarquía, el derecho de autodeterminación, la disolución de la Audiencia Nacional, la Guardia Civil, la Legión y las unidades antidisturbios, la salida de la OTAN, el desmantelamiento de las bases militares y el cierre de los CIE’s.
En cuanto a la política de alianzas, la CUT suspende por completo el pacto de gobierno andaluz y no duda en calificar de giro a la derecha la deriva de IU: “El pacto de gobierno de Andalucía incumple el programa y pisotea las señas de identidad de IU. Su continuidad en la línea actual de recortes por imperativo legal y su previsible adaptación en el conjunto del estado es una línea roja que nos debe hacer reflexionar seriamente para adoptar decisiones futuras”.
La CUT tiene claro su proyecto sindical: “El SAT, donde se integra el SOC, es la referencia sindical de CUT-BAI y constituye, desde el máximo respeto hacia su propia organicidad, la pata sindical de nuestro proyecto”. Y su vinculación a IU x la Base: “IU por la Base, donde participan en pie de igualdad adscritos y adscritas de las diferentes sensibilidades, corrientes y partidos, es el escenario privilegiado de confluencia en pos de la recuperación del proyecto de IULV-CA que hoy adolece de una notable adulteración”.
El documento termina con un emplazamiento a construir la oposición de izquierdas a los gobiernos de la Troika y no dudan en señalar que el bipartito andaluz es una alianza contra natura con una parte de La Troika, el PSOE.