Las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE) de Estados Unidos, elementos claves para la subversión, incrementan su actuación en África, bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, revelan hoy medios de prensa. Bajo la guía de un plan secreto multimillonario, financiado por el Departamento de Defensa, el programa tiene como actores principales los llamados Boinas Verdes del Ejército norteamericano, según un artículo del diario The New York Times.
Las FOE están integradas por unidades élites como las mencionadas anteriormente y otras de la Infantería de Marina, la Armada y la Fuerza Aérea norteamericanas, subordinadas al Comando Conjunto de Operaciones Especiales del Pentágono, cuya jefatura está en MacDill, estado de Florida.
El proyecto revelado por el Times centra su atención en el entrenamiento de centenares de efectivos en Libia, Níger, Mauritania y Mali, a un costo cercano a los 70 millones de dólares, pero algunos especialistas alertan que esos militares pudieran después unirse a los grupos terroristas contra los cuales se supone actúen.
En el caso de Libia, el Pentágono asignó más de 16 millones de dólares para preparar a dos compañías «élites» locales, mientras a Mauritania le otorgó unos 29 millones de dólares en abastecimiento logístico principalmente para misiones de espionaje.
Para Níger los fondos ascienden a unos 15 millones de dólares destinados a la formación y entrenamiento de una nueva unidad antiterrorista.
La Casa Blanca considera estas naciones como elementos claves en la ampliación de la guerra contra la organización extremista Al Qaeda y sus grupos asociados en el Continente, indica el Times.
El pretexto de todo este despliegue es preparar en los próximos años unidades nativas capaces de combatir a terroristas como los afiliados al grupo Boko Haram, acusado de secuestrar alrededor de 300 niñas y adolescentes en abril pasado, y en cuyas operaciones de búsqueda «ayudan» al gobierno nigeriano efectivos de las FOE.
Esta participación aparentemente ligera de Washington y sus aliados en acciones «antiterroristas» en Nigeria parece ser el inicio de una presencia mucho más numerosa, y según un comentario reciente del diario británico The Guardian, pudiera convertir a esa nación «en un Afganistán africano».
Pero la estrategia de Washington en África contiene múltiples aristas, y va mucho más allá de programas como el que describe el Times, porque incluye desde la realización de ataques letales con drones hasta el apoyo a Francia en el combate a grupos islamistas violentos en la región.
Tras la experiencia del atentado en septiembre de 2012 contra el consulado de Estados Unidos en la ciudad libia de Bengasi, donde murieron el embajador Christopher Stevens y otros tres diplomáticos, el Pentágono tomó medidas para responder con urgencia a situaciones similares en el futuro.
Fue así que surgió la Fuerza de Tarea Combinada Conjunta del Cuerno de África, ubicada en Camp Lemonnier, Djibouti, bajo el mando del general Wayne Grigsby.
Además, la Casa Blanca ordenó en 2013 el despliegue de unos 500 infantes de Marina en la base militar de Rota, en el sur de España, cuya misión es actuar como elemento de intervención rápida en caso de amenazas a intereses estadounidenses en territorio africano, anunció oficialmente el Pentágono.
Según el diario Stars and Stripes, durante todo 2014, unidades de la primera División de Infantería del Ejército estadounidense, con sede en Fort Riley, estado de Kansas, participan en más de 100 ejercicios y entrenamientos en cerca de 40 países de la región.
En este contexto, el presidente Barack Obama pronunciará un discurso mañana en la Academia Militar West Point, y según medios de prensa estadounidenses, el gobernante delineará la forma en que Washington enfrentará en los próximos dos años a Al Qaeda y otros grupos extremistas.
Al mismo tiempo, el mandatario abordará sus proyecciones en torno a otros focos de tensión en el mundo, entre ellos posiblemente África ocupe uno de los sitiales más trascendentes, estiman expertos.