La organización armada vasca, en una información aparecida en Gara, reconoce que la decisión de abandonar la lucha armada tiene carácter estratégico, más allá de un esquema meramente negociador. En ese contexto, y en consonancia con lo decidido en el proceso de reflexión interna, da cuenta de la decisión de no crear estructura militar alguna.
Su función queda dirigida al objetivo político de que sus iniciativas respondan al reto general de llevar a término el proceso de cambio y transición a realizar en Euskal Herri. Así mismo destaca que debe primar el protagonismo de la ciudadanía y de los agentes vascos.
ETA en dicho documento destaca, asimismo, la crisis «profunda e integral» del Estado español, así como la actitud obstruccionista de «las sucursales que las fuerzas estatales tienen en Euskal Herria», de las que afirma que buscarán impedir el proceso de transición intentando sujetar a su lado «a la burguesía vasca y al autonomismo».
Denuncia también el documento de ETA que París se ha unido a Madrid en el ataque al proceso de búsqueda de solución al conflicto, y, por contra, valora muy positivamente la posición favorable al mismo de las fuerzas de Ipar Euskal Herria, tanto de las de adscripción exclusivamente vasca como francesa.
En términos generales, para ETA, «superar el conflicto es una prioridad, pero también hay que dar pasos prácticos en la vía independentista».