Artículo de colaboración para Borroka Garaia da!. Autor: Eleak Mugimendua
(eus) Irakurri “Eusko Labedun salbuespen neurriak”
Durante décadas, el estado español ha desarrollado toda una política de excepción dirigida a Euskal Herria. Las leyes y tribunales de excepción han conformado la columna vertebral de dicha política. Por lo visto, eran “excepciones” dirigidas a hacer frente a la violencia política de ETA. Pero cuando el supuesto origen ha desaparecido, sorprendentemente, estas medidas continúan vigentes. A menudo ha sido la Ertzaintza la que se ha encargado de aplicar esa legislación injusta de nivel estatal en la CAV. Estos últimos años, esa labor le ha resultado más incómoda al Departamento de Interior, por lo menos en unos cuantos casos. Y es que, en el contexto actual, resulta más dificil abogar a favor de estas leyes que ya en origen son vulneradoras de derechos. Es por eso que hemos visto al PNV en general, y a Estefanía Beltrán de Heredia en particular, posicionarse en contra de las legislaciones de excepción. Pero también recordar y subrayar el carácter de policia “integral” de la Ertzaintza, justificando así que la Ertzaintza debe hacer cumplir la ley incluso cuando no le resulte agradable. En relación a este supuesto “deber”, hemos querido traer unas cuantas noticias que han llegado desde los juzgados:
– La pasada semana, una trabajadora de un bar de Gasteiz ha tenido que declarar en el juzgado de la ciudad a petición de la Audiencia Nacional, por mostrar fotos de presas políticas. El origen de dicha citación es un atestado de la Ertzaintza.
– Esta semana también han comenzado a declarar 6 jóvenes en juzgados provinciales. Hace unos dos meses, mientras tomaban parte en una movilización a favor de los presos, en un ambiente en calma, la Ertzaintza arremetió de pronto contra ellas causándoles lesiones y llevándoselas detenidas. El ministerio de interior les imputa delitos como atentado a la autoridad, lesiones y daños. Esos mismos días comenzaban a declarar 6 jóvenes en juzgados provinciales. Hace unos dos meses, la Ertzaintza cargó violentamente y sin previo aviso contra una movilización universitaria a favor de los presos, hiriendo de diversa consideración y llevándose detenidas a estas seis personas. Desde el Departamento de Interior se les imputan delitos gravemente penados, como atentado a la autoridad, lesiones y daños.
– El 11 de este mes, al mismo tiempo que recibíamos ‑celebrábamos- la absolución de 40 jóvenes por parte de la Audiencia Nacional, nos llegaba un mensaje totalmente opuesto desde el juzgado de Bilbo. Condena de 2 años y medio para Urtzi y Telle por el caso de los huelguistas de Deusto. Dejando a un lado las múltiples injusticias y abusos a lo largo de todo el proceso, queremos destacar que la única prueba han sido las declaraciones de agentes de la Ertzaintza.
– El 27 de este mes se va a celebrar el juicio contra Xabi y Urko en el juzgado de Gasteiz. De nuevo atentado a la autoridad. Juzgaran los hechos acaecidos en el centro de Gasteiz en mayo de 2013. Xabi Agirre, que se encontraba en situación de búsqueda y captura, se encadenó en la Subdelegación del Gobierno para forzar su detención pública rodeado de decenas de personas solidarias. La Ertzaintza cargó brutalmente contra las personas allí congregadas. Este juicio es la consecuencia de aquella carga. Había pasado muy poco tiempo desde que la Ertzaintza disolviera los muros populares de Donostia y Ondarroa. Varias personas que participaron en dichos muros deberán hacer frente a multas de miles de euros y diferentes juicios en los meses venideros.
Sabemos que estos no son los únicos casos. Sabemos que entre ellos hay diferencias. Pero todos ellos tienen al menos dos cosas en común. La primera, actuaciones de la Ertzaintza que responden al paradigma de las políticas de excepción. La segunda, que se trata de actuaciones que parten de la iniciativa propia de la Ertzaintza. Es decir, que no han sido órdenes “impuestas” desde “Madrid” por aquello del “deber” que no tiene más remedio que asumir una policía “integral”.
El problema es general. En nuestras calles, entre nosotras, tenemos miles de policías arrogantes y violentos. Que ven al ciudadano como un enemigo en potencia, ni qué decir al ciudadano disidente. Con superiores y responsables políticos que no tienen ningún problema en seguir aplicando estas leyes de excepción desde sus despachos. Que continúan inmersos en el paradigma de la excepcionalidad permanente. En este sentido, debemos tomarnos como muestras diversas del mismo paradigma cuestiones como por ejemplo: El que los agentes de la Ertzaintza aún no vayan debidamente identificados, asegurando así desde los despachos la impunidad de quienes actúan en la calle; que se entorpezca en vez de facilitar el esclarecimiento del asesinato de Iñigo Cabacas y las heridas casi mortales de Xuban Nafarrate; que el responsable del operativo de Iñigo sea ahora el responsable máximo de la Ertzaintza; que una de las medidas más relevantes para adaptarse a “los nuevos tiempos” anunciada por la Consejera Beltran de Heredia haya sido duplicar el número de agentes antidisturbios; etcétera.
Por desgracia, no solo hay demasiado aficionado a pisotear nuestros derechos civiles y políticos más elementales en Madrid, sino que también los tenemos más cerca. Por desgracia, en la CAV sufrimos políticas de excepción con Eusko Label, muy nuestras, muy de casa.